
El populista ultra y euroescéptico George Simion ha sido el más votado en la primera vuelta de las elecciones celebradas este domingo en Rumanía con … el 40,5% de las papeletas, con el escrutinio casi finalizado. El candidato de la coalición gubernamental, el europeísta moderado Crin Antonescu, ha estado en segundo lugar durante gran parte del escrutinio, pero al llegarse al recuento de las últimas papeletas, el independiente Nicusor Dan, alcalde de Bucarest, le ha adelantado con el 20,9%, mientras que su rival se conformaba con el 20,3%. De confirmarse la cuenta, sería el centrista Dan el rival de Simion en la segunda vuelta que se celebra el 18 de mayo. Estos comicios son la repetición de la cita electoral de noviembre de 2024 anulada por el Tribunal Constitucional por supuestas injerencias rusas.
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La participación alcanzó el 54,37% del censo, un punto por encima del dato registrado en noviembre del año pasado (53,17%). Creció, y mucho, el número de rumanos que votan desde otros países: 939.000 frente a los 767.000 de la cita anterior, según datos de la Oficina Electoral Central. Si se confirman los sondeos a pie de urna, Simion será uno de los dos candidatos a la presidencia en la votación de dentro de dos semanas, aunque no puede cantar victoria porque el otro aspirante puede concentrar en torno a su figura todo el voto europeísta, que, en principio, es mayoritario.
«Hoy hemos escrito juntos la Historia. Vamos hacia un resultado excepcional, mucho mejor que la televisión del sistema nos augura», declaró Simion. «¡Hoy ha votado el pueblo de Rumanía! ¡Hoy ha hablado! Es el momento de que se le escuche», exigió antes de alabar a Georgescu. Aseguró que «Rumanía necesita su sabiduría» y dijo que el político inhabilitado es quien «por derecho debería ocupar la presidencia». «No quiero el poder para mí mismo –añadió–. Estoy aquí para restablecer el orden constitucional. Quiero democracia y devolver al pueblo rumano lo que le han quitado».
Rumanía, miembro de la UE y la OTAN y con más de 600 kilómetros de frontera con Ucrania, es un punto clave tanto en la guerra que Kiev mantiene con Rusia como para las relaciones entre Occidente y el Kremlin. Más allá de la geopolítica, los ciudadanos acudieron a las urnas en medio del hartazgo ante la clase dirigente, preocupados por la pobreza y con una opinión pública dividida por la anulación por parte del Tribunal Constitucional de la cita electoral celebrada a finales de 2024 y en la que se impuso contra pronóstico el extremista Calin Georgescu, que ahora apoya a Simion y que, en un gesto significativo, le ha acompañado este domingo hasta la urna.
Rumanía vivió el final de 2024 en pleno terremoto. Muchos estudiantes salieron a las calles en protesta por el triunfo del candidato prorruso y antieuropeísta. «Abajo el fascismo», corearon. La sombra de Rusia, de la injerencia del Kremlin en el proceso electoral, planeaba sobre el resultado. Luego, a dos días de la segunda vuelta en la que iban a enfrentarse Georgescu y la candidata de centroderecha Elena Lasconi, el Constitucional invalidó la victoria del líder ultra porque detectó interferencias impulsadas desde el extranjero. El tribunal dio por bueno el informe de los servicios de Inteligencia, que había detectado manipulaciones en las redes sociales, en TikTok especialmente, a favor de Georgescu, que acabó inhabilitado.
Fueron entonces sus simpatizantes los que llenaron las calles para manifestarse contra esta decisión. El país ha vivido un aumento de la polarización. El último presidente, Klaus Johannis, dimitió y fue relevado en febrero por el máximo cargo del Senado, Ilie Bolojan. Esta crisis institucional se ha traducido en un mayor desapego de los ciudadanos hacia los políticos tradicionales. Rumanía, una pieza clave del atlantismo frente a las intenciones expansionistas de Rusia, puede caer en manos de dirigentes más favorables a Moscú.
«Profesional de las protestas»
En un contexto tan favorable para los extremismos, Simion ha crecido como la espuma. Además de su afinidad hacia el presidente ruso, Vladímir Putin, es un declarado admirador del actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump. Incluso le ha copiado el lema electoral, el MAGA: ‘Vamos a hacer Rumanía grande de nuevo’. Simion, de 38 años y licenciado en Administración y Negocios por la Universidad de Bucarest, es un antisistema que aspira a emular al magnate neoyorquino. «Quiero hacer en mi país lo que Trump está haciendo en Estados Unidos», anunció durante la campaña.
Presume de origen humilde, de pasar privaciones en la infancia, algo que le une, sobre todo, a los más desfavorecidos de las zonas rurales. Los medios rumanos le definen como «un profesional de las protestas». Es un agitador. En 2019 fundó su partido, Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), y dos años después promovió el asalto a la Casa del Pueblo, sede de las Cámaras legislativas. Su estilo es agresivo, pero se ha borrado de los tres debates electorales televisados. Su altavoz son las redes sociales. Ahí muestra su abanico ideológico: se opone a la ayuda militar a Ucrania – «la invasión rusa es ilegal y una amenaza para Europa, pero la solidaridad no debe ser ciega» defiende– y es crítico con el control que la burocracia de la UE ejerce sobre su país. Su modelo es Trump: «En todo el mundo están surgiendo líderes que creen en naciones fuertes. Rumanía no puede quedarse atrás».

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Enlace de origen : El ultra Simion arrasa en la primera vuelta de las elecciones en Rumanía al obtener el 40% de los votos