Jorge Doborjginidze, un bailarín convertido en hostelero «por casualidad»

Lunes, 19 de mayo 2025, 01:03

| Actualizado 01:39h.

Jorge Doborjginidze (Georgia, 1990) tuvo una especie de ‘déjà vu’ cuando hace tres semanas casi toda España se quedó a oscuras por el apagón masivo. La caída del suministro eléctrico le trasladó a su niñez, ya que en su país de origen quedarse sin luz era algo muy habitual. Sobre sus primeros años de vida en Tiflis, capital de su país de origen, el nuevo presidente de la Asociación de Bares Especiales de la Región de Murcia &ndashintegrada en la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (HoyTú)&ndash, destaca que tuvo una infancia muy feliz, a pesar de que su llegada al mundo coincidió con «una época muy dura» en Georgia por la desintegración de la antigua Unión Soviética.

«Sin saber ‘ni papa’ de castellano», llegó a los 15 años a Murcia junto a su familia buscando un futuro mejor del que podía ofrecerles en aquella época la tierra que le vio nacer, ya que había pocas oportunidades laborales. Sus padres, Nina y David, se conocieron estudiando Finanzas y, aunque Jorge pensó en seguir sus pasos, ya que reconoce que siempre se le han dado muy bien los números, la vida quiso que se adentrara en el mundo de la hostelería. Sector al que, según explica, llegó «por casualidad» cuando le ofrecieron la oportunidad de coger un pub en un pequeño local ubicado junto al Campus de La Merced de la Universidad de Murcia.

Por aquel entonces tenía tan solo 21 años, estudiaba Relaciones Laborales en Espinardo y era el encargado de organizar las fiestas de su facultad. Eventos que cosecharon mucho éxito y con los que tuvo su primer contacto con las entrañas del ocio nocturno. Tres años después de aquella primera experiencia tras la barra de un bar montó Black Tag con Lasha, su hermano pequeño y fiel escudero. Prueba de ello es que Jorge resalta que no concibe abrir un negocio sin que él esté involucrado. A base de mucho trabajo y de «ideas claras», juntos han logrado convertir su garito en un referente del ‘tardeo’ murciano. En tiempos de pandemia, Jorge y Lasha abrieron Raro, un restaurante fusión que cerró el año pasado porque el proyecto no acabó de echar raíces. Su última apuesta por la hostelería es Miaja+, un bar-club que abre todos los días desde la hora del desayuno con el que le han dado una vuelta de tuerca al concepto tradicional de pub.

A punto de cumplir 35 años, Jorge se enfrenta desde hace unos días al «reto ilusionante» de representar a los 350 profesionales que se dedican al ocio nocturno en la Región, con el principal objetivo de que se modifique la normativa de Murcia que obliga a los locales ubicados en calles de menos de siete metros de ancho a quitar la música a medianoche, pese a tener licencia hasta las cuatro de la madrugada.

Sobre su vena más artística, cuenta que fue bailarín profesional del Ballet Nacional de Georgia. Entre sus otras pasiones destacan los viajes por el mundo, las pachangas de fútbol con amigos, jugar al tenis y disfrutar de la lectura en contacto con la naturaleza en la casa de campo que tiene entre Totana y Aledo, donde este emprendedor que se define como «familiar, sociable, introvertido, paciente y discreto» desconecta acompañado de su perrita ‘Frida’ y de Elena, su prometida, con quien está inmerso en los preparativos de la boda que celebrarán el próximo año.

William Abrego

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