Nico Varela nació en Montevideo, Uruguay, el 19 de enero de 1991, pero desde joven vivió en Murcia, donde ha residido su familia en las últimas décadas. Por lo tanto, aunque parte de su corazón es charrúa, la otra mitad es español, por eso … ha elegido la capital de la Región para deshacer definitivamente la maleta y comenzar a levantar su nueva vida y un ilusionante proyecto empresarial: un complejo deportivo en Los Dolores, muy cerca de la capital, con una pista de fútbol-7 y pistas de pádel en el que habrá cabida también para celebraciones y eventos.
Pero eso llegará después de colgar definitivamente las botas, para lo que todavía quedan dos o tres temporadas, según asegura este atacante con vocación goleadora. Tras diez años fuera y después de jugar el curso pasado en Erevan, la capital de Armenia, ha regresado a Murcia para jugar en Tercera, primero en el Plus Ultra, y después en el Alcantarilla.
Y no se está arrastrando, precisamente. En apenas siete partidos le ha metido seis goles al UCAM B, el Lorca o el Cieza, y también a su ex club: «El primero lo celebré con rabia por unos comentarios que había hecho sobre mí el entrenador del Plus Ultra. Sentía impotencia, el tiempo que estuve allí lo dí todo, no merecía esos reproches», asegura. Pero Nico Valera todavía quiere dar mucha guerra, llegar lo más arriba posible: «La gente se había olvidado de mí, mi nombre estaba muerto y me ofrecieron un gran proyecto en el Plus Ultra, pero pronto se estropeó todo, el inversor se fue a la séptima jornada y yo decidí irme al Alcantarilla para jugar con mi hermano y así demostrar que puedo dar un buen nivel en Tercera o Segunda Federación. Estoy trabajando para hacer algo importante antes de colgar las botas».
GRAN EXPERIENCIA
«Todos estos países me han marcado; he disfrutado del fútbol profesional y metí goles en todos ellos»
Varela comenzó a despuntar desde muy joven en las bases de El Progreso, después pasó por el Ranero hasta llegar a la cantera del Real Murcia. Manolo Requena le hizo debutar en el Imperial de Segunda B, un empujón para que Iñaki Alonso le diera la oportunidad en el primer equipo grana en Segunda, en el curso 2011-12, donde jugó seis partidos. Después pasó por el Cádiz, el UCAM y el Almería B, hasta que se le abrió la puerta del extranjero.
Viaje con Dani Aquino
Primero fue el Zakynthos de la segunda griega junto a Dani Aquino, donde vivió su peor experiencia, hasta que la siguiente campaña se marchó al Botev Plovdiv de Bulgaria: «Estuve siete meses allí. El entrenador que me firmó se fue a la segunda jornada. Pero el club era de Primera, con una gran residencia, piscina, cocinero, campos de entrenamiento. El club entró en crisis y volví a España. La llamada del Larisa llegó justo cuando estaba a punto de firmar en el Socuéllamos. Allí jugué un año y medio y ascendí a Primera en un club histórico y grande».
Lejos de regresar a casa tras año y medio se embarcó en una nueva aventura, esta vez en Polonia, para jugar en el Wisla Plock, club en el que marcó 9 goles en 59 partidos. «Las infraestructuras estaban muy bien, con grandes estadios. Hay mucha afición allí, con seguidores muy fanáticos y un nivel futbolístico alto que va mejorando. Hacíamos grandes viajes y estábamos en buenos hoteles. Me gustó la experiencia aunque la gente es muy fría. Conocí el país, que es muy bonito».
FUTURO
«La gente se había olvidado de mí, puedo jugar a un buen nivel y quiero hacer algo grande antes de colgar las botas»
Nico Varela quería más y no contento con sus tres primeros años lejos de casa, aceptó otra oferta exótica, esta vez de Chipre, donde jugó cuatro campañas en clubes como el Enosis, el Nea Salamina, el Paeek y el AEZ Zakakioku: «Es una isla en la que hay equipos muy buenos con gran nivel, con jugadores de mucha calidad, y una competición con cinco o seis clubes muy importantes. Como país es muy seguro y tranquilo. Para un futbolista es ideal: ritmo de vida muy tranquilo y relajado, un gran clima y muy buena temperatura. Haces lo que te gusta y parece que estás de vacaciones», asegura.
Eso fue antes de viajar a Armenia, su último reto extranjero, para jugar en el Noah, un equipo de Ereven, la capital: «Estaba en Chipre y me llamó un excompañero armenio. La experiencia fue muy buena. Al principio no todo el mundo quería ir allí, pero el propietario llegó a armar un buen equipo con un delantero que cobraba 50.000 dólares y que había jugado en la Premier y en la Bundesliga. Perdimos la liga en los últimos tres partidos. Es un país con muchas diferencias sociales pero que está creciendo mucho. Hay pobreza pero también mucho lujo, en cosas parece una capital europea. Me recordó mucho a mi país.
El futbolista uruguayo, pero murciano de adopción, no se arrepiente de nada de lo vivido: «Todos estos clubes y países me han marcado, ya sea por una cosa o por otra, y a todos les tengo mucho que agradecer. Muchos futbolistas se quejan o no se adaptan, pero todas las experiencias tienen algo bueno, de todas he sacado lo positivo, por eso me he tirado tantos años fuera, lo he disfrutado y he aprendido. Tienes que entender que es uno mismo el que tiene que cambiar y adaptarse, y no al revés».
Estas experiencias le han permitido llegar a la élite, jugar a un gran nivel: «He disfrutado del fútbol profesional y de Primera División, aunque no fuera en España. He dejado mi pequeña huella porque he metido goles en todos los países en los que he estado y en donde además he dejado amigos de muchos sitios que te los llevas para el resto de tu vida. Sí soy un trotamundos, he estado diez años fuera en cinco países diferentes, pero he vuelto a Murcia, mi casa. Ya no me pienso mover, quiero educar aquí a mis hijos y disfrutar de mi familia», dice.
Eso sí, sabe que sin Soraya, su compañera de viaje, conseguirlo hubiera sido imposible: «Le estoy muy agradecido, ha tenido que pasar muchos días sola con los niños en todos estos países en los que hemos estado. Es la que más ha sufrido con tanto cambio; se ha dedicado cien por cien al cuidado y educación de nuestros hijos mientras que yo jugaba al fútbol, y no teníamos a nuestra familia cerca para ayudarnos».
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Enlace de origen : Nico Varela: «He sido un trotamundos, jugué en cinco países en diez años, pero ya estoy en casa»