Cuando Kostas Antetokounmpo vino al mundo hace 27 años en Atenas, lo hizo conociendo la crudeza con que viven el día a día millones de … personas en el mundo. Hijo de inmigrantes ilegales que hubieron de dejar a su primer hijo al cuidado de sus abuelos en Nigeria mientras buscaban construir una vida mejor en Grecia, la familia Antetokounmpo fue apátrida hasta 2013. Hasta, qué casualidad, cuando su hermano Giannis, uno de los mejores de la historia de este deporte, fichó por un Zaragoza en el que nunca llegó a jugar y comenzó a aparecer en el radar de la NBA. Su apellido, uno que ha creado a cuatro hermanos profesionales del baloncesto, es el más famoso de este deporte. Y, su historia, una de película que, de hecho, ya ha sido llevada al cine (Rise, 2022). El UCAM es su equipo después de haber pasado por lo más grande a ambos lados del Atlántico y la cuenta en primera persona.
–En los objetivos del equipo aún está en juego la clasificación europea. Pero, ¿y los suyos?
–Ha sido un año un poco duro para mí. Tuve que dejar el equipo en el que estaba y cambiar a mitad de temporada, pero, desde que vine aquí, mi meta ha sido la de ayudar al equipo tanto como me fuera posible. Espero haberlo conseguido, honestamente, es lo único que tenía en mente, ayudar y que ganáramos todos los partidos que nos fueran posibles para entrar en el ‘playoff’. Desafortunadamente este año eso no lo hemos conseguido, pero aún nos queda uno para terminar novenos.
–Este es su primer equipo que no es de la NBA ni la Euroliga. ¿De qué manera piensa así que esta era una buena oportunidad para usted?
–Mi hermano menor jugó aquí, y eso, sin duda, tuvo mucho que ver. Mi agente me comentó la posibilidad y no vi por qué no, tan solo necesitaba hablar un poco con el entrenador. Tuve una conversación con Sito, me animó a venir aquí y creo que fue una buena decisión.
–Su hermano jugó aquí un año, pero había firmado por tres, y cuando Giannis ganó el campeonato de la NBA se viralizó un vídeo suyo preguntando por qué Murcia no quería a su hermano. Algo debe haber cambiado…
–Sí, puede ser, pero Alex de verdad que disfrutó de su tiempo aquí, así como yo lo estoy haciendo. No hay queja.
INFANCIA COMO INMIGRANTE
«No quieres ser niño y tener miedo de que alguien te pueda hacer algo por tu etnia o color de piel»
–¿Y qué hay de la parte más de trabajo de la experiencia? La ACB, Sito…
–La ACB es una liga súper competitiva. El último puede ganar al primero, eso es algo que no ves mucho y que hace que esta liga sea alucinante. Fue lo primero que me dijo Sito, que, en esta liga, cada vez que saltara a la cancha, la cosa iba muy en serio. Y eso siento que me ha ayudado a despertar un fuego competitivo en mí. Me encanta esta liga.
–En Grecia seguramente no le pasaba con el Panathinaikos, habría partidos que sabían que iban a ganar antes de jugarlos.
–No era desde luego como aquí. En la ACB puede, por ejemplo, el Barça, tener doble jornada de Euroliga, llegar al fin de semana y encontrarte tan normal que tienes que jugar contra el Baskonia, el Unicaja o cualquier equipo de gran nivel.
–¿Cómo pinta ahora su futuro? Se le ha relacionado al otro gran gigante griego…
–Ahora mismo no lo sé. Tengo que hablar con mi agente para saber cuál será mi próximo destino. De momento estoy feliz de haber venido aquí y de pasar tiempo con los chicos que hay aquí, por lo que estaría encantado de continuar si mi agente y el club encuentran la fórmula para que se dé.
ACADEMIA ANTETOKOUNBROS
«Damos comunidad a niños y comida a familias de pocos recursos, también en Nigeria y EE UU»
–Es difícil encontrar a un jugador en el mundo que haya jugado con más superestrellas en menos tiempo que usted. ¿Cómo es compartir equipo con LeBron James?
–Es increíble, tío. Es uno de esos tipos que cuando ves lo duro que entrenan, y solo hay dos que entrenen así, mi hermano y él, entiendes todo. Recuerdo que cuando llegué a la pretemporada con los Lakers quería causar buena impresión y ser el primero en presentarme al entrenamiento. Me planté allí a las 7.00 de la mañana y LeBron ya estaba allí levantando pesas. Me quedé sin palabras. Tenía 35 años, lo había ganado todo y ahí estaba levantando pesas a primera hora de la mañana. Y ver eso desde luego te ayuda, te activa cierto sentido de urgencia, porque sientes que no estás ni cerca de ese nivel de dedicación.
