
A nuestros pies no les sienta nada bien la primavera. Un día sale el sol y nos plantamos las alpargatas, al siguiente llueve a mares … y tenemos que volver a los botines… Y lo que es peor, en un mismo día podemos llegar a experimentar hasta tres estaciones diferentes. Y claro, estos continuos cambios de temperatura hacen que saltemos de las botas a los zapatos abiertos con tanta frecuencia que los pies terminan resintiéndose. «El problema de esta época del año es que venimos de usar un calzado cerrado que confiere una buena sujeción y, de un día para otro, sacamos las sandalias del año anterior sin mirar siquiera si tienen bien la suela o si se encuentran en buen estado. No cabe duda de que la primavera es una de las épocas más hostiles para la salud de los pies», reconoce Jorge Escoto, directivo del Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV).
Una de las consecuencias más habituales de empezar a llevar los dedos al aire es el picor, por eso es muy normal que en esta época del año sintamos la necesidad de rascarnos los pies. «En la mayoría de los casos es por falta de hidratación, sobre todo en la zona de los talones. Pero también puede ocurrir que ese prurito esconda otras enfermedades, algunas de ellas importantes como, por ejemplo, la diabetes», advierte el podólogo valenciano. Estas son algunas patologías que cursan con picor.
Infección por hongos
Es la más frecuente y además suele ir acompañada de pequeñas erupciones en la piel. Puede aparecer en diferentes zonas, pero la más común es entre los dedos (pie de atleta) y también por toda la planta como ocurre en el caso de la tiña en mocasín. Esta infección se caracteriza por una descamación y engrosamiento de la base del pie. «Afecta más a los adultos que a los niños y más a los hombres que a las mujeres y su aparición se relaciona con el uso de piscinas, duchas y vestuarios comunitarios», precisan los expertos.
Reacciones alérgicas
Otra causa que desencadena picor en los pies son las reacciones alérgicas a los materiales con los que están confeccionados los zapatos, «especialmente en primavera y verano porque, al no llevar calcetines, eliminamos la primera barrera de protección de los pies y la piel entra en contacto directo con el calzado, que no siempre es de buena calidad. Los materiales sintéticos, colas y tintes pueden causar una reacción alérgica, que se manifiesta con un enrojecimiento de la zona y mucho picor. En estos casos, suele ser suficiente con dejar de usar el calzado que nos causa el prurito para acabar con el malestar», añaden en el ICOPCV.
Diabetes
Aunque el picor también puede enmascarar enfermedades más importantes. Una de las más graves es el pie diabético. «Las personas que padecen diabetes deben extremar los cuidados de las extremidades inferiores porque el riesgo de complicaciones es muy alto. De hecho, cuatro de cada diez personas afectadas por esta patología se tienen que someter a una amputación. Si se rascan con mucha efusividad pueden hacerse heridas y como los pies están tan cerca de un medio sucio como el suelo, hay muchas posibilidades de que se infecte. Es muy importante que las personas diabéticas lleven un control muy estricto de su enfermedad, además de mantener una higiene exhaustiva de los pies».
Diez señales que indican problemas de salud
Alteraciones en el color de las uñas: «Los tonos amarillentos pueden ser síntoma de una infección por hongos o bacterias», advierten en el colegio valenciano de podólogos.
Aparición de rugosidades en las uñas: también puede esconder una infección.
Dolor en el talón: este síntoma suele estar relacionado con casos de fascitis plantar o espolones.
Falta de sensibilidad: «Es muy común en personas que tienen diabetes y problemas sistémicos o neurológicos. En estos casos es especialmente importante realizar revisiones periódicas en el podólogo porque esa falta de sensibilidad impide muchas veces que el paciente detecte la aparición de heridas y úlceras, especialmente relevante en diabéticos. Si no se tratan a tiempo pueden terminar en una amputación», alertan los especialistas.
Desgaste irregular del calzado: puede indicar un «desequilibrio en la marcha que afecte a más partes del aparato locomotor».
Dolor al caminar: señalan los podólogos que en el caso de las personas mayores, este síntoma puede resultar incapacitante e incluso mermar seriamente su salud general. «Un dolor de este tipo puede deberse a muchas causas: sabañones, verrugas plantares, papilomas, callos, ‘ojos de pollo’…», enumeran.
Niños que se caen con mucha frecuencia: «Cuando sucede esto de forma exagerada a partir de los 3 o 4 años, es necesario realizar una revisión porque podría ser la causa de pies planos, por ejemplo».
Deformaciones en los dedos: es necesario determinar la causa lo antes posible para «evitar futuras complicaciones».
Dolor en la zona lumbar, de las caderas o las piernas: «Muchas veces las causas de este tipo de molestias en esta zona se deben a problemas en la pisada», aclaran los podólogos…
Picor: si se detecta un picor o un enrojecimiento persistente en la piel de los pies «podríamos estar padeciendo una reacción alérgica, diabetes o una infección por hongos u otro tipo de patógeno, que además pueden ser bastante contagiosas y requieren tratamiento con celeridad».

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