Un octogenario rescatado en el vía crucis del monte Calvario, una persona trasladada al hospital Santa Lucía por un síncope, una rotura fibrilar, varias … luxaciones…. La Ruta de las Fortalezas es una carrera de altísima exigencia, de poner el cuerpo al límite y de escalar castillos, baterías y fortalezas durante 54 kilómetros, en el menor tiempo posible. Un reto deportivo y personal que cada año, como este pasado sábado, deja imágenes emocionantes en la línea de meta pero también una cara más amarga: la de participantes que abandonan, muscularmente paralizados; o los que definitivamente precisan de asistencia médica por sufrir un problema de salud.
La edición número catorce desarrollada hace 72 horas movilizó a cinco mil corredores durante doce horas, aproximadamente, desde el pistoletazo de salida a las 08.012 de la mañana hasta que el último de los participantes cruzó el punto de meta de la Escuela de Infantería de Marina General Albacete y Fuster (Eimgaf), ya pasadas las ocho de la tarde. En todo ese transcurso de tiempo también lo dieron todo los servicios sanitarios, con doscientas personas que velaron por rescatar y atender todas las ayudas necesarias.
LAS CIFRAS
150
incidencias
se atendieron el año pasado. Esta vez se estima una cifra algo inferior.
200
personas
formaron el despliegue sanitario en la Ruta de las Fortalezas.
Ejército, Bomberos, Protección Civil, personal del 112, del 061 y de Cruz Roja, así como voluntarios del Virgen de la Caridad, de la UCAM y fisioterapeutas atendieron a entre cien y ciento cincuenta personas, según los primeros balances estimados, de acuerdo a preguntas de LA VERDAD al grupo de coordinación sanitario instalado en la explanada de la Eimgaf durante toda la jornada.
En la edición de 2024 se atendieron a entre 150 y 160 personas y en esta de 2025 la primera sensación es que las cifras fueron ligeramente inferiores, si bien desde la Eimgaf aún terminan de cerrar el libro de asistencias médicas, donde quedan registradas todas las incidencias para posteriormente trasladarlas al resto del equipo.
A bote pronto, explicaron a este diario fuentes directas, no hubo ninguna incidencia grave y sí varios traslados al hospital por algún síncope o golpes en la mano que por seguridad precisaban de una radiografía. En los puestos de socorro ubicados en Fajardo y la Atalaya, así como en los hospitales de campaña de la Plaza San Francisco y la Eimgaf, los sanitarios atendieron en su mayoría curas locales en rasguños y heridas, sin precisar puntos de sutura, así como el uso de reflex para el dolor.
La organización detecta que los del rango de 40 a 60 años son más expertos en la carrera y no precisan de tanta asistencia
Las mayores incidencias se registraron en las primeras horas, cuando los grupos de corredores aún no están dispersos y se contabilizan más traumatismos, desde luxaciones en el dedo y en el codo hasta heridas de menor gravedad. Entrada la tarde los bomberos también tuvieron que evacuar a personas en la Atalaya, una subida altamente exigente, que se afronta ya con unos cincuenta kilómetros en las piernas. Hubo un tapón para subir y desde la avenida del Cantón podía verse con claridad una hilera de corredores fija, esperando a poder ascender.
Calambres y agarrotamientos
Los fisioterapeutas y podólogos de los hospitales de campaña atendieron a bastantes corredores, en la mayoría de casos para tratar problemas menos graves, normalmente basados en la descarga de piernas. También por agarrotamientos musculares y contracturas en el cuádriceps. Además de traumatismos, el despliegue sanitario de la Ruta de las Fortalezas también atendió casos por deshidratación, aplicó vías y sueros a participantes y detectó pérdidas de sales en algunos de ellos. Uno de ellos fue el ganador, el militar santanderino Francisco González, que necesitó ser atendido poco después de cruzar la meta.
El uso inadecuado de geles, asimismo, provocó diarreas en decenas de participantes, motivo por el que la organización siempre incide en no abusar de ellos ni usarlos como un sustitutivo de la comida. El rango de actuación fue sobre todo en gente joven y menos experimentada, no tanto en personas de 40 a 60 años. Abandonaron la prueba 300 personas.
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La emisión de la carrera por internet y televisión costó 15.000 euros
El equipo de realización de la Ruta en plena retransmisión en directo.
LV

El Ayuntamiento de Cartagena invirtió 15.000 euros para retransmitir por primera vez en catorce años la Ruta de las Fortalezas. La carrera de 54 kilómetros fue emitida en directo por los canales oficiales de YouTube del Consistorio y de la propia organización, así como por la televisión autonómica. Durante más de cuatro horas un dron sobrevoló el recorrido ofreciendo imágenes aéreas sobre todo de San Julián.
La emisión en internet fue seguida por casi 30.0000 personas, entre las 15.000 visualizaciones del Ayuntamiento y las 13.000 de la cuenta de la Ruta de las Fortalezas. La empresa ArteQuatre fue la encargada de retransmitir el evento con cámaras fijas en el recorrido, drones, cámaras en el interior de la prueba y hasta de una persona que la llevaba incorporada en bicicleta de montaña persiguiendo a los primeros clasificados. Todo coordinado por un equipo de realización que se encargó de cuidar los mínimos detalles haciendo una difusión dinámica y entretenida. La idea es mantenerlo en 2026 pero que existan patrocinadores que lo costeen.

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Enlace de origen : La otra cara de la Ruta de las Fortalezas: diarreas, desmayos y deshidratación