El Cartagena puede ser matemáticamente equipo de Primera RFEF en siete días. La enésima derrota de la temporada, ayer contra el Eldense (0-1), deja … a los albinegros a 22 puntos de la salvación con solo 24 por disputarse. La despedida a cinco temporadas de fútbol profesional es asumida desde hace meses por el cartagenerismo, pero el domingo 13 en el estadio Juegos del Mediterráneo de Almería la caída al infierno podría ser ya real, irreversible y sin marcha atrás.
La calculadora ya no da para más cábalas a estas alturas de la película. El Efesé ha pasado prácticamente la totalidad de la temporada hundido en el fondo de la clasificación y con el paso primero de los meses y luego de las semanas ha visto cómo la salida a la superficie quedaba más y más lejos. Ninguna bombona de oxígeno le ha servido a este equipo no ya para salir a flote (algo impensable con 17 puntos de 102 posibles), sino para al menos de vez en cuando esbozar una sonrisa a su gente. Muchos aficionados dimitieron, como la directiva, dejando ya un clima de total indiferencia en un 2025 que ha ido de mal en peor. La plantilla es inferior a la de diciembre y el tercer entrenador empeora los números de los dos anteriores. El terreno perfecto, efectivamente, para un club se vaya a pique. Para más inri ya no hay protestas ni una Federación de Peñas activa que las promueva, dimitida la cúpula esta semana.
Cartagena:
Pablo Cuñat; Aguirregabiria, Jesús Hernández (Rafa Núñez, 59), Kiko Olivas, Alcalá, Nacho Martínez (Vukcevic, 45); Daniel Luna (Clemente, 67), Ndiaye, Escriche (Andy, 46); El Jebari, Ortuño (Álex Millán).
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Eldense:
Dani Martín; Fran Gámez, Íñigo Piña, Barzic, Marc Mateu; Víctor García (Raúl Parra, 85), Sergio Ortuño (Álex Bernal, 85), Diawara, Fede Vico (Timor, 74); Nacho Quintana (Masca, 74) y Juanto Ortuño (Iván Chapela, 63).
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Goles:
0-1, Marc Mateu (minuto 47). -
Árbitro:
Pérez Hernández (madrileño). Amarillas a los locales Aguirregabiria, Nacho Martínez y Ndiaye. -
Incidencias:
2.846 espectadores en el estadio Cartagonova, unos 500 de ellos de Elda.
El trayecto en Segunda División empezó como una ilusión y va a recordarse como la etapa que lo dinamitó absolutamente todo: lo institucional, lo social, lo económico y lo deportivo. Un nuevo capítulo de esta penitencia se vivió ayer, cuando el Cartagena venía de no ganarle al Deportivo (2-2) contra diez ni de lograrlo tampoco ante el Castellón con un 2-0 a favor (2-2). Al menos no perdió, lo que sumado a recibir en casa a un rival de la parte baja de clasificación invitaba a pensar en que quizá era el día de cantar una victoria cuatro meses después de aquel lejano 9 de diciembre, frente al Sporting (1-0).
Pero a estas alturas ya se nota en la intensidad quién se juega las habichuelas y quién una simple sonrisa. Y ahí el Cartagena perpetró uno de los peores partidos de la temporada, especialmente la primera parte, donde los de Guillermo Fernández Romo persiguieron sombras y casi que pidieron llegar al tiempo de descanso: arrinconados, precipitados, superados y acumulando pérdidas, el 0-1 no llegó de casualidad en unos 45 minutos para olvidar, incapaces los locales de avanzar, jugar y combinar salvo una acción aislada que terminó en el disparo lateral de Aguirregabiria. Paradójicamente, en las vallas publicitarias se podía leer un anuncio de la marca ‘Puma’ con el mensaje: «Que no te queme el balón».
Un inservible 5-3-2
El Eldense no hizo sangre. Pero porque le faltó puntería, quizá también nervioso, consciente de que una victoria en el Cartagonova era agarrarse a la salvación. Juanto Ortuño mandó a las nubes un penalti clarísimo cometido por mano de su hermano, en cada vez más silbado Alfredo Ortuño. El hermano del yeclano tampoco acertó después, con todo a favor. Ni Víctor García cuando una apertura a banda se le coló entre las piernas a Kiko Olivas. Desde luego, el esquema en 5-3-2 no sirvió de nada: el rival pisó la cocina sin parar y los dos delanteros (Ortuño y El Jebari) apenas si pisaron campo contrario.
Al final, en el inicio de la segunda parte marcó el Eldense. Lo hizo Marc Mateu en una falta lateral que se paseó sin ser rematada, hasta colarse en el fondo de la portería para Pablo Cuñat. Con ese le sirvió a los de Oltra, que no precisaron de llamar a los milagros del portero albinegro como en el partido de ida, en la jornada 4, cuando los albinegros se llevaron el triunfo con una batería de paradas (1-2). Aquello fue el espejismo de un Cartagena con serias dificultades para competir, que ganó partidos de aquella manera y sufrió lo que no está escrito en la Copa del Rey para ganar a rivales de quinta y tercera categoría.
El Cartagena lo intentó en la segunda parte en un quiero y no puedo. Una llegada de Luna rozó el palo, un remate de El Jebari se estrelló en el palo, en lo que pudo haber sido y no fue su tercer gol por tercera jornada consecutiva; y otra incomprensible de Álex Millán en el descuento también se erró de forma incomprensible y cuando ya se cantaba el gol. Se lo pasaron en grande los 500 aficionados visitantes, que hicieron del Cartagonova su particular Nuevo Pepico Amat, con saludo vikingo incluido. Esto viene sucediendo así desde que la trompetilla de Juanito, el fiel aficionado del fondo sur, se ha convertido en la banda sonora del estadio.
Los poco más de 2.300 supervivientes albinegros aplaudieron a Jesús Hernández, el chaval del filial que al menos acumula tres titularidades seguidas. Y se indignaron un poco más, si cabe, cuando el videomarcador inaugurado en enero empezó a fallar también como en una ocasión anterior. El colmo de los colmos, pensaron algunos.
Alcalá, solo y pensativo
Con el pitido final llegaron las caras largas de los futbolistas locales. Algunos se quedaron en el centro del campo cabizbajos, mirando a la nada y otros, directamente, enfilaron el camino a los vestuarios sin someterse a los silbidos y pañolada de unas decenas de aficionados enfadados. Alcalá fue el que se quedó hasta el final, ya solo, mirando a la desértica grada lateral y pensando, quizá, en cómo se ha torcido todo de esta manera.
El Cartagena está ya a un milímetro del descenso matemático. Son 22 puntos de distancia con la salvación a falta de 24 por disputarse. Y serán 23 si el Zaragoza gana hoy (La Romareda, 14.00 horas) al Mirandés. La Federación de Peñas tiene previsto organizar un desplazamiento a Almería para ver el partido que nadie quiere ver: el que podría suponer el regreso matemático del Efesé a la tercera categoría, esa donde siempre vivió y tanto le costó abandonar.

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