El Cebé pasa a otra dimensión

El Cebé pasa a otra dimensión

Sábado, 3 de mayo 2025, 23:31

Pasarán los meses, los años y probablemente décadas pero nunca se olvidará esta temporada. Jamás un equipo de baloncesto de Cartagena jugó tan bien y miró tan alto como este Odilo FC Cartagena CB lo hace en esta ya histórica, mágica e imborrable temporada 2024/25. Se agotan los calificativos para hablar de Calvin Hermanson, Sediq Garuba, Asier González, Van Eyck y el resto de este grupo de amigos, que sin casi experiencia en estas cotas tan altas y guiados por un entrenador de valor incalculable, Jordi Juste, van a jugar la fase de ascenso a la máxima categoría: la ACB. Una proeza impresionante, de un valor gigante y que para nada será fácil de repetir.

El baloncesto en Cartagena viene de donde viene. Antes de la pandemia el club deambulaba en la quinta categoría, acumulaba deudas, pasaba totalmente desapercibido y su estado general era poco más que cadavérico. El equipo estaba condenado de forma permanente a sobrevivir de aquella manera, con solo treinta aficionados en las gradas y haciendo malabares para conservar la plaza en la Liga EBA. Muy, muy, muy atrás quedaron los años dorados del Proexinca y de repente todo cambió.

Llegaron aires nuevos, un grupo de exjugadores encabezado por David Ayala se hizo cargo de la directiva y sin hacer demasiado ruido al principio, el proyecto empezó a subir como la espuma. Llegaron los ascensos en Valencia, la consolidación en LEB Plata con Gustavo Aranzana y ese gusanillo, dentro y fuera del Palacio de los Deportes, de que era el momento de dar un paso más. El Cebé creció deportivamente tan rápido casi el resto de sus estamentos, desde las bases hasta una estructura profesional. Pero el balón entró. Y siguió entrando. Y más, más y más.

Hasta que hace poco más de un año el club se plantó en Primera FEB, la segunda categoría. Rodeado de auténticos transatlánticos, de clubes gigantescos con pasado en ACB y presupuestos inmensamente superiores. Nadie daba un duro por esta plantilla cuando en agosto, en el primer entrenamiento, Jordi Juste reunió a una base de jugadores de la temporada salpicada por otros perfiles de escasa experiencia en la categoría. Era salvarse y gracias con muchos apuros. Ese era el plan. Esa era la hoja de ruta.

Pero pronto se demostró que este entrenador está hecho de otra pasta, tiene una ambición contagiosa y con la ayuda del resto de sus ayudantes ha exprimido al máximo a una plantilla que sigue al pie de la letra sus indicaciones. El equipo juega de memoria: es valiente, atrevido, mira de frente al rival y nunca ha tenido miedo a las alturas. El resultado es que el Cebé ha pisado un par de veces la zona de descenso, muy poco la zona tibia de la clasificación y lleva meses instalado en puestos de ‘playoff’ por méritos propios.

Anoche, en la penúltima jornada de la liga regular, los albinegros certificaron lo que vienen haciendo toda la temporada: que son capaces de todo y que se han ganado punto a punto disfrutar de una fase de ascenso a la ACB sin ningún tipo de precedentes en el municipio. El Oviedo se jugaba buena parte de sus opciones de optar a una de las primeras nueve plazas y desde l principio ambos imprimieron un ritmo altísimo de juego. Se reflejó en marcadores ajustados.

Tanto es así que los locales no se pusieron por delante hasta casi llegado el descanso, gracias aun fenomenal contragolpe de Gabi Gil. El gallego nunca escatimó en esfuerzos, robó balones hasta desde el suelo y base de empuje, fe y garra el Cebé se enganchó al partido. Los de Jordi Juste no encontraron a la figura del pívot, seco Asier González y cuentagotas Ugochukwu, fundamental por momentos y otros borrado por Nweke.

Por este motivo, el Cebé se encomendó al talento de su juego exterior y a una férrea defensa. Ahí emergieron un sideral Gerard Blat, uno de los héroes del ascenso a Primera FEB, para anotar 17 puntos en la primera parte y liderar a los albinegros hacia la decimosexta victoria de la temporada. Tenía la muñeca fina y Juste, consciente de su gran momento, también le dio respiros para llegar en plenas condiciones al último cuarto.

Entre medias se encargaron de mantener el tipo Álex Jordá, Garuba, ugochukwu y casi de principio a fin también Van Eyck. El holandés jugó uno de los mejores partidos de la temporada, y eso es micho decir para un jugador que rara vez suspende. Conectó con la grada, apretó los dientes y se sacó de la chistera hasta canastas desde el suelo.

La fe de Jordi Juste

Sin embargo, el destino le tenía guardada la mejor parte a Calvin Hermanson. El americano falló números intentos de triples, no era su día y Jordi Juste mantuvo una fe ciega en él para dejarlo en la pista en la última posesión. Y Hermanson apareció para firmar un triple que quedará por siempre en el recuerdo del baloncesto cartagenero, a falta de once segundo que puso el definitivo 72-71 en el marcador. Hubo fiesta e invasión de campo en el parqué. La semana que viene la vista a Cantabria será intrascendente. Después, el 17, empezarán los cuartos de final del ‘playoff’, ante un rival por conocer aún. Para el Cebé esto ya es otra dimensión.

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