Otro tropezón inesperado del Real Murcia

En la previa Fran Fernández, una semana más, volvió a sorprender con su alineación. Pese a la victoria en La Constitución de hace una semana el entrenador almeriense hizo dos cambios mayúsculos ya que sentó a Yriarte y a Juan Carlos Real, dos piezas que parecían insustituibles en su once, para dar entrada a Boateng en la sala de máquinas y a Pedro León en la mediapunta. Además Jaso reemplazó al sancionado Saveljich, Mier siguió como lateral izquierdo y Toral siguió como extremo una semana más.

Un buen arranque

Los primeros cuarenta y cinco minutos debieron dejar más premio para el Real Murcia, que debió irse a los vestuarios con al menos un gol a favor. Los primeros veinte minutos fueron ilusionantes ya que el equipo de Fran Fernández se mostró intenso, con un Toral incisivo, que robaba el balón y salía disparado hacia la portería contraria. El equipo murciano tenía hambre y ambición, y más tras saber que el Antequera había perdido su partido y tenía la posibilidad de colocarse a un punto de la cima.

Además el ataque grana era fluido con un Palmberg que se dejaba ver por todas partes y que jugaba fácil. Boateng tampoco desentonaba y Toral seguía enchufado, como cuando peleó un balón que parecía perdido con Valens, portero visitante, que generó una buena ocasión para Alcaina, que tiró el balón por encima del larguero con la puerta vacía. El de Pliego, en su pelea, se llevó un fuerte golpe que hizo peligrar su participación en los siguientes minutos. Pero una pérdida casi imperdonable de Loren en la salida de balón generó un ataque del Alcoyano que acabó con un peligroso disparo de Pastrana.

Fue como una bocanada de autoestima para el conjunto de Vicente Mir, que dio un paso adelante y comenzó a embotellar a un Real Murcia que además comenzó a cometer errores impropios de un equipo campeón. Un resbalón de Gazzaniga en boca de gol casi genera un gol esperpéntico, aunque el meta grana consiguió reponerse del fallo. Lo mejor del equipo local es que supo reponerse y al menos terminó la primera parte con buenas sensaciones y generando la mejor ocasión del primer acto tras un gran centro de David Vicente que Alcaina remató con dureza y de cabeza propiciando una gran parada del meta alcoyano. El Murcia fue el de casi siempre, el de las primeras partes, aguerrido pero sin la puntería que necesita un líder.

De hecho, Fran Fernández hizo su primer cambio en el descanso sentando a Boateng, con amarilla, y dio entrada a Yriarte. De paso metía músculo para que el Alcoyano no ganara la partida en la medular. Pero el arranque de la segunda parte no fue parecido al de la primera. Además, algunas decisiones incomprensibles del colegiado desconcertaron al equipo grana, que estaba más espeso con balón y fue poco a poco aculándose ante un Alcoyano que crecía. Por eso, antes de la hora de partido Fran Fernández metió a Real y Forns para intentar reactivar a su equipo.

Un fallo grotesco

Alcaina y Loren despertaron a la grada con una jugada de pelea y tesón que acabó en saque de esquina, pero el partido seguía siendo feo para el Real Murcia y para la grada, que comenzó a impacientarse. Y con razón, ya que a veinte minutos del final un saque de esquina precedido por un ataque sin final del Alcoyano, acabó con otro fallo defensivo y el gol en contra de Atienza, que dejó al descubierto las carencias granas en casa. A partir de ahí los nervios y la precipitación se apoderaron de un equipo que comenzó a tener miedo escénico y a parecer peor de lo que es. Fran Fernández, para intentar voltear la situación, tiró de Flakus y Rojas para el tramo final de un choque en el que el Real Murcia volvía a estar contra las cuerdas.

Una buena internada y un disparo lejano de Forns animó al Murcia, que se quedó con un jugador menos por la roja a Toral, que se mostró demasiado vehemente con el árbitro. El equipo grana estaba torcido, no le salía nada, como en el resto de la segunda parte. Ya solo le quedaba apelar a la heroica, buscar un empate a la desesperada que le hiciera la jornada rentable tras el patinazo de su rival por el primer puesto. Pero no pasó, el equipo grana, tras dos victorias ante el Hércules y el Yeclano, volvió a tropezar y a mostrar debilidades que parecían ya olvidadas.