«Dígale al señor que se ponga de pie y se coloque en este lugar. Cuando esté en posición, explíquele que está detrás de un … cristal-espejo, lo que significa que él no puede ver a la testigo, pero ella sí puede verlo a él», indica el magistrado al intérprete. El acusado, de habla inglesa, se sitúa en la zona indicada. «¿Identifica usted a esta persona? ¿Recuerda si es la misma persona que la agredió?», pregunta la fiscal a la menor, que se asoma por una pequeña ventana del biombo, que la protege de la mirada del procesado. «Sí, es él», responde con un hilo de voz.
El acusado de agredir sexualmente a la adolescente cuando tenía 14 años en Totana afronta una pena de 13 años de prisión por un delito de agresión sexual a una menor de 16 años, según la calificación inicial de la Fiscalía. Además, solicita la prohibición de acercarse a ella a menos de 500 metros y libertad vigilada de 10 años después de la pena de prisión.
En la primera sesión del juicio que se celebró ayer en la Audiencia Provincial, el procesado escuchó el testimonio de la menor, que ahora tiene 16 años, a la que presuntamente agredió sexualmente. Él declarará en último lugar, la próxima semana, tras los testimonios de guardias civiles y forenses.
La joven relató que la agresión ocurrió a finales de marzo de hace dos años, después de salir del instituto. «Me abordó por la calle y me preguntó algo sobre una mascarilla negra que llevaba en la mano, pero apenas entendía lo que decía por su acento», explicó con voz temblorosa. Según su testimonio, el hombre le dijo que debía llevar unos documentos a un banco y le preguntó si lo podía acompañar porque no sabía dónde estaba el lugar. Caminaron unos cinco metros y, sin que ella pudiera reaccionar, la sujetó y la introdujo en el portal de un edificio.
«Me agarró del brazo y me llevó dentro. Yo intenté resistirme, pero me apretaba con fuerza», recordó. Dentro del edificio, la obligó a subir hasta la primera planta y empezó a tocarle por el cuerpo. «Empezó a tocarme. Intentó besarme. Metió su mano por dentro del pantalón del uniforme del colegio que llevaba puesto e introdujo sus dedos en mis partes íntimas. Yo no podía moverme, estaba paralizada», confesó la testigo. En un momento dado, la adolescente pudo zafarse y huir. Salió a la calle y pidió ayuda.
«Vi a una chica y le grité que me ayudara. Ella fue quien llamó a la Guardia Civil», contó. La menor recordó que la Guardia Civil le mostró varias fotografías y que pudo reconocer a su agresor. Además, aseguró que le informaron de que otra menor también había sido víctima de este hombre y que incluso había sido contagiada con una enfermedad de transmisión sexual.
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Enlace de origen : Una menor víctima de una agresión sexual: «Me introdujo a la fuerza en un portal y empezó a tocarme»
