Ginés García Millán: «Afronto cada personaje con gran alegría, lo más difícil en la vida es hacer de uno mismo»

Ginés García Millán: «Afronto cada personaje con gran alegría, lo más difícil en la vida es hacer de uno mismo»

Domingo, 2 de febrero 2025, 13:57

El Aula de Cultura de LA VERDAD concluyó la temporada 2024 el 11 de diciembre con un paseo por las colecciones del Museo Nacional del Prado de la mano de su director, Miguel Falomir. En esos días, Ginés García Millán (Puerto Lumbreras, 1964) recibía por unanimidad elogiosas críticas y aplausos por su interpretación del poeta ciego Max Estrella, uno de los personajes canónicos de Ramón del Valle-Inclán. El próximo miércoles 5 de febrero, García Millán estará en Murcia, invitado por el Aula de Cultura de LA VERDAD para compartir con los lectores este gran momento en su trayectoria teatral.

El acto, convocado en colaboración con la Fundación Cajamurcia y la Fundación Vocento, tendrá lugar a las 19.30 horas, con entrada libre (240 butacas), en el Aula de Cultura de la Fundación Cajamurcia en la Gran Vía 23 de Murcia, y será el arranque de la temporada 2025 del ciclo de encuentros organizado por LA VERDAD por el que pasarán Aitor Larrabide (19 de febrero), director de la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela, y los escritores José Ángel Mañas (5 de marzo), que presentará ‘Una historia del Kronen’ (Aguilar), y Pilar Adón (2 de abril), autora de ‘De bestias y aves’ y más recientemente ‘Las iras’ (Galaxia Gutenberg).

La versión de ‘Luces de bohemia’, «el esperpento más celebrado» de Valle-Inclán, según Javier Vallejo (‘El País’), ha sido también el debut en la dirección del Teatro Español de Eduardo Vasco. García Millán volverá a encarnar a Max Estrella en 2026. Será una segunda oportunidad para disfrutar de este montaje redondo. «Una de las cosas que tiene la obra de Valle, y por eso se salva, es la belleza. Aunque los personajes sean absolutamente patéticos, hay una verdad», valora este actor «muy versado en la palabra y en hacer estilos», que comparte escena en esta propuesta con otros 24 actores y actrices.

García Millán acude a este encuentro en Murcia sabiendo que ser otros en escena es un arte que practica desde el convencimiento de que los espectadores son como los lectores: imprescindibles.

-El próximo miércoles tendremos la oportunidad de escucharle en el Aula de Cultura de LA VERDAD y la Fundación Cajamurcia, tras el clamoroso éxito de ‘Luces de bohemia’, con todas las entradas vendidas entre el 17 de octubre y el 15 de diciembre. Max Estrella debió ser, en esos meses, lo más importante de su vida.

-Para mí es todo un honor acudir al Aula de Cultura de LA VERDAD. Absolutamente, ¡cómo no va a ser lo más importante! Porque llegar a esa función y a ese personaje es un sueño. Y cuando estás en ese sueño no tienes tiempo para otra cosa más que para soñar.


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-En aquel Madrid que Valle-Inclán califica de «absurdo, brillante y hambriento», encontramos a dos personajes, Max Estrella, al que usted da vida, un poeta ciego, y el golfo Latino de Hispalis (Antonio Molero), que se abren paso en un viaje nocturno por lugares característicos de la bohemia capitalina. Un clásico reciente de nuestro repertorio escénico que no se había representado hasta ahora en el Teatro Español. Este «viaje castizo por los madriles de antaño» resultará una gran aventura. ¿No está previsto que hagan una gira?

-¡Es que somos 25 actores! Es como esos montajes de antes, de finales de los 80 y principios de los 90, cuando yo llegué a Madrid, y somos muchísimos, y es muy difícil mover eso. Pero, afortunadamente, volvemos a Madrid en enero de 2026, de enero a marzo de 2026, así que todos los amigos que se quedaron sin vernos van a tener otra oportunidad. [En esta primera temporada, a escasos 200 metros del Callejón del Gato, en el Teatro Español, casi 33.000 personas disfrutaron de ‘Luces de bohemia’ en las 52 funciones programadas].

-¿Ya se ha cortado la barba?

-He tardado, no me la he cortado del todo, sino un poquito, me ha costado cortármela porque era una especie de talismán; como Sansón con el pelo, yo con la barba.

-¿Había estado antes en un montaje teatral con tanta gente?

-Pues con tanta gente, no. Se acercaba el Don Juan que hice también con Eduardo Vasco en el Teatro de la Comedia, y luego en Alcalá de Henares. Pero es que 25 actores es un gran sueño, es como una gran compañía. Yo cuando llegué el primer día al ensayo y vi a tantos compañeros, y a tantos compañeros queridos, fue una alegría inmensa. Es maravilloso que un teatro público como es el Teatro Español apueste por este tipo de montajes. Porque si no se ven en un teatro público, ¿dónde se van a ver? Es muy difícil que una compañía privada pueda hacer esto. Parece algo imposible.

