La abstención del PP permite el regreso de los vinilos republicanos quitados por Vox del Rincón Hernandiano en Orihuela

Los vinilos republicanos retirados por Vox del Rincón Hernandiano tienen el plácet del pleno municipal para regresar al lugar que ocupaban desde hace más de diez años. La abstención del PP ha dado este jueves vía libre a que la moción presentada por los tres grupos de la oposición -PSOE, Cs y Cambiemos- fuera aprobada por mayoría simple. De este modo, los ediles del primer teniente de alcalde, Manuel Mestre (Vox), se han quedado solos en el ‘no’.

La decisión de los populares no estaba nada clara. El alcalde, Pepe Vegara (PP), hasta ahora ha sostenido defendiendo que se enteró de la decisión de sus socios de gobierno por los medios de comunicación. Asimismo, manifestó su total desmarque de la decisión silenciosa adoptada por el edil de Vox, Gonzalo Montoya. La actuación, adoptada en vísperas de Nochevieja, no saltó a la luz, de hecho, hasta que el Ateneo Republicano Vientos del Pueblo se percató de su desaparición. No en vano ellos habían sido quienes los habían colocado tantos años atrás.

Cómo y cuándo se ejecutará la retirada de los vinilos actuales -tildados por la oposición como «turísticos»- y la reposición de los antiguos -más «reivindicativos«- es un misterio. Las mociones no son de obligado cumplimiento, sino que simplemente vienen a expresar la intención de uno o varios grupos políticos, es decir, se tratan de propuestas o instancias al gobierno municipal que, de salir aprobadas, se convierten en intencionalidad institucional, es decir, una pretensión manifiesta y oficializada del Ayuntamiento.

La pelota, por tanto, queda ahora en el tejado del equipo de gobierno PP-Vox, que son quienes deben dar ahora cauce al cumplimiento del acuerdo plenario rubricado hoy. Todo ello con la incógnita de si Vox, como responsable del área de Cultura, intentará bloquear ese regreso de las imágenes republicanas.

El debate de la moción discurrió con un clima de tensión ambiental y con concentrados a las puertas del Ayuntamiento. Todos reunidos con la clara voluntad de forzar lo que finalmente ha terminado por suceder este jueves. Los ediles del PSOE y Cambiemos, así como parte del público que tuvo la suerte de entrar al salón de plenos, acudieron con camisetas rojas serigrafiadas con la bandera republicana y el archiconocido retrato que Buero Vallejo dedicó a Miguel Hernández. Una imagen, por otra parte, que proliferado en las últimas semanas por calles y balcones de la ciudad.

Durante el debate del controvertido punto, fueron aplaudidas por el público casi todas las intervenciones que venían desde la bancada de la oposición. Y, en mitad del debate, el alcalde hizo un inciso para recordar a los asistentes que el Reglamento Orgánico del Pleno insta al público a permanecer en silencio y a no manifestar muestras públicas de agrado o desagrado hacia lo que se dice por parte de cualquier edil. Algo, por otra parte, que rara vez se ha cumplido en la ya extensa historia democrática del Ayuntamiento de Orihuela. Aunque fueron varias las veces en las que el alcalde amagó con aplicar medidas disciplinarias (la expulsión de la sala), finalmente la sangre no llegó al río y todo se desarrolló con normalidad dentro del lógico rifirrafe político.

Con «premeditación y alevosía»

Los grupos de la oposición acordaron que la defensa de la moción la cerrara el edil socialista Isidro Grao y que la iniciara la portavoz de Cambiemos, Leticia Pertegal. La líder de la formación municipalista consideró que hubo «premeditación y alevosía» en la retirada de unos vinilos, los cuales, dijo, «a nadie han molestado hasta que Vox entró en el gobierno».

Pertegal acusó al bipartito PP-Vox de «atacar» y «menospreciar» a Miguel Hernández, así como de querer «silenciar» su ideología y «compromiso político». «Les molesta que sea comunista y republicano». Algo que, para Pertegal es muestra de un «fanatismo político y total incultura» que pretende convertir, a su parecer, al poeta oriolano en un «producto comercial y turístico». En ese sentido, pidió que se deje de «ocultar y edulcorar» partes de la vida del poeta y defendió que los actuales vinilos «dan una visión falaz y la que menos incomoda a la ultraderecha».

