El rey Novak Djokovic inclina a Carlos Alcaraz en los cuartos de Australia

Las arrugas se impusieron a la sonrisa bisoña. El ‘viejo’ Djokovic, camino de los 38 años, recordó al que hace algunos años cosechaba prácticamente cada titulo que se le metía entre ceja y ceja. Crecido una vez más ante Carlos Alcaraz, el serbio se impuso este martes en los cuartos del Abierto de Australia (6-4, 4-6, 3-6 y 4-6) tras mostrar su mejor versión y dominar la escena por completo.

Llegó sonriente Carlos Alcaraz este martes a las instalaciones de Melbourne Park. Saludaba a un empleado de seguridad, que le correspondía deseándole suerte antes de su partido de cuartos de final. También tuvo tiempo para reencontrarse con el pequeño John Jones. El niño, que se hizo viral tras el partido de tercera ronda ante Borges por su apoyo apasionado al tenista murciano, estaba allí para vivir el octavo capítulo de los duelos entre Djokovic y Alcaraz.

Lucía radiante y tranquilo, con la barba recién rasurada, Alcaraz en las horas previas. Aprovechó el calentamiento con su hermano Álvaro para ensayar el saque y el resto. Armas estas que se presentaban fundamentales ante Nole. El serbio llegaba a esta ronda dando una exhibición tras otra al servicio. No tanto por la velocidad como por las direcciones, jugando siempre con profundidad para ganar la iniciativa. Lo ensayó con esmero Alcaraz, consciente de que le tocaría dar su mejor versión como restador para tener opciones.

Apoyado en su revés

Con el partido programado para el último turno de la jornada, se hizo esperar el momento de saltar a la pista mientras la noche caía sobre Melbourne. Tiempo que aprovechó Alcaraz para bailar, dar toques a una pelota y practicar su swing de golf. Cualquier cosa servía para matar los nervios previos. Aun así, comenzó el encuentro atenazado el de El Palmar, con una rotura temprana de Djokovic en el segundo juego del partido. Le costaba encontrar pista a Alcaraz, errático en sus primeros golpeos.

Expulsados los nervios, recuperó la desventaja Alcaraz y le dio la vuelta a la situación gracias en gran medida a un revés que funcionaba de maravilla. Cuando disponía de turno de saque para anotarse la primera manga, Djokovic se marchó al vestuario para ser atendido de su pierna izquierda. No le inquietó lo más mínimo este parón a Alcaraz, que acabó cerrando con maestría el primer set (6-4).

Sin embargo, la segunda manga empezó como la primera. 3-0 para Djokovic. De nuevo, más activo de salida el serbio. Y como en ese primer set, Alcaraz recuperó la desventaja. Le funcionaba el recurso de la dejada al número tres del mundo. Obligaba al esfuerzo a Nole, que en muchas ocasiones dimitió de acudir a la red.

Murray, una nueva arma

El octavo episodio de los duelos entre Djokovic y Alcaraz enfrentaba a cuatro números uno. No solo a los dos tenistas, también a sus entrenadores. En los banquillos, Juan Carlos Ferrero y Andy Murray, flamante fichaje para el equipo del serbio. Precisamente ese arma, el del extenista escocés, lo ha incorporado Djokovic para elevar su nivel competitivo ante tenistas como Sinner o Alcaraz.

Más consistente el de Belgrado en el segundo set a pesar de perder la ventaja inicial, esperó su momento para apretar y encontró premio cuando Alcaraz sacaba para mantenerse con vida en el segundo parcial. Le tembló la muñeca al murciano y cedió la ventaja. Partido igualado. Ni rastro de las molestias en el muslo izquierdo vendado de Djokovic.

Impecables al servicio

Entraron Alcaraz y Djokovic con porcentajes de primeros saques superiores al 70% a la tercera manga. Estupendos al servicio, pero sólo uno de los dos brilló realmente con el resto en ese tercer set: Novak Djokovic. El tenista serbio, rejuvenecido con el transcurrir del partido, exhibió una de las armas que lo encumbraron durante muchos años para minimizar a Alcaraz. No encontraba la vía de escape el murciano, asfixiado con cada respuesta de Nole.

Se metió en el bolsillo la tercera manga Djokovic, agigantado, para acabar celebrándolo con el dedo en la oreja, dedicatoria incluida para los miles de serbios que le apoyaban a desde la tribuna. Se tocaba el glúteo derecho Alcaraz, seguramente más por desesperación que por dolor. Tan solo le quedaba un paso más al serbio para alcanzar su 12ª semifinal en Australia, donde ya esperaba Alexander Zverev tras deshacerse con sufrimiento del estadounidense Tommy Paul (7-6(1), 7-6(0), 2-6, 6-1).

No le faltó suspense a la cuarta manga, en un carrusel de emociones que, como siempre durante todo el partido, se inició con ventaja para Djokovic. Esta vez sí que supo protegerla el serbio su para acabar cerrando el choque, aunque Alcaraz dispuso de tres opciones de rotura para recuperar terreno. No las aprovechó y, tras más de tres horas y media, quien sacó billete para las semifinales del viernes es el diez veces ganador del Abierto de Australia. No será este el año para Carlos Alcaraz, a quien solo le falta coronarse en Melbourne para completar los cuatro Grand Slams.

William Abrego

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