Martes, 4 de marzo 2025, 00:48
Corren días de vino y rosas en el Hozono Jairis. El club de Alcantarilla tiene a su equipo consolidado en los puestos nobles de la Liga Femenina Endesa, sale a fiesta por partido en el Fausto Vicent y está a dos semanas de vivir su primera Copa de la Reina.
Será en Zaragoza, una ciudad que conoce muy bien Carmen Grande (Tres Cantos, 28 años), con pasado en el local Casademont, factor que hará sentir «respaldadas» a las alcantarilleras, pues a Grande ya le han hecho saber los aficionados zaragozanos que «nos van a animar un montón». E su equipo «priman la ilusión y las ganas de disfrutar las unas de las otras en una ocasión que nunca más se va a repetir».
A la de Zaragoza seguro que le seguirá en el futuro alguna Copa más al proyecto de moda en el baloncesto femenino español, pero «nunca más vamos a estar el mismo equipo en el mismo sitio, con las mismas oportunidades que tenemos delante», matiza y ensalza la directora de juego madrileña.
«Women are here to stay»
Carmen Grande es una de las jugadoras que, por siempre, tendrá su nombre ligado a la historia del club alcantarillero. Vivió el primer ‘playoff’ y la primera participación en competición europea y está a punto de vivir la primera Copa. Un privilegio que no toma en vano. «Somos conscientes de que tenemos una oportunidad muy guay de representar a Alcantarilla, a todas las que han venido antes y a todos los que han puesto su gratino de arena para que este club llegue a la élite», dice, homenajeando a quienes vinieron antes. «Es especial cuando estás en un sitio en el que notas que hay gente muy ilusionada, concada vez más niños y niñas en la grada…».
«Es especial estar en un sitio donde notas que hay gente muy ilusionada», dice Grande sobre el Hozono Jairis
El secreto del éxito alcantarillero se encuentra en un grupo en el que se ha dado la química humana para hacer que los ojos de la de Tres Cantos brillen con una luz especial al oír mencionar a sus «espectaculares» compañeras, con las que «se agradece venir cada día a trabajar y pasar viajes de no sé cuántas horas».
Son mujeres que continuarán sus carreras y vidas donde el destino se encapriche, pero, que quedarán para siempre en Alcantarilla. Y su traducción el inglés, «Women are here to stay», es el lema escogido por Grande para el diseño de una línea de ropa de la que ha regalado una prenda a cada una de sus compañeras.
Culo inquieto
El diseño es una de las muchas inquietudes que tiene una Grande que siempre está «buscando otras cosas que hacer, que nutran mi persona». Siempre le gustó dibujar, y la idea de lanzarse al diseño surgió en su tiempo en Ferrol, donde «siempre estaba bicheando lo que hacía Raúl», el dueño de Waves, una marca «muy orientada hacia el surf (otra de sus pasiones), la naturaleza y el orgullo de la tierra», algo que también le tiró mucho a una jugadora con familia gallega. «Dijimos de probarlo y, de momento, va bastante bien», comenta con una sonrisa de satisfacción.
El mensaje de sus camisetas y sudaderas está claro. «Queríamos hacer algo que reivindicase el papel de la mujer, pero no solo en el deporte, sino en la sociedad y en la Historia». Grande valora que «estamos en un punto en el que hemos visto muchos cambios, pero queda mucho progreso por hacer, el lema es un puñetazo sobre la mesa que dice que estamos aquí para quedarnos».
«Las mujeres no tenemos que educar a los hombres por el hecho de serlo», cuenta sobre la lucha por la igualdad
Detrás de una prenda reivindicativa hay una persona que también lo es. Su biografía de Instagram pregunta «¿ha sido tu cerebro lavado hoy?». Habla sin querer considerarse ejemplo de nada, pero con firmeza de creer en lo que dice en un pensamiento «muy ligado a la liberación de la mujer». «Lucho un poco por lo que pienso y por una sociedad más justa», afirma Grande, que siempre ha creído que «el conocimiento es poder y el poder disfrutar de tu vida y de tu libertad».
Camino hecho y por hacer
Un punto de inflexión en el empoderamiento de la mujer en el deporte fue el caso Rubiales. El ‘ya basta’ de las futbolistas españolas «fue una inspiración para la sociedad» y «un paso adelante para el resto de deportes», ya que, como analiza Grande, «la reivindicación funciona mucho mejor si parte de alguien con poder». Y es que «hay muchas denuncias de mujeres que no son creídas por no ser tan mediáticas».
El baloncesto ha tenido también su propio caso con el extrenador del Gernika Mario López, condenado a trece años y medio de cárcel más de veinte después de su abuso sobre una menor cuando la víctima tenía 13 años y él 31. Más de dos décadas en las que siguió dentro de la estructura del club, un hecho «lamentable. Debemos condenarlo y defender, proteger y creer a las víctimas hasta que se demuestre lo contrario», cree Grande, que pone ejemplos más terrenales. «Si tu colega es un machista y tiene actitudes que no te parecen bien, también tienes que actuar». Una tarea que no tiene nada de moda y mucho de responsabilidad, porque «a mí no me beneficia ser reivindicativa en el baloncesto, no me va a dar mejores contratos».
Seguramente una batalla por terminar de librar sea la de hacer ver al hombre que el feminismo no le quita nada. «Cuando los hombres se lo plantean con un pensamiento crítico, curioso y abierto se dan cuenta», opina una Grande que tiene la suerte de estar «rodeada de muchos que también pelean por el futuro de la mujer, ellos son parte de cómo hemos crecido y entiendo que sea difícil romper algo por mucho que tú consideres que respetas, valoras y ensalzas a las mujeres». Un problema de resolución colectiva, porque «las mujeres no tenemos que educar a los hombres por el hecho de serlo al igual que las personas negras no tienen que educarte sobre racismo por ser negras».
En el diálogo está la clave. «Tenemos que opinar, escucharnos y, entre todos, educar a nuestros hijos de una forma más igual», concluye con una visión de futuro una de las jugadoras fetiche de la grada del Fausto.
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Enlace de origen : El mensaje de Carmen más allá del baloncesto
