Andrea Carrión: «Perseguir mis sueños es innegociable para mí»

«Lo leí con 16 años, y fue el primer libro que me impactó de una manera más madura. La forma que tiene de combinar el misterio con emociones muy profundas me dejó cautivadísima. No lo he vuelto a leer, aunque lo he prestado un par de veces y me he leído toda la serie de ‘El Cementerio de los Libros Olvidados’».

«Funciona para mí como desahogo y como motivación. Me hace conectar con mi fuerza interna, me devuelve a mí y a todo lo que habita dentro de mí. Tanto si estoy en un momento malo como en uno bueno, funciona de conexión. Para mí la música es como una energía que puedo beberme para ver cómo reacciona mi cuerpo».

«Esta película representa lo que para mí es innegociable: perseguir tus sueños, esas ganas de aventura, tu curiosidad… sin olvidar nunca de dónde vienes».

«Mi refugio es perderme por la zona del Valle Perdido. Son los montes de mi infancia y de mi adolescencia. He pasado mucho tiempo allí con mi perro, ‘Chiki’, que ya no está y fue mi compañero 14 años de mi vida. He visto atardeceres, contemplado las estrellas… También me gustaría hacer una inmersión de supervivencia y estar delante de un lobo, por lo menos una vez en la vida. Es mi animal favorito y, aunque no sé por qué, siento que es mi tótem».

«Instagram me permite conectar con profesionales de mi sector y que ellos contacten conmigo. Me facilita presentarme artísticamente de una manera más completa, más allá de un currículum. Sin embargo, las redes están diseñadas para que nos volvamos adictos. O tú mismo te autogestionas o estás abocado a ser víctima de esa adicción. Tengo una aplicación que bloquea Instagram y WhatsApp cuando quiero, y también otra que me limita el tiempo de uso diario, porque no me libro de ese peligro. Las dinámicas en redes alimentan mucho la comparación, de una manera muy negativa, y el depender de la validación externa».

«Mi plato favorito son las tortitas americanas, gorditas, concretamente las de la Heladería Snoopy. Las hacen con salsa de Kinder Bueno: Kindermanía. Me las pido con doble de salsa, tanta que se cubren las tortitas y no se ve nada».

«Desde pequeña me he sentido muy conectada con la naturaleza y los animales. Cuando vi Pokémon, no podía entender cómo no existían de verdad. De niña estaba segura de que, si proyectaba, saldría mi favorito de una ‘poké ball’ que tenía de juguete. La lancé y dije: «Squirtle, te elijo a ti». Cayó al suelo y nada. Llorando, le dije a mi madre que no podía entender por qué no pasaba. Puede parecer una anécdota banal, pero es la esencia de un aspecto de mí que hace que me dedique a lo que me dedico. Si crees que algo es posible, ¿por qué no lo puedes manifestar?».