La primera parte arrolladora del San Pablo deja sin ninguna opción al Cebé

Jugar contra el San Pablo, en Burgos y un partido a vida o muerte solo está a la altura de los mejores. Y en esa fiesta se coló este viernes el Cebé, que se plantó en la fase final de la Copa de España por méritos propios: hizo pleno de victorias en la fase de grupos y en los cuartos de final se regaló una eliminatoria de vuelta impresionante remontando trece puntos de diferencia al Castellón. Así, el equipo de Jordi Juste se regaló una noche de estrellas en forma de final four donde el Obradoiro, el Betis y el San Pablo eran los gigantes.

A los albinegros tal vez les tocó bailar con la más fea, de entre todas ellas: contra el San Pablo, el indiscutible líder de Primera FEB, y en Burgos. Los locales (que a efectos de competición ejercieron como visitantes) cumplieron con el guion establecido y firmaron una primera parte absolutamente arrolladora de nada menos que 61 puntos. Prácticamente resultó imposible mostrar oposición y frenar a Golomar, Lapornik, Fischer y compañía. Las diferencias presupuestarias y deportivas están para algo y así quedó demostrado. El Cebé nunca tuvo opción y la única vez que se puso por delante en todo el partido fue el 2-0 inicial de Asier González.

Un gran tercer cuarto

Con 39-61 al descanso, en la segunda parte ya solo quedaba aguantar el tipo. Muy probablemente otros equipos lo hubieran dado todo por perdido; hubieran entregado la toalla y tal vez incluso dejando una imagen lamentable. Pero como estas noches jamás sabes cuándo las volverás a repetir, el Cebé, como de costumbre, ni se dejó llevar ni entregó armas hasta el final. Los albinegros sorprendieron en buena parte del tercer cuarto a un San Pablo que posiblemente se relajara; así, de los 22 puntos de diferencia los de Jordi Juste llegaron a ponerse a 12 de distancia y llevarse, al menos, la honra de vencer a los burgaleses en ese periodo del partido (25-18).

El Cebé también mantuvo el tipo en el último cuarto, sacó orgullo y lo compitió y peleó sin bajar el nivel de intensidad, que era lo fácil sabiendo de la dificultad del reto. Asier González brilló con luz propia y se gustó como MVP de los albinegros en una noche donde también cumplieron bien con su cometido Garuba, Álex Jordá y Alberto Martín, entre otros. Los de Jordi Juste echaron en falta los puntos de Gerard Blat, algún que otro triple de Calvin Hermanson y, por supuesto, la presencia de Van Eick.

El holandés no se vistió de corto por unas molestias en el hombro y se decidió por reservarlo de cara a la liga regular. Ese es el objetivo número uno y la segunda parte de la temporada avecina exigente. Después de este sueño copero toca volver a la realidad y, por qué no, oñar en grande: el Cebé lleva ocho victorias, ocupa puestos de fase de ascenso a la ACB como la sorprendente revelación de la temporada y precisa de cuatro más para amarrar la salvación como primer y gran objetivo. La visita del Zamora, el sábado 1 a las 20.00 horas, marca el camino.