–Quizás era una forma de marcarle el nivel a los demás.
–Hay quienes lo hacen para eso, pero hay otros que, simplemente, son así. Y en este caso es lo segundo. Lo ves y solo sientes que quieres ser mejor, que quieres ser como él.
–No sé si, por lo que se dice, es lo mismo que vio en Luka Doncic en su tiempo en Dallas.
–Luka es un tío que trabaja muy duro, te lo aseguro. Simplemente es diferente. El talento que tiene es, sencillamente, increíble. Y lo inteligente que es. Incluso en Dallas quedaron sorprendidos al principio de lo rápido que lo pillaba todo, la facilidad que tenía para impactar desde tan pronto. Luka es único en su especie.
–¿Funcionarán juntos James y Doncic en Los Ángeles? Se unen en puntos muy diferentes de sus carreras y con mucha urgencia por ganar.
–Desde luego que la tienen, sobre todo, porque no se sabe cuántos años más va a jugar LeBron. No tienen tiempo que perder. Pero creo que la próxima temporada va a ser un equipo muy serio, mucho más de lo que ya lo han sido este año, y un candidato total a ganar el campeonato.
–Y la otra superestrella con que ha jugado es su hermano Giannis, en la selección griega. ¿Cómo de diferente es el compañero del hermano?
–No lo es tanto, la verdad, recuerdo este verano jugando juntos cómo me enfadaba cuando cometía un error y venía a hablarme, y lo hacía de la misma manera que cuando éramos niños, buscando calmarme y que pensara solo en la siguiente jugada, y sí que es verdad que yo pensaba un poco «deja de ser mi hermano mayor y déjame enfadarme un poco de vez en cuando», pero le quiero mucho y valoro totalmente cómo hace este tipo de cosas, igual que lo de venir el otro día a verme jugar aquí en Murcia.
–Se dice que cuando Marc Gasol empezó a jugar en la selección española, Pau se quejaba de que aprovechaba para pegarle todo lo que en casa no había hecho.
–Bueno, en el caso de los Gasol es que el menor es más grande que el mayor, en el nuestro no es así. La gente que practica deporte, o que lo hace, pero que tiene no hermanos que practiquen el mismo, ni se imagina cuánto de especial puede llegar a ser. Uno de los momentos más especiales de mi vida fue cuando preparamos el último Eurobasket y coincidimos Thanasis, Giannis y yo. Y sé que mi madre, y mi padre si hubiese podido verlo, se sentía plena de orgullo.
–Quizás pueda usted finalizar el debate acerca de la correcta pronunciación de su apellido.
–En Grecia dicen ‘Adetokubo’; en Nigeria, ‘Adetokumbo’; pero, por alguna razón, los americanos dicen la p al final, pero solo porque se escribe así si lo pasas del alfabeto griego al occidental, ya que, en Grecia, para pronunciar la b, se unen la m y la p, al igual que, para la d, lo hacen la n y la t. Por eso dicen tal cual Antetokounmpo, pero la forma que nosotros siempre hemos dicho es la griega, que es la correcta. En España me hace gracia que mucha gente me dice ‘Anteto’, pero no hay problema.
–No hubo manera de convencer a los americanos.
–Al principio lo intentábamos, pero terminamos por dejarlo estar.
–De su familia ya sabe que se ha escrito mucho acerca de cómo crecieron. ¿Cuánto es verdad y cuánto leyenda?
–Sí, solíamos vender cosas como souvenirs, relojes y gafas de sol e incluso para leer por las calles. Obviamente, Thanasis y Giannis, que eran mayores, lo hicieron durante más tiempo que Alex y yo, pero también nosotros para ayudar en casa. Vivíamos en Atenas, pero también hacíamos lo de ir en un coche a las afueras y se lo vendíamos a gente que tenía menos acceso a este tipo de artículos. Era nuestra forma de ganarnos la vida, ya que mis padres no tenían trabajos normales, por decirlo así, y teníamos que ayudar para poder pagar el alquiler, la comida y todo. Hubo veces que no conseguíamos lo suficiente y nos echaron de casa. Fueron tiempos muy difíciles, pero mis hermanos y yo lo recordamos apreciando también la belleza que había en aquello, porque siempre nos mantuvimos unidos. Sé que si echo la vista atrás veo lo que no deberían haber estado haciendo unos niños, pero también fue bonito, es lo que nos hizo quienes somos ahora y no lo cambiaría.
