Una inversión de 12 millones limpiará de cañas 85 kilómetros de cauce del Segura

La actuación medioambiental, que fue publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), cuenta con un presupuesto de más de doce millones de euros, financiados con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-‘Next Generation’. Contempla intervenir a lo largo de 85 kilómetros del tramo fluvial comprendido entre el municipio de Ceutí y la confluencia entre el Segura y el río Mundo, en el término de Moratalla, «donde el estado de los ecosistemas asociados al río es especialmente crítico por la gran presión antrópica que desde tiempo inmemorial han venido sufriendo estos ecosistemas, debido a la roturación de los terrenos de las vegas para su uso agrícola», dice la memoria técnica del proyecto. Una situación que hizo que el cañaveral sustituyera a las especies autóctonas o dificultara la expansión de estas en las zonas en las que permanecían.

Además del objetivo ecológico y de lucha contra el cambio climático, la actuación también persigue reforzar la protección de la cuenca del Segura frente a episodios de intensas precipitaciones y consecuentes avenidas. La eliminación de cañas «mejora la capacidad hidráulica de las masas de agua» y evita «problemas de retención en las obras de paso y puentes», defiende el Ministerio.

Ejecución en doce meses

El contrato, que tendrá un plazo de ejecución de doce meses, se divide en cinco lotes, correspondientes a las diferentes fases de intervención. El primer tramo va de Ceutí hasta el Azud de Ojós, siguiendo el recorrido del río por los municipios de Archena, Ulea, Villanueva y Ojós. El segundo transcurre entre el azud y el paraje de la Presa de Cieza, atravesando Blanca y Abarán. Desde ahí, la actuación continúa hasta la central de Almadenes, en el término ciezano, mientras que el siguiente tramo va del Cañón de Almadenes hasta el Azud de Rotas, en Calasparra. El último tramo finaliza en la confluencia de los ríos Segura y el Mundo, en el límite entre Moratalla y Hellín (Albacete).

En cuanto a la intervención técnica, el primer paso será la erradicación de la ‘Arundo donax’ en ambos márgenes del cauce del río. Según la memoria del proyecto, para evitar rebrotes se utilizarán dos técnicas: desbroces reiterados, combinando cortes con medios mecánicos y manuales, y extracción del rizoma más el sustrato hasta una profundidad de hasta 0,50 metros.

En algunas zonas, sobre todo en las que no existe nada de bosque de ribera, se plantea otra técnica denominada eliminación mediante sombreado, que consiste en la colocación de una cobertura completamente opaca de material biodegradable sobre una zona de cañaveral desbrozado, de modo que se priva de luz al rizoma y, gracias a las altas temperaturas alcanzadas (superiores a 80 grados) y la baja concentración de oxígeno, se elimina definitivamente la caña.

Bioingeniería

Una vez retirada la especie invasora, se desarrollarán trabajos de bioingeniería, en los que se mezclarán materiales vivos (semillas, plantas) e inertes (piedra, madera, tierra) con un objetivo técnico, ecológico, estético y económico. Así, el proyecto prevé muros de gaviones, muros de escollera y mampostería, albarradas, hidrosiembra y muros kaiser (una técnica que consiste en la disposición de troncos en planos horizontales sucesivos, muy útil para frenar la erosión del terreno y estabilizar taludes).

La última fase de la intervención es la revegetación con especies vegetales autóctonas. La distribución se realizará en dos líneas: la primera, más cercana al cauce, estará compuesta por juncos, eneas, lirios y sauces. En la segunda línea se plantarán otras especies como chopo, álamo, olmo, almez, taray, adelfa, madreselva y murta.