Estados Unidos, un imán para los tenistas murcianos: «Esta experiencia te cambia la vida»

Domingo, 9 de marzo 2025, 13:49

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Más de 8.500 kilómetros separan Murcia de Estados Unidos. Más de 10 horas dentro de un avión se tienen que estar para pasar de la Región al país más potente del planeta. Es un destino situado en la otra parte del mapa. Un abismo para muchos, nada del otro mundo para unos pocos. Una decena de jóvenes tenistas de la Región de Murcia han puesto rumbo a distintos rincones de Norteamérica para continuar con sus carreras en el deporte de la raqueta, formarse laboralmente y, sobre todo, vivir una experiencia de vida que te cambia absolutamente la vida. Tanto que «el día que volvamos no seremos los mismos», confiesan.

Rafa Segado, Pablo Martínez, Paula Garrote, Martín García y Alberto Espinosa son los cinco nombres de al menos la mitad de jóvenes que hicieron la maleta, cerraron la puerta de casa, dejaron a padres, hermanos y amigos al otro lado del control de seguridad del aeropuerto y se embarcaron en un viaje ilusionante, exigente y, en algunos casos, aterrador. Apenas habían cumplido la mayoría de edad cuando se vieron aterrizar en las mastodónticas ciudades americanas, con el pasaporte entre los dedos y sin ninguna mano a la que agarrarse y sin ningún abrazo que poder dar. Era el inicio de todo, el punto de partida de una nueva vida.

Para Paula Garrote, alicantina de nacimiento pero cartagenera de adopción, no fue un viaje sencillo. Tenía 17 años cuando llegó a la pequeña ciudad de Abeline, en el condado de Texas. Allí, en pleno desierto no estaban mamá y papá, esos que le metieron el tenis en las venas. «Debajo de nuestra casa en Cabo de Palos habían unas pistas de tenis y un frontón y mi padre me llevaba cuando tenía dos años a ayudarle con las raquetas. Ese fue el inicio de todo», sostiene Garrote. Desde ese momento jamás se separó de una raqueta, un arma que le llevó a coger un avión en plena pandemia para marcharse al otro lado del mundo. Tenía ante sí «una oportunidad bestial, que solo te pasa una vez en la vida». Y la cogió. Quería ver a dónde le llevaba el tenis al mismo tiempo que estudiaba Business Management (una especia de ADE). «Aquí lo esencial es lo que hagas en el deporte. Te pagan una beca para los estudios y manutención a cambio de que juegues para ellos en el equipo de la universidad. Tus días arrancan a las seis de la mañana con entrenamientos y entre clases, fisios y estudio llegas a tu apartamento a las nueve agotada», cuenta Paula a solo unos meses de graduarse en St Marys University, en San Antonio (Texas).

Un mundo nuevo, en otro idioma y contigo mismo como único apoyo. Ese fue el cóctel perfecto para que se tambaleara el sueño de una niña de 18 años. «Los primeros meses me quería volver. Lloraba cada vez que regresaba a casa en Navidad porque no quería irme. Pasas de estar en los brazos de tu madre y que tu preocupación sea ir al colegio a coger un avión tu sola y construir tu vida sin nadie. Acojona. Es una oportunidad única, pero al principio el miedo es muy duro», reconoce.

Rafa Segado (Cartagena, 21 años) escuchó cantos de sirena desde Florida y allí que se marchó hace apenas dos meses. Al joven tenista, que ya cuenta con algún que otro punto ATP logrado en varios torneos, se lo rifaban entre las mejores universidades del país para contar con su derecha en los campeonatos y él eligió a los Gators de la Universidad de Florida, el mismo equipo en el que estuvo Ben Shelton, tenista que ocupa hoy el número 12 del ranking mundial. Segado se marchó a Barcelona y a la academia de Juan Carlos Ferrero en Villena para labrarse un hueco en el mundo del tenis. Y ese camino le ha llevado ahora a Estados Unidos. «Aquí hay un gran nivel y te permite mejorar mucho. Las instalaciones y entrenadores son top y era una opción irrechazable porque también quería sacarme una carrera», asegura este estudiante de Business.

Estilo Copa Davis

Allí, los jóvenes tenistas compiten en distintas divisiones en un equipo de la universidad junto a otros deportistas, una especie de Copa Davis en la que ya sea en dobles o individuales deben ir sacando puntos para ganar torneos y llegar a la competición nacional, donde está el juego un anillo de campeón, el trofeo más prestigioso y el añorado por todos. Rafa acaba de arrancar su participación con los Gators, pero la temporada universitaria se pone en pause a partir del verano. Allí los mejores tenistas pueden buscar otras citas del circuito para seguir demostrando su talento. «Miraremos algún torneo ATP. Quiero exprimir esta experiencia para formarme y ver lo lejos que puedo llegar en el mundo del tenis», señala el cartagenero.

Sacarle todo el jugo a esta oportunidad es también el reto de Pablo Martínez (Murcia, 19 años). Los Reyes Magos no habían pasado por su casa y él ya estaba en Nashville, capital del estado de Tennessee. El 3 de enero entró «un niño» por la puerta de la Universidad de Vanderbilt. Sabe que dentro de cuatro años saldrá siendo «un hombre», graduado en Economía y Negocios y, también, con la lección aprendida para ser un tenista profesional capaz de competir contra cualquiera, como otro murciano ilustre. «La carrera de Carlos Alcaraz es una motivación más para que todos nosotros cojamos caminos como este. Nos da más fuerza y más ganas de luchar por nuestras carreras y por eso estamos aquí», confiesa. No tuvo dudas ni el miedo se apoderó de él cuando le llegó al oferta de una de las mejores universidades del mundo. Se siente en su mejor momento y espera que estos cuatro años «me lleven a ser mejor tenista y me llenen de valores y conocimiento para el día de mañana».

Como desea Martín García (Murcia, 21 años). Lleva cuatro años en el estado de Tennessee. Quién se lo iba a decir cuando en 2021 media docena de agencias se pusieron en contacto con él y su único deseo era quedarse en su tierra, con los suyos y fogueándose en el deporte de la raqueta. «Decidí probar y es la mejor opción para buscar el equilibrio en tu carrera tenística y educativa. Van de la mano y te permite progresar como deportista y como persona. Se lo recomiendo a todo el que tenga dudas», asevera García-Ripoll. Está a punto de graduarse en Finanzas y en regresará a España en un verano clave para su futuro. «Disputaré varios torneos; si van bien, me sumergiré en le tenis hasta llegar a lo máximo, si no, me centraré en trabajar de lo que me he formado aquí», apunta.

Alberto Espinosa (Murcia, 20 años) lo tuvo lo más claro hace tres años y lo tiene más claro ahora también. Quería estudiar en una gran universidad de una gran ciudad, por eso está cerca de graduarse en ADE en Nueva York. Es un jugador clave del equipo del St. Thomas Aquinas College, con el que confiesa que está dando sus últimos golpes. «Es una experiencia única y la estoy viviendo al máximo. Pero el tenis a nivel profesional terminará después de estos cuatro años [le queda uno]. Me gustaría quedarme aquí ayudando como entrenador y, sobre todo, trabajando en el mundo de la economía. La raqueta seguirá cerca de mí, pero dejaré de competir para dejar hueco a otros».

William Abrego

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