–Cuando usted era joven hubo un fuerte crecimiento de la extrema derecha en Grecia con el partido Amanecer Dorado. ¿Sintió que hubo un cambio en la forma que les trataba cuando empezaron a hacerse famosos?
–Justo en ese momento no sabría decirte, pero sí, desde luego fue cambiando. Cuando ese partido creció tanto fue duro para nosotros, la verdad. Por entonces la economía en Grecia no andaba muy bien y los líderes políticos no estaban muy bien valorados, y, cuando estas cosas pasan, la gente necesita culpar a alguien. Y esos, como en todas partes del mundo, son los inmigrantes que llegan. Ahora mismo me gusta pensar que un fenómeno así no ocurriría, que la gente sabe que los problemas tienen soluciones diferentes a culpar al que viene de fuera, pero, como niños, fue un tiempo duro. No quieres ser niño y tener miedo de que alguien pueda hacerte algo por la calle por tu etnia o color de piel.
–¿Y cómo recuerda su primer contacto con el baloncesto? Supongo que sería en la cancha callejera de Sepolia, como sus hermanos.
–Sí, pero, en realidad, el que jugaba al baloncesto era Thanasis. Giannis y yo empezamos en el fútbol y ni siquiera queríamos probar, pero nos animó a hacerlo una vez y, si no nos gustaba, nos dejaba en paz. Fuimos y nos gustó de verdad. Y eso fue en el Filathlitikos porque en la mayoría de equipos tenías que pagar por jugar, incluso algo como cinco o diez euros por un entrenamiento de prueba, pero este era gratis. Tomábamos dos autobuses, porque estaba en el barrio de Zografou, a unos 45 minutos de nuestra casa, y así es como se convirtió en nuestro equipo, porque, además, la gente nos acogió muy bien.
–Yo estuve en su barrio aprovechando la ‘Final Four’ de la Champions League que jugó el UCAM en Atenas en 2018 y la gente nos trató de maravilla.
–La gente en Sepolia se trata entre sí como si todos fuésemos una misma familia y es muy amable con quien va allí. Las personas con quienes crecimos son, de verdad, maravillosas, y me siento muy agradecido de que ese lugar sea parte de mi vida.


–Usted y sus hermanos ahora trabajan por la comunidad con su academia Antetokounbros. ¿Puede contar en qué consiste?
–Hacemos muchas cosas. Lo principal es animar a los niños a que hagan ejercicio físico. Dentro de nuestra academia también ofrecemos a algunos chicos becas para que puedan asistir a la universidad en Grecia. Lo que buscamos, básicamente, es crear una comunidad para todos aquellos chicos que deambulan por las calles, juntarlos dentro de un ambiente sano, y no solo deportivo, para que se sientan protegidos y con confianza. También hacemos actividades en Nigeria y en Estados Unidos, con camiones de comida para ayudar a familias con pocos recursos. Siempre que podamos ayudar a alguien, allí estaremos haciéndolo.
–Por último, no quería no preguntarle por la cara B de ser el hermano de Giannis Antetokounmpo. Por seguro que tiene cosas maravillosas, pero también otras más difíciles, como quizás demostrar que es algo más que su hermano, gestionar las expectativas…
–No diría que esto es algo necesariamente malo, pero, hoy día, en la sociedad en que vivimos, los deportistas son constantemente comparados. Si sale un nuevo jugador joven, inmediatamente se dice que es el próximo no sé quién. ¿Por qué tiene ser el siguiente alguien, y no él y ya está? No hace falta comparar. Y estar constantemente haciéndolo puede llegar a hacerte daño cuando eres joven. Ahora mismo, en los Lakers, es enorme la expectación que hay alrededor de Bronny, el hijo de LeBron James. No se le deja jugar al baloncesto y ya está. Eso es algo muy malo… y al mismo tiempo un elogio que te quieran comparar con tu padre, porque quizás sea el mejor de siempre de este deporte. Son las dos caras de la moneda.
A cuarenta minutos de mantener la Champions League
Sin Copa ni ‘playoff’ y una prematura eliminación europea, el UCAM Murcia necesita salvar el regreso a la Champions. Si gana, lo hará, aunque, muy probablemente, por ronda previa. Si pierde, y también lo hace el Manresa ante La Laguna, también. Ventaja para los de Sito Alonso.

Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : Kostas Antetokounmpo: «Nos ganábamos la vida vendiendo relojes y gafas por la calle»