El pasado y el futuro de Murcia se funden en fuego en La Glorieta

El pasado y el futuro de Murcia se funden en fuego en La Glorieta

Domingo, 19 de enero 2025, 15:07

‘La llama de Murcia’ brilla ya desde este domingo en la Glorieta, desde donde alumbrará la ciudad, durante todo este año, «como símbolo del legado transmitido por doce siglos de generaciones de murcianos y como faro de las grandes gestas que aún están por venir en esta tierra», según explicó el alcalde de Murcia, José Ballesta. Fue el propio regidor el encargado de encender el pebetero, tras recibir el fuego de manos de cuatro personajes capitales en la historia de, valga la redundancia, la capital murciana.

Ibn Hud El Clemente, el último rey de la taifa andalusí de Murcia; Alfonso X, el monarca sabio que incorporó a la Corona de Castilla la ciudad que tanto quiso y que llenó de personalidad; el aguerrido Cardenal Belluga, que tanto la defendió; y Francisco Salzillo, el maestro imaginero que trasladó el paisaje murciano a la madera, convirtiéndolo en arte; hechos de nuevo carne -en la piel de cuatro actores-, fueron los encargados de transmitir a Ballesta todo el peso de la historia de la ciudad en forma de antorcha, en el transcurso del acto inaugural del 1.200 aniversario de la ciudad.

Poco antes, los clarines del Concejo de la Ciudad llamaban a la tradición desde el balcón de la Casa Consistorial con las fanfarrias medievales que tanto sonaron en otros tiempos en este escenario, y a la que siguió la actuación del Orfeón Fernández Caballero y de la Orquesta de Jóvenes de la Ciudad de Murcia, interpretando tanto las ‘Coplas Murcianas’ de Miguel Massotti Littel, como el ‘Himno a Murcia’, con letra de Pedro Jara Carrillo.

Defendió Ballesta, acompañado de buena parte de la Corporación municipal y dirigiéndose a los vecinos allí congregados, que »Murcia es el único lugar donde se puede respirar la luz«, como dijo el poeta Jorge Guillén; una tierra «enérgica y vital, que debe huir de fatalismos históricos y que recoge la memoria de un pueblo llano y soberano en el que puede reconocerse y que no puede abdicar de su identidad». «Celebraremos este 1.200 aniversario todos juntos, como hacen los murcianos, recordando el pasado desde los carriles de huerta para construir, de cara al futuro, una Murcia cosmopolita y dinámica», concluyó el alcalde, apelando a la responsabilidad de construir entre todos el futuro de un lugar único.

Tras varios gritos de ‘¡Viva Murcia!’, esta unión de pasado y tradición, pero también de modernidad e innovación se plasmó en el espectáculo que la Compañía Nacional de Danza ofreció en el espacio más emblemático de Murcia, la plaza Cardenal Belluga, con el espectáculo ’12 Siglos con Corazón’. Y si lo que se buscaba era sorprender, para después conquistar, el objetivo se vio cumplido y la ciudad quedó rendida a sus pies.

Así, cuatro decenas de bailarines de la compañía, junto a alumnos del Conservatorio Superior de Danza de Murcia, abrieron las puertas de los corazones de los numerosos murcianos congregados en torno a la Catedral como si de las tropas de Jaime I se tratara. Y si la urbe fue recuperada para el bando cristiano en nombre de Alfonso X, en este caso fue la murciana Muriel Romero, directora artística de la Compañía, la encargada de planificar la toma de la capital del Segura, con una improvisación planteada para avasallar al respetable.

Casi cinco lustros han pasado desde que el antes llamado Ballet Clásico Nacional actuará por primera vez en Murcia, en el que es su teatro más emblemático, el Romea, pero desde luego la actuación de este domingo fue una de las más especiales de entre todas las que esta ha protagonizado hasta la fecha en tierras murcianas. Y lo fue no solo por la ocasión, la conmemoración de los doce siglos de historia de la ciudad, sino también por el espacio escogido, el mismísimo corazón de la ciudad.

El caos, convertido en un orden por descubrir, como diría José Saramago, se adueñó de la plaza Belluga, convertida en un gran escenario rodeado de un nutrido cerco de espectadores. Este círculo escénico acogió la interacción casi tribal de todo el grupo de bailarines, que daba paso a luchas y diálogos físicos entre parejas de intérpretes. Unos 20 minutos duró un espectáculo «dinámico, alegre, colorista y por tanto adecuado para una ocasión como esta», según señalaba a LA VERDAD Carmen Rubio, directora del Ballet Español de Murcia. «¿Ya se ha acabado? ¡Nos ha gustado mucho!», señalaban Esmeralda y Juani, dos amigas que habían contemplado el espectáculo desde la puerta del Perdón de la Catedral de Murcia.

El ‘show’ continuará en la tarde este domingo, en el Teatro Romea, con la gala inaugural del 1.200 aniversario de la ciudad, donde la Compañía Nacional de Danza abandonará las ‘performaces’ y la improvisación para ofrecer un programación con coreografía, entre otros de Nacho Duato, George Balanchine o de la propia Muriel Romero.

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