-Entre esos 25 actores y actrices coincide en el reparto con María Isasi, hija del director de cine Antonio Isasi-Isasmendi y de la actriz Marisa Paredes. La inesperada muerte de Marisa Paredes el 17 de diciembre, solo dos días después de la última función de ‘Luces de bohemia’, era la noticia menos esperada.

-Fue algo muy duro, porque Marisa Paredes fue a ver la función, y fue a despedirnos el último día. Hay una fotografía que publicó María Isasi, de su madre aplaudiendo en el patio de butacas, y con el brazo levantado, y es emocionante, se te ponen los pelos de punta. Ahí estábamos con ella el último día de función, llena de vitalidad, de energía, de vida…

Variedad de personajes

«Desde mendigo a cómico, he pasado casi por todos los estratos, he tenido esa suerte también, y en la mayoría de las veces lo tomo como si fuera un niño, porque hay que tener esa inocencia para trabajar los personajes»

-Dice Eduardo Vasco que quizás lleguemos, a través de ‘Luces de bohemia’, a alguna reflexión constructiva sobre temas fundamentales en esta sociedad de hoy «tan hipersensible». ¿Cuándo escuchó usted hablar por vez primera de esta obra?

-La primera vez en el instituto, lógicamente. Y después ya en la Escuela de Arte Dramático, porque es un texto de referencia, como todos los de Valle-Inclán. Pero, afortunadamente, volver después con los años ha sido maravilloso, porque claro, yo no soy el mismo que cuando tenía 20 años y leí este texto. O incluso antes de cumplir 20. Hoy puedo comprender muchas más cosas. Comprendes ese personaje porque está más cerca de uno, uno tiene ya las heridas, y el dolor de la vida, e intuye con qué herramientas enfrentarse a este personaje.

-Entre esos amigos con los que se reencuentra en ‘Luces de bohemia’ no solo está Antonio Molero.

-¡Hay muchísimos! Están Alejandro Sigüenza [Basilio Soulinake/Viejo que escribe], con el que coincidí en un ‘Rey Lear’ de Miguel Narros, que es de otra época; Ernesto Arias [Rubén Darío/Guardia], Antonio Molero [Latino de Hispalis], Mariano Llorente [El Ministro/El Cochero]… gente con la que yo he trabajado en otras ocasiones y que estudiamos juntos, como es el caso de Ángel Solo [Zaratustra/Sereno], que, curiosamente, hicimos juntos el examen en la Escuela de Arte Dramático el mismo día y la misma hora, íbamos casi cogidos de la mano. Ha sido un montaje de encuentros, algo maravilloso, porque también me ha permitido trabajar con gente con la que no había coincidido, como con Alcobendas [Preso/El Pollo: José Luis Alcobendas]. Y aquí seguimos, lo más bonito que te puede pasar es encontrarte con compañeros que trabajaron contigo hace 30 años, que se dice pronto…

-De dónde viene ese carácter suyo tan simpático, tan agradable, que cae bien a todo el mundo. ¿Hay alguna explicación?

-Yo creo que esto viene de casta, en esto tienen mucho que ver mi madre y mi padre, mi familia es gente muy humilde, y muy querida por la gente, así que algo habré heredado de ellos, ¡seguro!

-Qué suerte haber conocido a gente tan interesante del teatro, del cine, de la industria del entretenimiento, de las series de televisión. Si alguna vez soñó con las cosas que haría en un futuro, no sé si imaginaba llegar a proyectos tan fascinantes a lo largo de las décadas como ‘Nazca’, ‘Periodistas’, ‘Motivos personales’, ‘Herederos’, ‘Isabel’, ‘Velvet’, ‘¿Quién mató a Sara?’, ‘La novia de América’, ‘El infierno prometido’, ‘Felices 140’, ‘La manzana de oro’, etc.

-He hecho mucho más de lo que yo había soñado. Porque haber conocido a Paco Rabal [hizo también de Max Estrella en la versión cinematográfica de ‘Luces de bohemia’ de Miguel Ángel Díez con guión de Mario Camus], a Margarita Lozano, a Concha Velasco… haber trabajado con ellos, ver la clase de profesionales que eran, lo que me ha regalado la vida es mucho. Doy gracias por haber tomado la decisión en su momento de dar el paso para luchar por este oficio, me ha regalado mucho. No hubiese podido viajar tanto ni conocer a gente tan extraordinaria. Me ha regalado mucho este oficio, cosas buenas. La vida pasa muy rápida y hay que disfrutarla, somos lo que hemos vivido y cómo aceptamos lo que hemos vivido.

-Ser otros en escena solo está al alcance de verdaderos artistas.

