Realiza un breve ejercicio periodístico Cristóbal Sánchez Blesa (Puerto Lumbreras, 1968) en el prólogo de su primera novela, ‘Lo que sé de esos libros’ (La Fea Burguesía) para contar el hecho que impulsó su narración. Si la historia fuese una noticia de agencia, según su autor, tendría el siguiente titular: ‘Padre reúne colección de libros para su hija, y los pierde’.
Pero como un titular se queda corto, Sánchez Blesa da más detalles sobre el germen de la historia en conversación con LA VERDAD. «Cuando nació mi hija Cecilia, que acaba de cumplir 18 años, empecé a reunir para ella una colección de libros dedicados. Lo hice porque yo siempre he leído muchísimo y me parece que la vida sin lectura no tiene mucho sentido. Yo quería que mi hija fuera buena lectora y se me ocurrió una vez hablando con un amigo mío escritor, Pedro Sorela, que murió hace unos años, esta idea», comienza recordando el autor, presidente de la asociación Solidarios para el Desarrollo y director de la Fundación Paco de Lucía, que es licenciado en Periodismo, aunque nunca lo ha ejercido profesionalmente.
«En ese momento yo trabajaba en La Casa Encendida [centro cultural de Madrid] y llevaba los encuentros con autores en la biblioteca, con lo cual, tenía un acceso fácil a muchos escritores. También porque soy voluntario en prisión desde hace mucho tiempo y siempre hemos llevado la literatura a la cárcel», explica el autor, que consiguió realizar su proyecto sin que su hija nunca supiera nada, hasta llegar a guardar 87 libros dedicados de cerca de 60 autores en 11 años. Entre las firmas, Soledad Puértolas, Belén Gopegui, Lorenzo Silva, Ricardo Piglia, Manuel Rivas, Agustín Fernández Mallo, Laura Freixas y Mario Vargas Llosa. Del recientemente fallecido autor, Cristóbal Sánchez Blesa recuerda que le dedicó ‘La ciudad y los perros’.
Y, ¿dónde guardó todos esos libros? «Tengo un piso en Alhama de Murcia compartido con mi hermano y llevé la caja que los contenía a un trastero. En la pandemia me di cuenta de que se me había quedado un libro fuera, así que fui a guardarlo en el primer viaje tras el confinamiento, pero la caja no estaba. Estaba seguro de dónde tenía que estar, no me había equivocado. No ha vuelto a aparecer, ese es el misterio. Y tuve un disgusto horroroso», confiesa el autor, que decidió compensar a su hija escribiendo la novela que acaba de ver la luz. «Quise escribir cómo hice la colección, por qué la hice, y contar algunas de las historias que viví con esos autores, algunas de ellas con anécdotas muy bonitas que me han dejado grandes enseñanzas».
Así fue tejiendo una trama en la que «también me inspiré en nuestros antepasados, algunos de ellos con vidas muy interesantes y cosas de mi propia vida, pero todo ello con una capa de ficción».
Con lo cual, explica, «el libro se convirtió en una autoficción que tiene una inspiración en vidas comunes, corrientes, cercanas a la de mi hija. La primera parte es un viaje, la segunda parte es una investigación. Los personajes que aparecen buscan esos libros que se han perdido, y, en esa búsqueda se encuentran a personajes muy disparatados y situaciones surrealistas», dice el escritor, que ha tratado de que en este libro haya «mucho humor».
En la trama, que presentará el 9 de mayo a las 20.00 horas en el Museo Arquelógico Los Baños de Alhama de Murcia, son protagonistas «Chan y Manu, mellizos», que «retoman su relación dañada después de años de alejamiento».
Además, Cristóbal Sánchez Blesa ha querido plasmar en la novela «el Puerto Lumbreras que yo conocí, donde viví 14 años, y la Alhama de Murcia donde pasé el instituto. Fue una época maravillosa en muchos sentidos».
«Puerto Lumbreras tiene un hecho que a mí me marcó: allí murió mi padre cuando yo tenía diez años y para mí cortó en dos mis vivencias en Puerto Lumbreras», explica. «Tengo muchos recuerdos también de la naturaleza semidesértica de la zona. Pasábamos los veranos en la pedanía de Góñar, que está en el límite con Almería, y de allí me quedo con la relación con los pájaros, las culebras y los animales domésticos», cuenta Blesa, que, actualmente, vive en Madrid. Además, «la Rambla de Nogalte era un personaje en nuestras vidas. Allí deambulábamos, porque los adultos nos dejaban ser niños libres».
Los 18 años
Finalmente, «mi hija se enteró de todo el entramado el último Día del Padre. Ella cumplía 18 años el 5 de abril pero me tuve que adelantar, porque el libro ya estaba publicado. Fue un momento muy bonito que compartió con su hermano pequeño, Germán, que también aparece como un personaje de la novela», recuerda el escritor, que ha visto cerrado el círculo con ‘Lo que sé de esos libros’, una carta de amor.
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Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : Una novela para que Cecilia ame la literatura