Beatriz Ballesteros: «Los jueces no estamos solo para poner sentencias, tenemos que implicarnos»

–Llevo ya muchos años trabajando en órganos colegiados. Desde 2016, que llegué a la Audiencia Provincial de Valencia, casi diez años, es prácticamente la mitad de mi carrera profesional. También tengo la experiencia de haber trabajado en una audiencia muy grande y ahora llevo casi un año y medio aquí en Murcia, más pequeña. Uno va adquiriendo experiencia, va teniendo trato con diferentes presidentes y siempre piensa que puede aportar un granito de arena para intentar pulir las deficiencias del sistema judicial. Yo siempre lo he dicho: los jueces no solo tenemos que poner sentencias. Uno tiene que intentar implicarse, estar unos años, hacer su trabajo y después volver a su sitio y dejar que entren personas nuevas con ideas frescas.

–Las mujeres ocupan ya seis de cada diez nuevas plazas en un terreno, el del poder judicial, que les estuvo prácticamente vedado. No alcanzan sin embargo una cúpula aún mayoritariamente masculina. ¿Ha llegado el momento?

– Otro de los motivos que me impulsó es el hecho de que ninguna mujer se hubiera presentado hasta ahora, siendo hoy en día, desde que yo aprobé, el 70%. En la base, en órganos unipersonales, la gran mayoría son mujeres y sin embargo, según se va subiendo en el organigrama, es inversamente proporcional. Creo que las mujeres debemos empezar a creernos que somos capaces. En ocasiones es muy difícil, no solo conciliar la vida profesional y el trabajo, sino además incluir una presidencia de un órgano colegiado. Pero también creo que tenemos que dar un ejemplo a las promociones venideras. Tenemos unas magistradas jóvenes estupendas que necesitan que alguien les diga: podéis hacerlo.

–Grandes casos de presunta corrupción, como el ‘caso Umbra’ o el de la desaladora de Escombreras, que debe sentar en el banquillo al expresidente Valcárcel, llegan a la Audiencia y no es posible señalar juicio antes de septiembre de 2027. ¿Cómo definiría la situación?

–La situación de la Audiencia es pésima, no descubrimos nada nuevo. Es verdad que lo que genera más alarma social siempre es la vertiente penal, pero en la civil también tenemos rollos de apelación del 2021 que se están resolviendo ahora. Tenemos una grandísima falta de dotación de medios, materiales y personales. Este año no se ha creado ninguna plaza. El año pasado se creó una sola para una sección penal. La situación no es en absoluto buena. Yo siempre pongo el ejemplo con cifras absolutas. Tenemos 1.580.000 habitantes y en la Audiencia Provincial estamos, incluyendo los refuerzos, 28 personas para sacar adelante los 219.000 y pico asuntos que entraron, por ejemplo, en 2023. Uno mira, por ejemplo, Asturias, que tiene 1.100.000 habitantes y tiene ocho secciones de Audiencia. Son tres más que nosotros. La que más se aproxima por cifras, que es Alicante, es que es más que duplicarnos. Ellos tienen 11 secciones. No es que toda España necesite una dotación de medios materiales. Hay una diferencia especialmente gravosa en el caso de la Región.

–En su programa de actuaciones desgrana toda una serie de medidas para sacar al tribunal de esta situación, pero ¿cuáles diría que son las principales?

–Lo primero, obviamente, es solicitar a quien tiene las competencias, en este caso el Ministerio, la dotación de medios, especialmente con las recientes leyes que se están aprobando. Aparte de ponerlas en el papel, hay que dotarlas de presupuestos para poder materializarlas. Si no se puede, por lo menos dotar unos refuerzos mínimos que nos permitan, aunque sean, desdoblar secciones penales. En el caso de Cartagena creo que sería muy interesante intentar de alguna manera la separación de jurisdicciones. Otra propuesta es que cuando se produzca una suspensión, en la medida de lo posible, intentar pulir todas las circunstancias para que, cuando se realice una nueva citación, no se produzca otra. No tengamos que ir en una cadena de suspensiones. Por desgracia, en los procedimientos penales se da con muchísima frecuencia

–El presidente del TSJ aseguró, en una entrevista, que en la reivindicación de más medios se han encontrado solos y han tropezado con más palabras que hechos. ¿Cree que la implicación política en la mejora de la administración podría mejorar?

– Creo que sí. La Administración de Justicia somos la hermana pobre de todas las administraciones, quizás la más invisible para el ciudadano. A mí me duele como juez que el ciudadano no vea la Administración de Justicia como algo suyo. Uno piensa que si no me meto en problemas, no voy a ir. Y hoy en día tenemos una vida tan compleja que de la manera menos pensada uno puede acabar yendo a los tribunales. Lo tienen que ver como algo suyo y desde luego mejorar la administración también mejora la inversión en la Región. Cuanto más seguridad jurídica tengan las empresas, más invertirán en la Región. Es verdad que también la administración pública, la Comunidad, se debería implicar porque, aunque sea indirectamente, beneficiamos al conjunto de la Región. Cuando estuve de consejera, se intentó un Pacto para la Justicia y tuvimos reuniones con cualquier asociación o colectivo que pudiera tener relación, recogimos las propuestas y aquello se quedó parado.

–¿Cree que su paso por la política le resta o le suma puntos?

–Yo creo que me suma en dos sentidos. Primero, que conoces la Justicia desde el otro lado y eso también te enriquece. Y luego también en cuanto al carácter. Yo creo que se demuestra que es una persona que tiene interés por mejorar la vida de sus ciudadanos desde uno u otro lugar.