El UCAM acaba con nueve jugadores y sin la victoria ante el Orihuela

Todo estalló en ese final. Hasta entonces aún se pudo valorar el partido desde la normalidad del juego. Y ahí pareció estar mejor el Orihuela. Se mostró decidido al principio. Sin mucha elaboración, llegaba con gente para acompañar a Goyo Medina. La proyección en ataque del carrilero izquierdo siempre daba una solución a su equipo para progresar con una simple apertura del mediocentro, por ejemplo. En esas, Gonzalo Serrano tocó de cabeza en el segundo palo y la defensa despejó el peligro. Y un centro de Goyo no llegó a Loren, el otro carrilero.

No estaba cómodo el UCAM a la hora de crear juego, aunque José Ruiz empezara a marcar el territorio ante Goyo o Yeremy atacara la profundidad para facilitar las cosas con un juego más sencillo. En cualquier caso, el Orihuela se mantenía muy armado por detrás del balón con su línea de cinco defensas. No concedía nada, totalmente convencido de lo que hacía. También superó el momento más crítico en la mejor ocasión universitaria. Luque remató y Goyo sacó en la línea.

Y la segunda parte no empezó mejor. No solo porque los visitantes seguían con el partido bien controlado, con Pitu recortando y chutando a los brazos de Prieto, sino también porque el UCAM se quedó con 10. El jugador del Orihuela se enredó con José Ruiz y el lateral derecho fue expulsado. Las complicaciones aumentaban para los de Javi Motos. El técnico se veía en la necesidad de recomponer a su equipo a la vez que no podía dejar de mirar a la portería contraria para ganar. Un equilibrismo del que se pudo librar. El árbitro pitó penalti por mano a la salida de un córner y Urcelay puso el 1-0 engañando al portero.

Yeremy y Chuli, fuera

Es curioso cómo afecta un gol. Se vio en la banda. El UCAM dejó en suspenso durante unos minutos las entradas de Amin y Segura, mientras que el Orihuela, que preparaba un solo cambio, acabó haciendo tres ya con el marcador en contra. Los universitarios conseguían mantener la ventaja en el marcador y el extremo Ale Marín ya era un defensa más en el 5-3-1 que dibujaba Motos. Entonces, llegando al minuto 90, el partido se salió del análisis puramente futbolístico. Franco, uno de los revulsivos visitantes, quiso forzar un penalti. Yeremy se lo recriminó y Chuli también se calentó. Ambos acabaron expulsados y el lío siguió en el túnel de vestuarios.

Ya nueve contra diez, el UCAM se defendía como podía y lograba resistir en mitad de un tiempo añadido eterno. Hasta que en el minuto 101 el árbitro pitó otra pena máxima ante la incredulidad local. Prieto estuvo a punto de sacar el lanzamiento de Pitu. Tanto se alargó el choque que el UCAM tuvo una ocasión más, pero Arias sacó con un paradón un remate de Amin.