
La problemática salida de los inquilinos de las viviendas del camping de El Portús podría entrar este verano en una situación paradójica. La mercantil … explotadora, que continúa con las obras de remodelación de las instalaciones del complejo, ya anuncia que reabrirá sus puertas este próximo agosto. Todo mientras siete vecinos que están llamados a abandonar su hogar durante los últimos años resisten en el interior del recinto. Así lo ratificó a este diario Rosa Llopis, una de las pocas campistas que todavía permanecen ‘intramuros’. Un espacio que, desde 2023, vive en convulsión después de que los nuevos propietarios, un fondo de inversión, fuera notificado por la Comunidad de que, en virtud de la vigente normativa regional de turismo, los campings no podían vender ni arrendar parcelas y propiedades, así como que los moradores no podían permanecer dentro durante más de once meses. Todo y que, durante años, la compraventa de casas se daba sin problemas ni cortapisas.
Así todo, los vecinos que no han alcanzado acuerdos de indemnización con la dirección del complejo afrontan un año complicado, con procesos judiciales abiertos que todavía tardarán en dirimir el futuro de los vecinos de este rincón paradisiaco del litoral enclavado en pleno parque natural de La Muela y Cabo Tiñoso.
El abogado de algunos de los afectados por los desalojos indica que prefiere permanecer prudente. Recordó que los afectados presentaron una denuncia al Seprona ante lo que consideran supuestos delitos contra la ordenación del territorio. Pero señaló que el asunto se encuentra todavía en fase de instrucción.
El nuevo recinto estará abierto durante todo el año, contará con dos restaurantes, piscinas y un supermercado
Por su parte, Llopis, desde el interior del camping, dijo a LA VERDAD que está subsistiendo gracias a la bondad de algunas personas que le suministran a ella y a su hijo la comida y todos los productos básicos que necesitan porque, aseguró, el camping no le deja salir de su casa. «Llevamos sin movernos de aquí desde el pasado enero porque tenemos miedo de salir y que, al volver, nos hayamos quedado sin casa».
Denunció que el encierro le está suponiendo una «tortura psicológica»: «Estamos vigilados por cámaras y, ahora mismo, no nos dejan ni siquiera ir a la playa». Junto a ella, dice que los restantes campistas son fundamentalmente personas de avanzada edad, algunos extranjeros, a los que, dice, sí se les permiten salir a comprar y al médico.
Llopis también aseguró que algunas de las casas del camping están siendo reformadas de cara a que, en un futuro, puedan alojar a usuarios del recinto. La mercantil, a preguntas de este periódico, señaló que la reapertura vendrá «con instalaciones renovadas y un modelo de turismo sostenible que ofrecerá una variedad de parcelas, alojamientos, servicios comunes y actividades complementarias como kayak, escalada o buceo».
Dos restaurantes
Atrás queda la etapa naturista. El nuevo modelo, según portavoces autorizados, será textil y, además, operará durante todo el año y no solo en temporada alta. Los alojamientos, entre ‘mobil-homes’ y apartamentos «se han renovado para mejorar su confort». A esto se sumarán dos restaurantes con carta diferenciada, dos piscinas, recepción, supermercado y baños comunes. Todo ello, subrayaron, bajo una perspectiva respetuosa con el medio ambiente que «potencia el uso de especies autóctonas, reduce el tráfico rodado y sigue los criterios de arquitectura tradicional».
Respecto al conflicto con los antiguos residentes, defendieron que «las parcelas son y han sido siempre propiedad del camping, que las ofrece únicamente en régimen de alquiler». Valoraron que siempre han actuado «de buena fe» y confían en que los clientes regresen siempre y cuando se cumpla con la normativa regional que limita el tiempo de estancia.
«El camping recibe anualmente más de 40.000 clientes y más del 90% han entendido la situación y no ha existido ningún problema con ellos». Para ellos, un pequeño porcentaje de personas –26, dijeron– «se resiste a cumplir la ley trasladando un relato que no se corresponde con la realidad y utilizando estrategias legales y de presión para intentar sacar un rédito económico».
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Convocan una concentración el domingo para pedir un acceso «sin coste y seguro» a Cala Morena
El acceso a la playa anexa al camping del Portús sigue despertando mucha controversia. Este domingo, la Asociación Cala Morena ha convocado una protesta con el fin de reivindicar el libre acceso a este arenal del litoral cartagenero al cual solo se ha podido acceder históricamente atravesando el camping o las rocas que le separan de la playa del pueblo. Todo ello con las molestias y peligros que supone.
Para los convocantes de la protesta la playa ha sido «privatizada» por el camping. Defienden que esta situación incumple la actual normativa de Costas y acusan a la CHS y al Ayuntamiento de mirar a otro lado. Consideran que el camping no está respetando la servidumbre de paso que permitiría el acceso «sin coste alguna y en condiciones de seguridad». Asimismo, critican el trazado del muro entre la arena y el camping porque, a su entender, tampoco cumpliría con la legalidad.
Portavoces de la empresa explotadora del complejo trasladaron a este diario que, por su parte, no hay ningún interés en restringir el acceso a la playa. «Es un espacio público que debe ser disfrutado por cualquier persona que así lo considere».
No obstante, las mismas fuentes señalaron que la empresa no entiende que tenga obligación legal alguna de abrir un paso hacia Cala Morena dentro del camping. «Sin embargo, siempre hemos mantenido voluntad de diálogo».
Desde la Asociación Cala Morena señalan que también han mantenido reuniones con el camping en aras de lograr ese acceso seguro, pero que rechazan la propuesta que les trasladaron de acceder por «un estrecho canal vallado». La empresa reconoció esos encuentros e indicó que han habilitado un paso provisional mientras duren los trabajos de remodelación del recinto. «Esta medida se ha adoptado teniendo en cuenta el estado actual de las instalaciones, en pleno proceso de obras, y cumpliendo con los requisitos legales de seguridad aplicables -como la ubicación o los horarios de paso-. Este itinerario está siendo utilizado con total normalidad», añadieron.
Recalcan los portavoces de la mercantil que la medida se toma de manera «voluntaria» y piden «un clima de respeto en el que, entendemos, no tienen cabida falsas acusaciones o afirmaciones que no se ajustan a la realidad. Trabajamos de manera correcta para garantizar que cumpla la normativa vigente y estamos alineados con las administraciones competentes».

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Enlace de origen : Siete familias resisten en el camping de El Portús, que reabrirá en agosto sin nudistas