
Todo partió de la difusión, al calor de la polémica que ha marcado la semana política sobre las grabaciones de la ex alto cargo y … militante socialista Leire Díez, de una conversación parcial de Whatsapp de 2021 entre el confidente de la Guardia Civil José Luis Caramés y el entonces capitán del cuerpo Juan Vicente Bonilla, el primer agente que puso sobre la pista del ‘caso Koldo’ que reventaría en 2024 y hoy adscrito a la seguridad de la Comunidad de Madrid. Según los mensajes publicados, ambos interlocutores habrían fantaseado con atentar con «una bomba lapa» contra Pedro Sánchez y recurrir, llegado el caso, a «un sicario venezolano». En medio de las apreturas por el ‘caso Leire Díez’, el Gobierno vio la oportunidad de dar oxígeno a su teoría de que existe una supuesta conspiración desde las cloacas del Estado, coordinada por la derecha, para derribar al presidente.
Tres pesos pesados del Ejecutivo -la vicepresidenta María Jesús Montero, la portavoz, Pilar Alegría, y el ministro Óscar López- salieron este sábado en tromba para acogerse a esa hipótesis y darle aire. Pero la realidad -y uno de los medios que publicó los mensajes, La Sexta, ya ha rectificado- es que el sentido de la charla de Bonilla y su confidente era el contrario. Es decir: lo que hacía el entonces capitán de la Guardia Civil era ironizar con que iba a ser él el objetivo de un atentado por seguir investigando «a los que trincan».
Pese a que ya había dudas de que la conversación hubiera sido o bien malinterpretada o bien cercenada, el Ejecutivo la ha utilizado para intentar presentarse como víctima de montajes construidos para tratar de derribarlo y desviar, por la misma vía, la atención de los audios en los que Leire Díez ofrece ventajas en nombre de la Fiscalía y la Abogacía de la Estado a empresarios imputados en un supuesto fraude con hidrocarburos a cambio de que le proporcionen trapos sucios sobre la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil; la que investiga las causas que implican al entorno familiar, partidario e institucional del presidente del Gobierno. Y con el añadido de subrayar que Bonilla está hoy a sueldo del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso.
Así, Montero ha denunciado «la asimetría» a la hora de encarar las informaciones cuando una de ellas «se refiere al presidente del Gobierno en términos de amenazas de muerte». «Me parece que esto es extraordinariamente grave», ha proclamado en unas declaraciones en Sevilla, en las que ha requerido explicaciones a Alberto Núñez Feijóo. En esta línea, Alegría ha atribuido no ya a «malos políticos», sino a «malas personas», la presunta «campaña orquestada» con el Gobierno y el PSOE y ha cargado contra las conversaciones «absolutamente peligrosas» del ex mando de la Guardia Civil, otorgando credibilidad a la tesis de que se imaginaba atentando contra Sánchez. Por último, López también se ha subido al mismo carro exigiendo a Ayuso que despida a Bonilla.

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Enlace de origen : La supuesta «bomba lapa» contra Sánchez acaba en bulo y se vuelve contra el Gobierno