«Ejemplo de integridad»

La edil de Cs y responsable de Cultura en la anterior legislatura, Mar Ezcurra, recalcó la condición de Hernández como «una persona perseguida, represaliada, condenada y abandonada en prisión hasta morir». Así, destacó al autor como un «ejemplo de integridad» que, a su juicio, «avergüenza» sin embargo a Vox.

«La oposición de pegatina»

La edil de Vox, Anabel García, que ostenta las competencias de Cultura mientras Gonzalo Montoya permanece de baja por paternidad, leyó la definición académica de vinilo, defendió que los han retirado por su «deterioro» y cargó contra los grupos proponentes de la moción, a los que tildó como «la oposición de la pegatina, los puristas del adhesivo, los guardianes del vinilo, los vigilantes del decorado, los románticos del rótulo y los paladines de lo efímero».

García defendió -en tono irónico- que este «gravísimo hecho» no trata de reescribir la historia «ni estamos cometiendo ningún sacrilegio cultural». La realidad -afirmó- «es más sencilla». «Había un vinilo viejo y descolorido y lo hemos sustituido recordando al autor como el gran poeta que fue en su dimensión humana y literaria».

En ese sentido, García acusó a la oposición de querer «montar un drama» y de usar al poeta como «marioneta política que arrojar contra el adversario». Por todo ello, tildó la moción de una «farsa» y manifestó su rechazo a esta «banalidad».

Reivindicación de republicanismo

El edil del PSOE, Isidro Grao, valoró que la figura de Hernández «no es neutra o susceptible de ser reescrita a conveniencia» y recalcó que el oriolano «fue un comunista y un republicano que luchó con todas sus fuerzas por un futuro de igualdad, justicia y libertad».

Asimismo, Grao reseñó que el fascismo que, dijo, mató a Miguel Hernández «sigue teniendo eco en sectores políticos presentes en esta sala», afirmó mirando a los ediles de Vox.

Para Grao, es una mentira que Vox cambiara los vinilos por su deterioro. «Se pueden restaurar o poner nuevos», evidenció. «Los cambian porque les incomoda su lucha por la igualdad, por la educación, por los derechos laborales y por la libertad que no encaja en su discurso de privilegios y desmemoria histórica». A juicio de Grao, Vox quiere hacer de Hernández «una figura inofensiva».

Vida y obra

Por parte del Partido Popular, fue el concejal de Educación, Vicente Pina, quien inició su alocución con unos versos del poeta (algo habitual en el edil) para después citar un texto del director de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Larrabide, presente entre el público, donde afirmaba que «los vaivenes personales del autor van ligados a sus circunstancias históricas», que «su vida y su obra están estrechamente unidas», pero que «hay que resguardarse de afirmaciones rotundas y peligrosas».

A continuación, Pina defendió que el equipo de gobierno municipal ha elevado hasta casi triplicar su subvención nominativa a la Fundación Miguel Hernández (después de dejarles en 2023 sin ella) y que votaron a favor de una moción para instar a que el ejecutivo municipal inicie trámites para incluir la casa familiar del poeta en la red de museos de la Generalitat.

Del mismo modo, el edil reivindicó, parafraseando a Arcadi Espada, un Miguel Hernández «de todos y para todos». «Nunca creí tener que vivir en primera persona el uso de Miguel Hernández de esta forma política», recordando que, como librero de oficio, ha participado en multitud de actividades culturales relacionadas con el poeta.

En sus charlas y coloquios, dijo Pina, «siempre ponía en contexto su figura histórica, su vehemente amor a Orihuela; en Madrid, donde descubre otra lírica y amores posibles, y el Miguel Hernández que ha de tomar partido por la causa más justa».

Para concluir afirmó que «ya sé que mis palabras caerán en saco roto» y expresó su deseo de que el titular en los periódicos sea que su grupo político «ama a Miguel Hernández». «Pero eso no vende», lamentó el edil del PP.

Las «actitudes dañinas» de Vox

Terminada la primera ronda de intervenciones, Pertegal reivindicó que las «pegatinas» que dice Vox «para todos es tener a Miguel Hernández vivo en todas sus facetas», señaló afeando las palabras de Anabel García, a la que agradeció que, gracias a las «actitudes dañinas» de su partida se haya conseguido «que la oposición esté más junta que nunca».

