Martes, 22 de abril 2025, 18:34
Durante los 38 días que se pasó ingresado en el hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral, el Papa Francisco echaba de menos … el contacto con la gente. Por eso no les hizo mucho caso a los médicos, que cuando le dieron el alta el pasado 23 de marzo le dijeron que tendría que pasarse «al menos dos meses» haciendo reposo. No tardó en salir de la Casa Santa Marta, la residencia dentro del Vaticano donde vivía y en la que falleció este lunes, tras haber saludado el día anterior desde el papamóvil a los 35.000 fieles congregados con motivo de la misa del Domingo de Resurrección. Fue su última vuelta por la plaza de San Pedro del Vaticano, pero también un momento que le produjo una profunda satisfacción, como se refleja en las últimas palabras que le dijo a su enfermero personal, Massimiliano Strappetti, el hombre que le ha acompañado en todo momento desde que fue hospitalizado el pasado 14 de febrero.
«Gracias por haberme llevado de vuelta a la plaza», le dijo Jorge Mario Bergoglio al sanitario, según informaron los medios oficiales del Vaticano. El Pontífice se sentía muy ligado a Strappetti, que había aparecido en todas las últimas comparecencias del Papa empujando su silla de ruedas, porque consideraba que le había salvado la vida. Fue en 2021 cuando le sugirió que se sometiera a una operación por sus problemas digestivos: acabaron sometiéndole a una cirugía debido a una estenosis diverticular sintomática grave en la que se le extirparon 33 centímetros del colon. El pasado domingo, tras impartir su bendición ‘Urbi et Orbi’, Francisco quiso dar esa última vuelta por la plaza de San Pedro, pero antes de subirse al papamóvil, le preguntó a Strappetti que si podía hacerlo, a lo que éste le dijo que sí.
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El enfermero habría sido también una de las últimas personas en ver con vida al Pontífice, que empezó a sentirse mal a las 5:30 horas del lunes y que, una hora después, hizo un gesto para despedirse del sanitario antes de entrar en coma en su cama, situada en el apartamento que utilizaba en el segundo piso de la Casa Santa Marta. Según los medios vaticanos, Bergoglio no sufrió en su deceso, que transcurrió rápidamente.
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Enlace de origen : Las últimas palabras a su enfermero: «Gracias por haberme llevado de vuelta a la plaza»
