
«Me cogía por la cintura, de espaldas, y me quedaba paralizada; no sabía cómo reaccionar. Cuando empecé a trabajar en el servicio de Urgencias … me avisaron de que tuviera cuidado, porque era el ‘prototipo’ del jefe. Pero aún así, es algo que no te esperas. La primera vez me quedé desconcertada. Ocurrió unas dos veces más, yo trataba de evitarle hasta que al final me dejó en paz. Fue algo muy desagradable y me pareció asqueroso». Así relata una sanitaria a LA VERDAD las situaciones que -asegura- vivió hace varios años en Urgencias del hospital Reina Sofía. Su testimonio es uno más de los muchos que ha escuchado la Unidad de Igualdad del Servicio Murciano de Salud (SMS) durante el procedimiento abierto a raíz de varias denuncias internas por presuntos tocamientos y comportamientos inadecuados por parte del jefe de este servicio.
Hasta 13 profesionales han manifestado ser víctimas de este tipo de comportamientos. A sus relatos se unen los de 11 testigos. En su informe definitivo, el equipo de la Unidad de Igualdad concluye que hay «indicios que corroboran la existencia de [presunto] acoso sexual». Ahora, la Gerencia del Reina Sofía abrirá un procedimiento para determinar las medidas a adoptar. De momento, el jefe del servicio continúa apartado del puesto de manera cautelar.
LA VERDAD ha podido hablar con dos profesionales que ofrecen relatos muy similares. «El jefe se acercaba por detrás, me tocaba el pelo y me masajeaba, me rozaba un poco. Tenías la sensación de tener que estar todo el rato alerta, guardándote las espaldas, porque no sabías por dónde te iba a venir. A los hombres no les toca el pelo pero, con nosotras, se creía con el derecho de hacerlo. Yo le paré los pies, pero he visto como le tocaba el culo a otras compañeras», explica una de ellas. «Le tuve que pedir a una compañera que por favor no me dejase sola cuando estaba él», cuenta la otra sanitaria.
El informe de la Unidad de Igualdad, al que ha tenido acceso LA VERDAD, recoge numerosos testimonios similares. Las profesionales refieren presuntos tocamientos en la espalda, la nuca, los muslos, el pelo, la cara o las nalgas. Muchas de ellas eran médicas internas residentes (MIR) de primer año cuando pasaron por estas experiencias. «Cuando me tocó el pelo me quedé mirándolo, cuando me tocó el culo me quedé parada y me aparté, cuando me tocó la cintura la segunda vez y me pellizcó el moflete me aparté y le dije: para», relata una de las víctimas en el informe. «Ese fue el episodio más impactante, la primera vez que me tocó el culo. En ese momento pensé: volverá a suceder. En una ocasión me tocó diciéndome: ‘Qué suave es tu pijama», cuenta otra.
Hay muchas otras situaciones recogidas por la Unidad de Igualdad: «Llevaba un bolígrafo en el escote y me lo cogió directamente, tocándome de forma deliberada». «He recibido comentarios por su parte como: ‘Rubia, eres peligrosa». «Me hizo preguntas constantemente, con demasiada familiaridad y comentarios incómodos como ‘eres muy mala’, y me tocó un hombro, me acarició la cabeza, el pelo, y me pasó la mano por la espalda».
Algunas de las MIR que han aportado su testimonio denuncian que la actitud del jefe investigado cambió tras rechazar ellas sus tocamientos. Según han asegurado a la Unidad de Igualdad, pasaron a sentirse maltratadas o despreciadas. «Durante la residencia no me hablaba ni me saludaba. Pienso que al no reírle las gracias, ya que su actitud no me gustaba, empezó a tratarme mal en las guardias: me avergonzaba públicamente delante de mis compañeros, diciéndome que hacía mal mi trabajo… En la atención a un paciente me dijo: ¿no sabes qué hacer? Apáñatelas», cuenta una de ellas.
De acuerdo a la investigación realizada, este tipo de comportamientos se habrían producido durante años y eran conocidos en el hospital, pero no ha sido hasta ahora cuando el SMS ha actuado, a raíz de una denuncia interna. Uno de los entrevistados por la Unidad de Igualdad destaca que los comentarios sobre la situación en Urgencias «son extendidos y generalizados» y «se han venido dando a lo largo del tiempo (en torno a unos diez años), referidos a residentes que hacen guardias en el servicio».
«Estoy en una situación de indefensión»
El jefe de Urgencias niega todas las acusaciones. «Se han vulnerado mis derechos fundamentales, y mi derecho a la presunción de inocencia, habiéndose saltado a la torera la Constitución, el procedimiento administrativo y el Código Penal», asegura en declaraciones a LA VERDAD. «Me siento en una absoluta indefensión ante este lapidamiento público, pues mientras yo me estoy defendiendo por los cauces jurídicos establecidos y adecuados, aportando pruebas y refutando el informe, otros están empeñados en hacer de esto un tema mediático para dilapidar mi imagen», señala. Anuncia, en este sentido, su intención de querellarse «contra toda la personas o personas que han vulnerado mis derechos».
El médico explica que ha presentado «unas extensas alegaciones» al informe de la Unidad de Igualdad «con numerosos documentos de prueba, testigos, etc, para acreditar mi inocencia». En sus declaraciones ante la Unidad de Igualdad, este jefe de servicio aseguró que en sus comportamientos no ha habido «nada indebido o susceptible de acoso», y cualquier contacto no ha pasado de ser la muestra de «una relación cordial en el servicio».
«Se derivan suficientes indicios»
Tras escuchar al jefe investigado y a las profesionales que aportaron su testimonio, la Unidad de Igualdad del SMS concluye que «de los hechos denunciados se derivan indicios suficientes» que «corroboran» la existencia de presuntos «contactos físicos deliberados y no deseados que generan incomodidad y malestar en las afectadas», como «tocamiento deliberado del culo» o de «la piel (cintura) por debajo de la ropa». También «repasos de arriba abajo y miradas inadecuadas, lascivas, intimidantes o indiscretas, que generan incomodidad y asco».
Se relatan también «solicitudes y promesas de trato preferencial y privilegios en las condiciones de trabajo», así como «amenazas implícitas cuando no se accede a los requerimientos (comentarios del tipo ‘no me gusta la actitud que últimamente estás teniendo conmigo’) y conductas de represalia en relación con aquellas personas afectadas que han puesto límite a su comportamiento, creado un entorno de trabajo tenso, inseguro, incómodo, humillante».
El informe subraya que, «con independencia de la intencionalidad» del jefe investigado, «de los testimonios se deriva que dichas conductas han afectado a la dignidad de las víctimas, que han vivido dichas situaciones como una vulneración de su integridad física, moral y psicológica». Además, dada la superioridad jerárquica del investigado, se ha producido un «temor a represalias» entre las víctimas. Los autores del informe recuerdan «la especial vulnerabilidad» de algunas de las afectadas, que sufrieron este presunto acoso durante su primer año de residencia. El jefe del servicio es el competente para la supervisión de los MIR, por lo que podía «interferir en su presente y su futuro». Eso generó «sentimiento de estrés, ansiedad, indefensión, miedo y bloqueo de las personas afectadas».
Fuentes del SMS señalan que será ahora la Gerencia del área VII (Reina Sofía) la encargada de la continuación del procedimiento interno. A la espera de que la investigación llegue a término, se mantiene al jefe apartado del servicio, como medida cautelar.

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Enlace de origen : Trece profesionales denuncian tocamientos del jefe de Urgencias del Reina Sofía: «Me quedaba paralizada»