Un avión comercial con a bordo 64 personas (60 pasajeros y 4 tripulantes) chocó en el aire la noche del miércoles con un helicóptero militar Black Hawk, con tres soldados, mientras se aproximaba a la pista del aeropuerto Ronald Reagan, en Washington. Tras el impacto, … ambas aeronaves estallaron en una bola de fuego cuyos restos cayeron al río Potomac, muy cerca de la Casa Blanca. Los servicios de emergencias han recuperado una veintena de cuerpos sin vida y buscan sin descanso en el gélido cauce, donde se registran temperaturas de aproximadamente un grado.
Las imágenes y los testimonios de los testigos confirman la gravedad del siniestro, cuyas características hacen pensar que no ha habido supervivientes, aunque las autoridades evitan dar cifras. En el lugar del accidente se lleva a cabo una operación de búsqueda y rescate en la que participan policías y bomberos así como lanchas y embarcaciones de transporte que se han unido al operativo.
En total, y según ha informado en rueda de prensa el jefe del departamento de bomberos y emergencias de la ciudad, John A. Donnelly, alrededor de 300 efectivos participan en las labores de rescate. Se trata de una operación muy complicada debido a las difíciles condiciones en el río. Los responsables de emergencias hablan de la presencia de placas de hielo y de fuertes rachas de viento y admiten que la operación de rescate puede llevar días.
El accidente se produjo cuando el avión comercial, un Bombardier CRJ700 perteneciente a la compañía PSA Airline, operado por American Airlines, que iba a aterrizar en el aeródromo nacional Ronald Reagan, una de las pistas más transitadas de Estados Unidos. Según ha explicado la Administración Federal de Aviación (FAA), había despegado más temprano desde Wichita, Kansas. Por su parte, el helicóptero pertenecía a las Fuerzas Armadas y había partido de la base de Fort Belvoir, volando en ese momento cerca de la base aérea de Bolling, ubicada en la capital federal y base de la flota presidencial de helicópteros, incluido el Marine One. A escasos kilómetros se encuentra el Pentágono. El nuevo secretario de Defensa, Pete Hegseth, precisó que entre los miembros del helicóptero no figuraba ningún alto mando militar y que los tres tripulantes eran uniformados en una misión de entrenamiento nocturno.
Trump dice que pudo prevenirse
El presidente Donald Trump ha declarado que ha sido «plenamente informado sobre el terrible accidente» y que está siguiendo la situación. «Que Dios bendiga sus almas», añadió, haciendo referencia así a un posible elevado número de bajas. Luego, en su red social (Truth Socia), se ha explayado. «El avión se aproximaba perfectamente al aeropuerto. El helicóptero iba directo al avión durante un buen momento. Es una NOCHE CLARA y las luces del avión resplandecían, ¿por qué el helicóptero no subió, bajó o viró? ¿Por qué la torre de control no dijo al helicóptero lo que tenía que hacer en lugar de preguntarle si veía la nave? Es una mala situación que pudo prevenirse».
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, añadió: «Hay muchas agencias trabajando en la respuesta en este momento, tanto a nivel federal como local, y las fuerzas del orden están coordinando esfuerzos sobre el terreno para salvar el mayor número de vidas posible. El presidente seguirá la situación».
Mientras, en el aeropuerto decenas de familiares de los pasajeros del vuelo siniestrado esperaban recibir noticias sobre lo sucedido. Según los testimonios recogidos por la agencia Reuters, allí reina la confusión. «Me envió un mensaje de texto diciendo que aterrizaría en 20 minutos», ha contado el marido de una de las viajeras del Bombardier CRJ700 de PSA Airlines. «El resto de mi mensaje no llegó. Fue entonces cuando me di cuenta de que algo podría estar pasando. Solo estoy rezando para que alguien la saque del río ahora mismo».
El accidente ocurre tras una serie de incidentes en el mismo aeropuerto desde principios de 2023, lo que había alarmado a las autoridades y a la industria aérea. En mayo de 2024, un vuelo de American Airlines abortó su despegue en Reagan para evitar una colisión con un jet privado, y un mes antes hubo un incidente similar entre aviones de las empresas Southwest Airlines y JetBlue Airways.
Si no hay supervivientes, se trata del peor accidente aéreo en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un avión de American Airlines con 260 personas a bordo se estrelló en Nueva York debido a turbulencias de estela de otro avión. Cinco personas murieron en tierra.
El último accidente de aviación comercial había sido en 2009, cuando el vuelo 3407 de Colgan Air se estrelló en Buffalo, Nueva York, durante su aproximación al aeropuerto debido a un error del piloto al responder a una entrada automatizada. El accidente provocó la muerte de las 49 personas a bordo y una en tierra.
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Enlace de origen : Un avión con 64 pasajeros choca en el aire con un helicóptero en Washington: «Cayeron al río en una bola de fuego»