Agarrado a sus extraordinarios solistas en una noche en la que partió sin director de orquesta y haciendo gala de ese espíritu irreductible que le ha servido para cincelar su leyenda, el Real Madrid golpeó en el Santiago Bernabéu a un Atlético que se gustó más de la cuenta tras lograr el empate y visitará la próxima semana el Metropolitano con una pequeña renta que ni mucho menos decide nada. Los goles de Rodrygo y Brahim minimizaron el enésimo mordisco de Julián Álvarez y permitieron que el conjunto que dirige Carlo Ancelotti se anotase el primer asalto de un combate que sigue abierto a cualquier desenlace.
El cuadro de Diego Pablo Simeone mostró una versión más coral que su adversario, pero jugó con el freno de mano echado y tendrá que encomendarse al empuje de su fortín para no sufrir una nueva decepción europea a manos de su vecino, que pudo aumentar el botín en el alargue pero tendrá que dar el do de pecho en territorio comanche para seguir avanzando en una competición en la que ha disfrutado de 500 noches con muchas más glorias que tristezas.
Real Madrid
Courtois, Valverde (Lucas Vázquez, min. 83), Asencio, Rüdiger, Mendy, Tchouaméni, Camavinga (Modric, min. 62), Brahim (Endrick, min. 89), Rodrygo, Mbappé y Vinicius.
2
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1
Atlético
Oblak, Llorente, Giménez, Lenglet, Galán, Giuliano (Nahuel, min. 64), Barrios (Correa, min. 75), De Paul (Sorloth, min. 75), Lino (Gallagher, min. 64), Griezmann (Le Normand, min. 71) y Julián Alvarez.
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Goles:
1-0: min. 4, Rodrygo. 1-1: min. 32, Julián Álvarez. 2-1: min. 55, Brahim. -
Árbitro:
Clément Turpin (Francia). Amonestó a Brahim y Francesco Mauri (miembro del cuerpo técnico del Real Madrid). -
Incidencias:
Partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu.
Después de tantas batallas libradas, pocos secretos quedan entre Carletto y el Cholo. El italiano salió con lo previsto, que es casi lo mismo que decir con lo que había, toda vez que Valverde volvió a acumular méritos para ser designado empleado del año en Chamartín arriesgando el tipo como postizo lateral derecho pese a las heridas que arrastraba y Camavinga hizo pesar su juventud sobre un veterano de guerra como Modric en la sala de máquinas.
Por su parte, el argentino, que acudía a la riña con más fondo de armario, alistó al batallón de gala, situando a Llorente como alguacil de Vinicius, asignando a De Paul la condición de mariscal de campo, y colocando a la Araña y al Principito en primera línea de fuego, mientras Correa y Sorloth encabezaban un lujoso pelotón de reservistas.
Llegaba el Atlético subido en la cresta de la ola y el Real Madrid procedente de un naufragio, pero los derbis son punto y aparte. No entienden de dinámicas. Quedó puesto de manifiesto nada más comenzar el encuentro con un inicio prometedor por parte del cuadro local que se vio recompensado por el gol de Rodrygo. Percutió el de Osasco por el flanco derecho para recoger el balón con el que Valverde desnudó la espalda de Galán y reventó el esférico a la red venciendo la estirada de Oblak. Volvió a ganarle la partida de inmediato el ’11’ del Real Madrid al lateral del Atlético, que arriesgó para frenarle en carrera. Reclamó penalti un Bernabéu encendido, pero Clément Turpin no apreció nada. Respiró el Atlético, mas el agujero resultaba evidente.
Leyó bien Ancelotti la defensa de los rojiblancos pegando a la cal a sus extremos, cuya pujanza reforzó el espíritu precavido de un Atlético al que le costó coger pulso, pero que demostró la templanza necesaria para hacerse pronto con el mando territorial. Contribuyó al empeño del equipo de Simeone la bajada de revoluciones de un Real Madrid al que le faltaba gobierno en la divisoria, lo que permitió a los rojiblancos ganar metros e igualar el choque por mediación de Julián Álvarez. Se benefició el argentino de la blandura defensiva de Camavinga para soltar un latigazo inapelable al palo largo que reforzó el plan de un Atlético paciente y mostró las costuras de un Real Madrid que carecía de cintura.
Ancelotti apostó por un centro del campo con mucho músculo pero escasa sinapsis, lo que dejó al Real Madrid a merced durante muchos minutos de un Atlético que pudo hacer sangre, pero que se adornó en demasía y pagó su autocomplacencia. Emergió de nuevo el Real Madrid merced a Brahim, que culebreó en el área, quebró la cadera de Giménez y soltó un derechazo a la tronera.
Mantuvo pese a ello su cuaderno de bitácora el Atlético, que estuvo a punto de igualar de nuevo por mediación de Griezmann. Lo impidió Courtois sacando una mano extraordinaria, pero Ancelotti ya había tenido suficientes disgustos. Prescindió el italiano de un errático Camavinga para dar entrada a Modric, el único músico a su disposición capaz de interpretar otra partitura.
Creció con la entrada del croata el Real Madrid, que hizo sufrir a un Atlético que rumiaba la oportunidad de oro para cebarse con los blancos que había dejado escapar. Reordenó a sus filas el Cholo, que retiró primero a Griezmann para poner en liza a tres centrales y prescindió después de sus mediocentros titulares para acabar atacando con tres delanteros con la entrada de Correa y de Sorloth. Tuvo sin embargo el tercero el Real Madrid en el descuento, cuando Mbappé no logró conectar un pase de la muerte con Endrick y Oblak amansó un remate de un Modric tan eterno como necesario para un duelo de vuelta en el que los rojiblancos necesitarán aportar más cicuta.

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Enlace de origen : Los solistas del Real Madrid frustran a la orquesta rojiblanca