Los 164 días de una pesadilla interminable

Miércoles, 29 de enero 2025, 00:54

| Actualizado 01:37h.

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Apenas se ha sobrepasado el ecuador de la temporada y al cartagenerismo ya se le hace cuesta arriba. Hoy se cumplen 164 días del inicio de la campaña 2024/25, marcada con ilusión para todos los aficionados del Efesé después de una milagrosa salvación en Segunda División y de establecer, en verano, el récord de abonados en la historia del club con casi nueve mil carnés. Sin embargo, desde que el balón echó a rodar en Burgos el domingo 18 de agosto hasta hoy, miércoles 29 de enero, las buenas noticias se cuentan con los dedos de una mano. Y lo que parecía un curso ilusionante se han convertido en 164 días de una pesadilla interminable.

La temporada que tiene al Cartagena con pie y medio en Primera RFEF, después de 15 puntos y 17 derrotas en 24 jornadas, empezó torcida con dos derrotas injustas. El equipo albinegro, entonces con las ideas frescas, margen de maniobra y ninguna losa mental, no mereció perder ni en Burgos (3-1) ni contra el Zaragoza (1-2). Pero cuatro polémicas arbitrales en las dos primeras jornadas de la competición fueron el inicio de la frustración en la plantilla con penaltis no señalados, tarjetas rojas perdonadas al rival y una falta previa que nadie señaló y costó el primero de los siete resbalones del Efesé en casa.

El equipo empezó a encadenar rachas sin ganar y, en medio de la primera necesidad, poco a poco empezó a emerger la figura de Pablo Cuñat como el gran héroe del equipo. Con paradas salvadoras arrancó, de esta manera, a convertirse como hasta ahora en el mejor jugador de la plantilla a base de intervenciones salvadoras que evitaron problemas mayores.

Septiembre fue un mes en que todo el ambiente empezó a caldearse. Fruto de los malos resultados llegó el cese del primer entrenador de la temporada, Abelardo Fernández, quien solo unos días antes protagonizó un enganchón con un periodista que dejó al Cartagena como noticia a nivel nacional. Ya destituido, el director deportivo Manuel Sánchez Breis tuvo unas palabras de despedida hacia el Pitu y, de paso, dejó caer que ya detectaba el ambiente caliente cuando la afición pidió el cese del asturiano tras la quinta derrota en seis jornadas.

«Cuando lo firmamos hace tres meses todos estabais de acuerdo en que era la hostia que el Cartagena firmara a Abelardo y tres meses después parece que no se puede ni pasear por Cartagena», dijo. Una semana antes, el presidente Paco Belmonte hizo sus últimas declaraciones en público hasta la fecha para sostener que el Cartagena se encontraba «en el mejor momento económico desde que está en Segunda», sin entrar en detalles ni aportar pruebas para ello. Tildó las informaciones acerca de la deuda de «sesgadas».

En noviembre el Cartagena ya estaba clavado en el fondo de la clasificación y una durísima derrota en casa contra el Deportivo, de las más abultadas que se recuerdan para el Efesé jugando en el estadio Cartagonova (1-5), terminó con silbidos generalizados hacia el palco. Aquello puso más en alerta si cabe a los aficionados por una fragilidad del equipo y una mejoría que tampoco llegaba con Jandro.

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A los malos resultados, el vestuarios internamente también tuvo que ver cómo era apartado uno de los jugadores, Pocho Román, por una falta de respeto grave hacia el cuerpo técnico. Era octubre y el jugador pidió disculpas públicamente, alegando que «mis problemas personales me jugaron una mala pasada». El argentino fue reincorporado y arropado por compañeros como Damián Musto.

La sonrojante derrota contra el Deportivo de la Coruña no solo provocó silbidos hacia el palco, sino una protesta de cientos de aficionados en la puerta del estadio y manifestaciones contra la directiva que fueron en aumento para el caldo de cultivo. La posibilidad de vender el club alcanzada sus picos más álgidos con la solicitud del empresario Enrique Martí al CSD y las intenciones, que luego desembocaron en una oferta, de Miguel Ángel Jiménez Bosque.

De Blasis: «Sin hacerse cargo»

Damián Musto, Pedro Alcalá y Gonzalo Verdú recibieron el aplauso general de la gente por salir a la calle, hablar cara a cara con los aficionados y asegurar que eran «los primeros responsables». En esas saltó un comentario desde Argentina de Pablo de Blasis: «Lo de siempre. Jugadores dando la cara. Los que deciden, echando la culpa al resto sin hacerse cargo».

Las últimas semanas en clave albinegra tampoco han estado exentas de un ambiente cargado. A las ventas sin concretarse se sumaron insultos de aficionados a Gonzalo Verdú; un mensaje de disculpa del manguero por su salida de tono; tres goleadas más en Castellón (4-1), Granada (4-1) y Huesca (4-0); una entrada de solo 3.500 espectadores al campo; y unas declaraciones de Manuel Sánchez Breis que se volvieron a ser virales: «Yo un hijo de puta no soy. Ni un sinvergüenza ni un ladrón».

Luis Muñoz, pendiente de su futuro, tampoco llega por lesión a la cita contra el Córdoba

El Cartagena regresó ayer a los entrenamientos con todos los jugadores disponibles a excepción de Luis Muñoz (y el lesionado de larga duración Gonzalo Verdú). El centrocampista malagueño, ausente en los tres partidos de esta segunda vuelta por un golpe en la rodilla, no llegará tampoco a tiempo a la cita del domingo (Cartagonova, 18.30 horas) contra el Córdoba. Al ‘8’, que puede abandonar el Efesé en este mercado, le queda algo más de una semana para estar disponible.

William Abrego

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