-Yo creo que tenemos esa suerte, eso nos libera de la persona real que somos muchas veces, y, sobre todo, nos hace indagar en el alma humana, que es compleja, diversa, apasionante, y nos descubre y nos hace crecer como personas. Creo que no soy el mismo después de haber hecho este personaje u otros personajes que me aportaron. Eso es una gran suerte. Efectivamente, me gusta mucho ser otro, es una fortuna.

-¿Hay alguna profesión que le quede por llevar a escena?

-Desde mendigo a cómico, he pasado casi por todos los estratos, he tenido esa suerte también, y en la mayoría de las veces lo afronto como si fuera un niño, porque hay que tener esa inocencia para trabajar los personajes. Siempre hay que tener intuición. Yo afronto cada personaje con gran alegría, porque lo más difícil en la vida es hacer de uno mismo, y las cosas de la vida real me parecen mucho más complejas que la vida de los personajes. Si te equivocas con un personaje, pues ya habrá otro, pero en la vida real las cosas son complicadas.

Primera vez en ‘LA VERDAD’

«Debió ser por algún tema deportivo, porque yo salí de mi pueblo para jugar en el Imperial, que era el equipo de los más pequeños del Real Murcia. La primera vez que aparecí en un reportaje grande debió ser con la serie ‘Nazca’ en Cuba, ahí conocí a los Rabal»

-Este boom de producciones audiovisuales gracias a las plataformas, ¿cómo está influyendo en la manera de rodar y actuar?

-Algunas cosas han mejorado y otras no tanto. Creo que todo va demasiado rápido. En las primeras películas que yo hice había unos tiempos más medidos, aunque iba ya rápida la televisión. Siempre ha habido series de calidad, y grandísimas series en este país, y ahora el nivel de la televisión es increíble, pero todo va muy rápido, pienso que se hacen demasiado rápido y no da tiempo a digerir. Queda la impresión de que una serie, tenga mayor o menor éxito, se olvida. Hay series de hace tres o cuatro años que se me han olvidado, pero no se olvidan por ejemplo ‘Los gozos y las sombras’, ‘Fortunata y Jacinta’, ‘Juncal’ y ‘Curro Jiménez’. Quizás es que todo va más deprisa, y con la edad que tenemos quizás sea verdad.

-¿Cómo tiene proyectado este 2025? ¿Será un buen año de trabajo para usted?

-Sí, sobre todo bueno, con la alegría de saber que vamos a volver a hacer ‘Luces de bohemia’ en el Teatro Español. Esto te da una paz de espíritu increíble, porque si eso hubiera terminado tal y como ha sido y funcionado hubiera sido un dolor enorme que yo iría arrastrando absolutamente. Vuelvo a rodar en primavera la tercera parte de las novelas de Carmen Mola, ‘La nena’, tras ‘La novia gitana’ y ‘La red púrpura’, para Atresplayer. Y en unos días vuelvo a San Sebastián para rodar la nueva película de Arantxa Echevarría, que es una todoterreno, yo la conocí en producción cuando hicimos para Antena 3 ‘Adolfo Suárez, el presidente’. A la directora de casting, Rosa Estévez, la conozco hace tiempo y que te llamen de nuevo es un premio.

-Pasó la Nochevieja en la Academia de España en Roma…

-Es que es un sitio precioso, en el Trastévere de Roma, con un ambiente maravilloso. Fui cuando estaba becada mi amiga Sonia Navarro y ahora que está FOD (Francisco Olivares), esa oportunidad no podía desaprovecharla. Siempre que vaya un amigo allí, allá que me van a encontrar.

-Antonio Arco, crítico teatral de LA VERDAD, siempre estuvo pendiente de sus estrenos.

-Antonio es alguien muy querido, siempre ha estado apoyándome, y ha ido a ver casi todo lo que he hecho. La última vez que nos encontramos recordamos el rodaje en Cuba de ‘Nazca’. Y me decía, te das cuenta Ginés, que ha pasado la vida. ¡La vida, Ginés! Le estoy muy agradecido porque siempre me trató con respeto y con cariño.

-¿Recuerda las primeras veces que apareció en LA VERDAD?

-Debió ser por algún tema deportivo, porque yo salí de mi pueblo para jugar en el Imperial, que era el equipo de los más pequeños del Murcia. Y la primera vez de un reportaje grande debió ser con la serie ‘Nazca’, que hicimos en Cuba con Benito Rabal de director y ahí conocí a Paco Rabal y a toda la familia Rabal. Recordaremos todo eso en el Aula de Cultura, y que nadie se corte nada, porque ahí estaré con los lectores para responder lo que pueda.

-Marcos Salvador Romera, ¿qué representa para todos los amigos artistas de Puerto Lumbreras?

-Podría decir que Marcos Salvador Romera es «el artista». Aparte de mi amigo, es el artista. [La sonrisa de Ginés se hace eterna].

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