El Real Murcia huele la Segunda tras once años en el infierno

El Real Murcia huele la Segunda tras once años en el infierno

Jueves, 29 de mayo 2025, 00:53

Han pasado once años desde que el Real Murcia fue descendido por Javier Tebas y sus socios de la Liga a la Segunda B. El culebrón tuvo lugar en el caluroso verano de 2014 que mantuvo, durante semanas, a la afición grana con el corazón en un puño.El final fue el peor posible: los granas caían a los sótanos del fútbol español después de haber soñado con el ascenso a Primera solo unos días antes.

Para entender lo que pasó hace once años, un caso inédito hasta ese momento en el fútbol español, habría que analizar qué hizo mal Jesús Samper, con todas sus empresas en la cuerda floja, y también lo que sucedió años antes cuando el presidente grana gestioanaba los derechos de la selección española a través de su empresa Santa Mónica y no contaba, precisamente, con la simpatía del resto de clubes del fútbol español. Para colmo, y ya una vez al frente del Real Murcia, se enfrentó a casi todos ellos cuando decidió salirse por voluntad propia del G-30 y gestionar por sí mismo los derechos de televisión. Aquelló le costó al club grana 5 millones gracias a un laudo arbitral, y también que a Samper lo odiaran más todavía.

Es muy probable que el fútbol español no tuviera nada en contra del Real Murcia, uno de los fundadores de la liga, pero en el verano de 2014 se lo llevaron por delante debido a su deuda, una minucia comparada con la de otros clubes españoles. Quizás solo querían vengarse de Samper, que ya con los bolsillos vacíos nada pudo hacer para mantener al Real Murcia en el fútbol profesional. Había que pagar a a las administraciones públicas, o avalar el agujero que el club grana había dejado durante los ejercicios anteriores, pero a Samper, lastrado por la crisis del ladrillo, ya no le daba la cartera para más. Y mucho menos para invertirlo en un club que antes fue un señuelo para sus negocios.


Samper, en agosto de 2014, en la Federación Española.


J. C. Hidalgo


Samper fue ángel y demonio; salvó al Real Murcia de la desaparición a finales de los noventa, lo subió a Segunda, lo profesionalizó y construyó un estadio nuevo, pero en los siguientes años de gestión lo dejó endeudado hasta las trancas. Su gran pecado, lo deportivo, no dotar al club una estructura deportiva profesional que le mantuviera en la élite. Se agarró demasiado a sus conocimientos futbolísticos y a los de sus allegados, que no pasaban de ser meros aficionados. Pero apenas año y medio después de aquel traumático descenso administrativo el abogado y empresario madrileño falleció en Madrid, a los 65 años, en plena guerra judicial con Tebas y sus socios con la que intentaba revertir la injusticia.

40 millones de deuda

El Real Murcia se quedó tiritando, con cerca de cuarenta millones de deuda y sin empresarios decididos a enderezar su rumbo. En los siguientes años, el día a día del club se llenó de héroes y villanos. Como el abogado Guillermo Martínez Abarca, que junto a algunos de los hombres fieles a Samper como Víctor Alonso, que nunca saltó del barco, al menos fueron capaces de taponar la hemorragia y hacer que el enfermo no se desangrara por completo. Pero nadie vino a ayudarles, apenas algunos murcianistas como José Antonio Cobacho, que tiró de sus influencias en Madrid, o el pequeño grupo de aficionados que participaron en una ampliación de capital en la que nadie creía y resultó ser un fracaso.

Fue en 2016 y lo peor de aquel proceso fue que el Real Murcia se pegó un tiro en el pie ya que, debido a su desesperación, puso la alfombra roja a Raúl Moro, alguien que no era lo que quería aparentar ser y que acabó complicando mucho más la existencia de una entidad que casi salta por los aires.


Moro, en diciembre de 2016, tras aterrizar en el Murcia.


Nacho García


Moro, que a día de hoy responde ante la justicia por otros asuntos y que no tenía dinero para mantener a un club así, se lo vendió a García de la Vega, que tampoco era el salvador que necesitaba el Murcia. Cuando el extremeño se dio cuenta de su error, todavía metió la pata más cediéndoselo también a la familia Gálvez, otro paso en falso que metió al Real Murcia en un agujero judicial del que todavía no ha terminado de salir y que solo pudieron mitigar un grupo de verdaderos aficionados granas que, cansados de sufrir en la distancia, dieron un paso adelante que en la Región nadie había dado antes. Tomaron las riendas de un club al que, de forma altruista, estabilizaron cuando ya agonizaba.

Tornel y la Parmu

En este tiempo, desde el verano de 2014 hasta finales de 2018, cuando se erigió un movimiento de salvación sin precedentes, el Real Murcia nunca llegó a estar cerca de volver al fútbol profesional. El equipo grana jugó tres ‘playoff’ de ascenso a Segunda consecutivos y solo en el tercero, el de 2017, alcanzó la segunda de las tres rondas gracias, en parte, a una afición que se había vuelto a ilusionar. Pero todo era ciencia ficción, fuegos de artificio, porque el Real Murcia no podía ascender; todavía debía muchos millones a las administraciones y Tebas aguardaba con la guadaña afilada.


Moreno, con Tornel y Almela, tras su primera aparición pública.


V. Vicéns


Aquel movimiento de salvación liderado por el notario Francisco Tornel y la Parmu, una plataforma de profesionales de todos los sectores que tiraron de influencias para resucitar al muerto, devolvieron el prestigio a la entidad y comenzaron a reducir su deuda. Las ampliaciones de capital posteriores, mientras que el club peleaba en los juzgados contra De la Vega, que reclamaba la propiedad, fueron oxígeno puro; hasta 30.000 personas de más de sesenta países compraron acciones del Real Murcia, que fue noticia en medios nacionales y extranjeros.

Eso sí, no había dinero para hacer grandes plantillas y el equipo grana bajó su categoría de aspirante a Segunda a mero superviviente, que incluso llegó a caer a Segunda Federación. Pero la entidad centenaria superó hasta la covid, que tampoco pudo con la fe grana. El ascenso a Primera Federación del Rico Pérez terminó de rebrotar la llama y convirtió al murcianismo a miles de jóvenes que no sufrieron las penurias del Real Murcia años atrás. Y este club sufridor por naturaleza también engatusó a Felipe Moreno, que ha preparado a la entidad para dar el salto a Segunda. Ya no hay miedo a Tebas en un club que, ahora sí, está a dos eliminatorias de regresar a su hábitat natural once años después. El primer paso, salir vivo de Tarragona.

  1. El equipo de Fran Fernández se ejercitará mañana en tierras catalanas

El cuerpo técnico del Real Murcia ha decidido que la primera plantilla grana se ejercite mañana en Tarragona, en lo que será la última sesión de entrenamiento antes del choque del sábado frente al Nàstic. La expedición murciana partirá hacia tierras catalanas mañana a primera hora y utilizará un campo anexo al Nou Estadi que le ha cedido cortésmente el que será su rival en el primer envite del ‘playoff’.

Fran Fernández cuenta con toda su plantilla disponible, incluido el lateral izquierdo Ian Forns, ya recuperado de una lesión desde hace más de una semana y que no jugó ante el Algeciras por decisión técnica. Isi Gómez también estará disponible.

Límite de sesiones alcanzadas

El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.

Por favor, inténtalo pasados unos minutos.

Sesión cerrada

Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.

Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores



Enlace de origen : El Real Murcia huele la Segunda tras once años en el infierno