España y otros 18 países piden al Banco Europeo de Inversiones más financiación en Defensa

La institución presidida por Calviño invirtió 1.000 millones de euros en Defensa en 2024 y esta misma semana anunció que espera duplicar esa cifra durante este año, llegando a los 2.000 millones de euros. A preguntas sobre si la institución se plantea aumentar la partida para esas inversiones, la presidenta del organismo zanjó el debate afirmando que el BEI «no es un ministerio de Defensa».

Pero el mensaje de los diecinueve países ayer fue claro: el BEI debe hacer más. Actualmente, las capacidades de la institución para financiar proyectos de Defensa sigue siendo limitada, a pesar de que en mayo del pasado ejercicio, la institución renunció al requisito que exigía que los proyectos de doble uso (militar y civil) obtuvieran más de la mitad de sus ingresos previstos del uso civil. Esta modificación abre las posibilidades para que el BEI pueda destinar más fondos a la industria de la Defensa, siempre que los proyectos tengan un uso civil creíble.

Reevaluar los sectores

En su carta, los diecinueve Estados firmantes aseguran que «en vista de los desafíos de seguridad que enfrenta Europa, incluida la guerra de agresión de Rusia en Ucrania, es crucial tomar acciones decisivas para reforzar la seguridad europea». Para lograr ese objetivo el BEI «juega un papel clave» por lo que sugieren que se deberían «reevaluar» los sectores excluidos del BEI, como la industria de Defensa tradicional, así como aumentar el volumen de inversiones que la institución destina a los proyectos militares. También proponen la emisión de bonos destinados exclusivamente a Defensa, siguiendo la idea de los bonos de transición limpia que ya emite la entidad.

Todas estas cuestiones se debatirán en la cumbre informal de líderes que se celebrará el lunes en Bruselas. Las exigencias de la mayoría de países europeos llega en un momento clave para Europa, presionada por la OTAN y Trump para aumentar su gasto en Defensa. Estos llamamientos afectan en particular a España, que se sitúa a la cola de la Alianza Atlántica en las inversiones militares, ya que destina un 1,28% de su Producto Interior Bruto (PIB) a la Defensa, y debería invertir unos 10.600 millones de euros más para llegar al 2% exigido por la OTAN. El aumento de estas inversiones se complica por la falta de Presupuestos Generales del Estado y choca a su vez con las exigencias de los socios de Gobierno del presidente Pedro Sánchez en el Congreso.

Mientras, en la Alianza Atlántica existe una sensación de «urgencia». En su reciente viaje a España y Portugal, el jefe político de la Alianza, Mark Rutte, insistió en que los aliados «deben gastar más» en Defensa y señaló que «el 2% de gasto, fijado hace décadas, no será suficiente para hacer frente a los desafíos del futuro». Se trata de un claro toque de atención para España y los otros nueve países aliados que no cumplen con el objetivo del 2%, entre los que están Eslovenia y Luxemburgo (ambos con un 1,29%), Bélgica (1,3%) y Canadá (1,37%), entre otros.