El tenis de mesa como arma contra el párkinson

El tenis de mesa como arma contra el párkinson

Antonio Zomeño

Jueves, 15 de mayo 2025, 01:03

Hace un mes, Paco Molina (Alcantarilla, 63 años) alzaba los brazos al cielo de Alcobendas. Gesto emocionado, puño apretado y pala al aire. Acababa de revalidar su título de campeón de España de tenis de mesa para personas con párkinson. El año pasado ya arrasó en la primera edición del torneo, celebrada en Guadalajara, donde no cedió ni un solo set ante sus rivales. Este 15 de abril culminó otro nuevo trayecto invicto: cinco victorias en fase de grupos y cuatro en las eliminatorias para alzar su segundo trofeo.

El torneo ha crecido en cuerpo y forma para esta segunda edición, con casi el doble de participantes, pero la constante pasa por Alcantarilla: Paco Molina se ha consolidado como el referente nacional en la modalidad para personas que padecen esta afección. «Uno de mis secretos es que nunca me considero ganador, y eso me hace esforzarme más todavía. Siempre pienso que cualquiera me puede ganar», explica Paco Molina, que se vio «entre la espada y la pared» tras perder su primer y único set del torneo en semifinales, ante la triple campeona del mundo Elvira García.

La ilusión como medicina

Tras solventar el duelo ante la gallega en el último set, el murciano se impuso con solvencia en la final. «Habida cuenta de cómo estoy, que cada año que pasa me encuentro un poco peor, me hace mucha ilusión poder competir y, por qué no decirlo, ganar», asegura el palista que ya fuera campeón de España en 1977, con apenas 15 años. Casi medio siglo después, su tercer trofeo de campeón de España descansa a buen recaudo en el garaje de casa, junto a más de 300 medallas y una moto que añoran una vida con libertad de movimientos, pero narran una historia de superación.

«Un día estaba viendo la televisión y, de pronto, me fijé en que tenía un temblor en el brazo derecho», narra Paco Molina. Después de varias consultas, confirmó lo peor. «No hizo falta que la doctora me reconociera. Me miró a la cara y me dijo: ‘Usted tiene párkinson’. Tenemos un gesto en la cara un poco especial… Desgraciadamente, acertó de pleno».

El murciano espera jugar el Mundial de 2025, que se disputa en Suecia, si consigue la financiación necesaria

Tras aquel doloroso diagnóstico en 2012, la enfermedad neurodegenerativa fue, paulatinamente, tomando el control de su cuerpo. En 2017 se vio forzado a dejar el laboratorio, un trabajo que, «de poder, retomaría mañana mismo», y hace cinco años que guardó su pasión por última vez en el garaje de casa, «porque las motos grandes necesitan que puedas con ellas; una fuerza que, actualmente, he perdido».

En el día a día, su mujer y su hijo Miguel, jugador profesional de tenis de mesa que compite en la Superdivisión nacional, le ayudan en esos momentos en que no se siente capaz: «Se te engarrota el cuerpo, te entumeces y te impide la libertad de movimientos. Ahora mismo estoy al 25% de mis capacidades. Estoy atascado perdido», lamenta Paco Molina.

Frenar la enfermedad

El párkinson le puede haber negado la precisión para medir probetas o el vigor para dominar su BMW, pero no ha extinguido su fuego competitivo. Paco Molina se ha reinventado con la pala como arma. «El tenis de mesa me ayuda mucho. Los movimientos y el tiempo de reacción que requiere este deporte los perdemos con el transcurso de la enfermedad. De alguna forma, el tenis de mesa te conserva; limita el deterioro de la enfermedad», explica.

El año pasado, la falta de presupuesto y la ausencia de colaboración le negaron el derecho que se había ganado sobre la mesa: la disputa del Campeonato del Mundo. «Hicimos cuentas y se nos iba un dinero que, con mi pensión, no podía afrontar. Este deporte tiene poco escaparate, es difícil encontrar financiación», comenta sobre una ausencia que confía en subsanar este año, con su participación en la cita mundialista de octubre en Suecia. «La Federación me expresó su intención de ayudar. Intentaré sacar lo mejor de mí para quedar lo más alto posible. Un buen resultado serían las semis; ganar, ya ni te digo», concluye el doble campeón de España de tenis de mesa.

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