Pertegal citó unas palabras de Antonio Machado y otras del líder anarquista Buenaventura Durruti, al que suscribió. «Estamos trabajando en destruir el fascismo para que, en 2027, no vuelva a tener sitio en este salón de plenos».

«Justificar» la Guerra Civil

«Necesitan justificar que lo que pasó (la Guerra Civil) era necesario y que es normal que (Miguel Hernández) muriera en la cárcel abandonado en la enfermedad y la miseria por sus ideas equivocadas. Siguen anclados en una injusticia y pretenden ocultarla y no asumir que lo que pasó con Miguel Hernández no debió haber pasado nunca», valoró a continuación la edil de Cs, Mar Ezcurra.

Asimismo, la concejal naranja analizó que el alcalde, Pepe Vegara, podría haber sido más «hábil» y renovar ese espacio sin remover esos vinilos. «Pero ha preferido enterarse por la prensa de lo que Gonzalo Montoya hacía. Usted lleva demasiadas ocasiones enterándose por casualidad y eso, señor Vegara, no puede ser», recriminó Ezcurra.

El dinero para actividades hernandianas

En su segundo turno de palabra, García sacó de nuevo pecho de gestión por parte de Vox y sostuvo que, gracias a ellos, se está destinando más dinero en actividades relacionadas con el poeta. Algo que fue calificado al momento por Ezcurra de mentira. La intervención de la exedil de Cultura, fuera de turno, fue reprendida por el alcalde, que pidió orden tras reiterar al público la misma petición también. El líder de Cs, José Aix, mientras, desafiaba al alcalde con aplausos espontáneos como gesto de desaprobación a las palabras de Vegara hacia su compañera de partido.

«Miguel Hernández no solo es vuestro, es de todos», continuó García en nombre de Vox. «El problema es que tenéis tan pocos escrúpulos en usar al poeta como arma política y para escupir vuestras mentiras que, cuando la evidencia sale a la luz, recurrís a que intentamos blanquear nuestra imagen. No tenemos que hacerlo porque vamos a defender siempre la figura de Miguel, a nuestro poeta oriolano que tanto hizo por nuestro pueblo y por el arte español con independencia de ideologias», concluyó para acusar a la oposición de, a su parecer, pretender realmente «blanquear la República como si en la guerra hubiese un bando bueno».

Pina, «la mayor decepción»

Isidro Grao, por su parte, reclamó al alcalde un mayor control sobre las decisiones que sus socios de gobierno toman y, después, se dirigió a Pina para valorar que el edil de Educación, que se presentó en la lista del PP como independiente, se haya convertido, dijo Grao, «en la mayor decepción de este gobierno». «Usted votó en contra de la moción para anular los sumarios y ahora la penitencia es venir a recitarnos a Miguel Hernández cada pleno».

Grao recordó cómo el obispo Luis Almarcha ofreció al poeta mediación para sacarle de la cárcel a cambio de que renunciara a sus ideas, pero Hernández se negó. «Sus valores estaban por encima de todo aunque le costase su vida. Y, como se ha demostrado, Vox es el brazo armado de este gobierno y su idea es acabar con la memoria de Miguel porque para ellos ver la bandera republicana es como un vampiro ver una ristra de ajos».

«Engañados» por la oposición

Vicente Pina se mostró muy molesto con las palabras que le dirigió Grao y volvió a acusar a la oposición de repartir «carnets de hernandiano». «Entiendo la vida de Miguel y entiendo su complejidad, sus cambios de opiniones. Le pasa a cualquier joven que se desplaza a una sociedad diferente como Madrid. Cambia, evoluciona y crece», justificó para concluir que su partido se siente «engañado» por una oposición que «no quiere diálogo, sino utilizar al poeta».

El concejal del PSOE volvió a tomar la palabra para el cierre reafirmándose en lo expresado por su partido y el resto de la oposición sobre que el equipo de gobierno quiere, a su juicio, «diluir» la identidad del poeta «como figura reivindicativa y compromiso político». Momento tras el cual y, ante la estupefacción de un público que se esperaba un final distinto, el PP desvelaba ya a mano alzada su abstención y el alcalde declaraba aprobada la moción.

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