El ambiente andaluz engulle las multitudinarias cruces en Cartagena

El ambiente andaluz engulle las multitudinarias cruces en Cartagena

Sábado, 3 de mayo 2025, 22:24

Manoli y su amiga Sonia no dudaron ni un instante que la fiesta de las Cruces de Mayo era el lugar adecuado para sacar del armario el traje de flamenca que llevaban tiempo sin embutirse. «Qué mejor ocasión que esta. Yo lo tengo desde el año que fui a la Feria de Abril», decía la primera de ellas llegando a la calle Honda para tomar el aperitivo. Las sevillanas sonaban de música ambiente en distintas barras por todo el centro y el veterano grupo Cantores de Híspalis, a quien alguien apodó alguna vez los Beatles de las sevillanas, llenó la Plaza del Ayuntamiento al anochecer. Qué más pedir.

A pocas horas de que Sevilla comience su afamada feria de primavera, a 540 kilómetros de distancia, las adoquinadas calles del centro de Cartagena se conviertieron en un real sin albero, pero con calor, música aflamencada, algún farolillo y hasta rebujito fresco. No se dejaron llevar por esa corriente ni los romeros de la Hermandad de San Ginés de la Jara ni el Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena, de La Palma, que cartagenerizaron una fiesta que no es exclusiva de la vecina comunidad andaluza y tiene centenaria tradición aquí sin necesidad de ponerle volantes ni lunares ni sombreros de ala ancha.

Los primeros montaron su cruz en la Glorieta, que fue un hervidero de gente todo el día. Los palmesanos tomaron con sus trajes típicos y los aperos del Campo de Cartagena la Plaza de la Condesa de Peralta, llenándola de tradición y buen gusto.

Tampoco sucumbieron las cofradías de Semana Santa. La marraja celebró su fiesta en la calle Cuatro Santos, pero montó su altar en el Callejón de Bretau, para reivindicar que fue ella la que hace justo cincuenta años recuperó del olvido la fiesta dedicada al culto de la cruz de Jesucristo. El caldero, la paella y las migas no faltaron durante toda la jornada en las barras montadas también por las cofradías California y del Resucitado en las calles donde se encuentran sus respectivas sedes, la del Aire y Palas. La fiesta se extendió también desde la Plaza del Rey hasta el Lago, donde celebraron su verbena los vecinos del casco histórico.

La celebración de las Cruces de Mayo fue multitudinaria en el día central. La mayoría de los colectivos y bares participantes no montarán hoy, pese a que pueden hacerlo hasta después de la comidad. Descartaron hacerlo tras una larga jornada de sábado, que comenzó floja en algunos lugares pero se fue animando por la tarde. Uno de los momentos culminantes se vivió en la Plaza del Ayuntamiento, repleta de público para escuchar las sevillanas del veterano grupo Cantores de Híspalis, que fueron desgranando sus grandes éxitos con otros temas menos populares pero igual de festivos.

Como ya es costumbre, por la noche, el centro de la ciudad se transformó en un extenso centro de diversión, con todo lo bueno que ello conlleva, pero también con todos los problemas de ruidos, salubridad y seguridad que ello conlleva. El amplio despliegue de la Policía Local no evitó que la gente orinara por las calles, pero sí evitó males mayores entre algunos jóvenes pasados de rosca y ganas de gresca.

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