El Jimbee se acostumbra a ser campeón

Los meloneros superaron con sangre, sudor y lágrimas al Betis. El líder de Segunda División y vigente campeón de la Copa del Rey bien podría competir en la élite porque tiene madera de equipo grande: es atrevido, decidido y capaz de poner contra las cuerdas a cualquier rival.

Los verdiblancos se cargaron a ElPozo Murcia en la semifinal e hicieron sudar la gota al Jimbee, a pesar de jugar en un ambiente infernal con 4.815 espectadores llenando el Palacio de los Deportes con una atmósfera ensordecedora.

Chemi, otra vez salvador

El Betis monopolizó toda la segunda parte y puso en ciertos aprietos a los de casa, que solo encontraron alivio a falta de 49 segundos del final con un gol de falta directa de Motta que terminó de cerrar el encuentro. Antes se vieron sobre todo paradas de Chemi, remates al palo del Betis y un suspiro eterno en la grada con cada acercamiento verdiblanco.

Pero el Jimbee aguantó las embestidas. Y como siempre, compitió de forma equilibrada, tuvo el acierto suficiente y la rocosidad precisa para golpear primero y aguantar las embestidas después. El equipo de Duda se ha convertido en un extraordinario animal competitivo en los partidos a vida o muerte. Los meloneros, en este sentido, han superado diez de las últimas doce fases eliminatorias para llegar a cuatro finales y levantar tres títulos en el último año. Solo se cedió en cuartos de la Copa de España contra ElPozo y en la final de la Copa del Rey frente al Betis (en penaltis).

Esta vez el Jimbee estudió al milímetro al Betis, el equipo que le derrotó en la final de la Copa del Rey del año pasado en Sevilla. Lo cierto es que el partido de ayer tuvo tintes muy parecidos a los de esa trágica final en Sevilla. Para empezar porque el Jimbee, como entonces, se adelantó en dos ocasiones en el marcador. Primero Darío Gil y luego Cortés establecieron el 2-0 muy pronto, en el minuto 12. Sin embargo, los meloneros no remataron la faena antes del descanso ni forzaron el doble penalti de un Betis que aguantó hasta el asueto con cinco faltas. Al final, los verdiblancos se subieron a la chepa, contabilizaron grandes ocasiones, remates al palo y hasta un penalti que acertadamente detuvo Chemi a Lin.

En todas las finales salen héroes al rescate. Y el portero mazarronero del Jimbee no pudo ser menos en esta nueva final; las paró de todos los colores y sostuvo al equipo en la primera pero sobre todo en la segunda parte, cuando más achucharon unos y sufrieron otros. El guardameta es el ángel de la guarda del equipo y bien hará el presidente Miguel Ángel Jiménez Bosque en atarlo en corto hasta su jubilación. De momento tiene contrato hasta 2026.

Pablo Ramírez, sideral

A Chemi se le unió otro nombre propio en esta Supercopa como es el de Pablo Ramírez. El ‘diablo’ de Málaga no marcó pero dio un auténtico recital de fútbol sala tanto en la semifinal como en esta final a base de esfuerzo defensivo, rigor, asistencias y punzantes ataques que levantaron al público de su asiento. El pívot, más capital todavía por la lesión de Waltinho, levantó al Jimbee en los momentos más críticos y en dos escaramuzas pudo establecer el 3-1.

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La segunda parte del Jimbee fue muy floja en general. Defendió más que atacó, tuvo varias imprecisiones y pérdidas, de Mouhoudine y Darío Gil, que estuvieron cerca de costar caro. La fortuna también sonríe a los meloneros y en los momentos de flaqueza aparece la resistencia y el alma voraz y competitiva de un Jimbee que ya es historia en el fútbol sala español. La final la selló definitivamente Motta, quien poco después se fundió en un abrazo con Jiménez Bosque. El italobrasileño, como Bebe, Javivi y Lucao, también fue tentado para abandonar el club el pasado verano pero decidió quedarse. Y acertó.

El 2025 no ha hecho más que empezar para el Jimbee Cartagena. El equipo cartagenero todavía luchará por cuatro títulos más (Copa de España, Copa del Rey, Champions y Liga) de aquí al mes de junio. El próximo reto es la Copa de Epaña de marzo, que se organiza en Murcia. De momento, el idilio de los meloneros con el Palacio de los Deportes ya es parte de la historia del deporte local. En la avenida del Cantón se han vivido momentos únicos en el último año con el 5-0 a ElPozo en enero; el pase a semifinales y final de la Liga contra el Inter Movistar y el Barcelona en mayo; la final de Liga contra ElPozo en junio; la clasificación para la fase final de la Champions en noviembre; y esta Supercopa en enero de 2025.