Hamás libera a las cuatro soldados de Israel en una ceremonia multitudinaria

Las cuatro están siendo liberadas a cambio de un grupo de prisioneros palestinos en virtud de un acuerdo de alto el fuego destinado a poner fin a la guerra de 15 meses en Gaza.

Si la semana pasada se mantuvo la tensión hasta el último momento porque la milicia no enviaba las identidades de las tres elegidas para su liberación, esta vez la incertidumbre se había apoderado de un momento tan importante debido a que los islamistas han soltado a cuatro mujeres soldado, no civiles. La organización mandó la lista con los nombres de Karina Ariev, Danielle Gilboa, Naama Levy y Liri Albag, todas militares capturadas durante la operación ‘Inundación de Al Aqsa’. Las cuatro soldados estaban apostadas en un puesto de observación en el límite de Gaza y fueron secuestradas por combatientes de Hamás que invadieron su base durante el ataque a Israel el 7 de octubre de 2023. Una de ellas habría sido retenida por la Yihad Islámica, según informa Reuters en referencia a una fuente palestina.

La oficina del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, denunció la violación de los términos del acuerdo por parte de Hamás, ya que el texto pactado en Doha (Catar) contempla la liberación de las mujeres civiles cautivas antes que las militares. El líder hebreo se reunió con los responsables de seguridad para estudiar la situación y la respuesta a esta violación de los términos firmados. Al tratarse de rehenes soldado, los israelíes están obligados a liberar a 200 prisioneros, entre ellos 120 condenados a cadena perpetua, un movimiento que genera un fuerte rechazo entre las voces críticas con el documento.

El ejército, que el martes lanzó la operación ‘Muro de Hierro’ en Cisjordania, tratará de evitar que la llegada de los presos se vuelva a convertir en una fiesta en los territorios ocupados. La semana pasada cientos de personas se juntaron para recibir a los recién liberados con fuegos artificiales, gritos y banderas de Hamás. Los israelíes han aumentado el número de puestos de control en la zona y los movimientos de una localidad a otra son cada vez más complicados. Según la Comisión de Resistencia del Muro Palestino, desde el estallido de la guerra en Gaza se han instalado 146 nuevas puertas de hierro alrededor de Cisjordania, 17 de ellas sólo este enero. Esto eleva a 898 el número de controles y hace imposible la vida de los palestinos.

La primera fase del acuerdo avanza según lo firmado e Israel ha permitido la entrada de más de 4.800 camiones con ayuda humanitaria a una Franja donde toda asistencia es poca. Tras consumarse el segundo intercambio, previsto para este sábado, llegará el turno para que los gazatíes desplazados a la fuerza al sur de la Franja puedan regresar al norte, aunque este punto puede quedar en el aire en respuesta a la decisión de Hamás de alterar los términos establecidos para la liberación de rehenes.

Quienes puedan hacer este camino de regreso en un vehículo deberán superar un control en el corredor de Netzarim. Ese puesto estará en manos de una compañía privada de seguridad de EE UU, adelantó el portal Axios, que desplegará a guardias armados en la Franja. «Las empresas estadounidenses operarán en Gaza como parte de un consorcio multinacional que se ha establecido en virtud del acuerdo de alto el fuego y con el respaldo de sus intermediarios: Estados Unidos, Egipto y Catar», reveló. El objetivo es inspeccionar los automóviles para que no lleven armas a una zona norte donde lo que espera a los vecinos es pura destrucción.

Retraso en Líbano

El intercambio de rehenes por presos palestinos centra la atención en un fin de semana en el que se cumplen 60 días de la entrada en vigor del cese de hostilidades en Líbano. Este es el tiempo fijado en el pacto para que Tel Aviv retire a sus tropas del país vecino, pero los israelíes no saldrán. La oficina del primer ministro emitió un comunicado en el que señaló que «el acuerdo se articuló en el entendimiento de que el proceso puede llevar más de 60 días (…) Está condicionado a que el ejército libanés esté desplegado en el sur y haga cumplir efectivamente los términos, mientras Hezbolá retira sus fuerzas al norte del río Litani». Israel considera que los libaneses no han aplicado del todo las condiciones acordadas y por ello no retirará de momento a sus tropas.

En los últimos dos meses las fuerzas israelíes se han ido retirando de varias zonas, pero mantienen su presencia en decenas de localidades desde donde realizan incursiones a otros puntos. Los militares aseguran que siguen allí para destruir armas de Hezbolá, pero los libaneses les acusan de destrozar casas e infraestructura para impedir el regreso futuro de los civiles. Los seguidores de la milicia chií están dispuestos a regresar a sus aldeas ocupadas, desafiando la presencia de las tropas de Tel Aviv.