
Han pasado seis años desde que viera la luz el anterior álbum del rapero murciano Piezas, ‘Panorámica’, producido por su fiel escudero Jayder: «Somos como … una relación a distancia de pareja que pasa por sus momentos buenos y sus momentos malos, pero llevamos ya 20 años juntos y la verdad es que yo creo que sigo haciendo música por Jayder; es el ancla». Junto a su aliado musical, estrena un nuevo álbum doble, ‘Dual’, que se podrá escuchar a partir de mañana -salvo unos pocos, que podrán disfrutar del disco en primicia esta tarde, en una ‘listening party’ organizada en Garaje Beat Club, con invitaciones agotadas-. El resultado de este nuevo trabajo del rapero José Javier Sánchez Meroño, nacido en el barrio murciano de Espinardo (1986) -y desde hace 13 años vecino de Sabadell (Barcelona)- es una veintena de canciones divididas entre las que hablan de Jose, más «reflexivas», y las que hablan de Piezas, más «macarras». A punto de anunciar su nueva gira, para la que se prepara a conciencia, física y mentalmente, asegura que Murcia estará entre las primeras fechas.
–Ha dedicado unos cuantos años a trabajar en este disco doble.
-Inicialmente no estaba el concepto de ‘Dual’, iban a ser dos álbumes diferentes y separados que se llamarían ‘La maldad’ y ‘Raíces’. Con ellos cerraba la trilogía que empecé con ‘Panorámica’, pero cuando estaba desarrollando ‘La maldad’ tardé un tiempo y no me sentía a gusto con el concepto; no me sentía cómodo con la idea inicial. Me costó un tiempo, pero renuncié al proyecto. Empecé a buscar otro concepto y otros elementos que me permitiesen ser honesto con lo que estaba viviendo y arranqué con ‘Dual’, que, en principio, en lugar de ser un álbum doble, iban a ser ‘Dual 1’ y ‘Dual 2’.
–¿Iban a salir por separado?
-Iban a salir por separado, pero dado que ya habíamos tardado bastante tiempo con respecto al anterior álbum, dije: «¿Y si tardamos un poco más y unimos los dos volúmenes en un formato CD doble y sacamos todo de golpe?» Mi gente me decía que era lo más improductivo del mundo, porque sacar un álbum de 20 canciones hoy en día es tirar material a la basura, pero como somos amantes del formato clásico, dijimos, «Mira, sí».
–En este ‘Dual’ se muestra la cara de Jose y la cara de Piezas.
-Sí. En los dos discos soy yo, pero en cada uno de ellos se acentúan un poco más las virtudes y defectos de cada uno de los personajes que componen mi persona y mi parte artística. El primero es un álbum más reflexivo, sentido, pesimista, quizá más decadente y más introvertido, sobre todo, porque creo que expongo muchas cosas y a veces me pregunto si vale de algo. Y el segundo es más macarra, más aguerrido, más político, más radical, cabezón, bocaza. Hay un montón de apelativos negativos que puedo ponerle a ese trozo del álbum, pero me gusta.
–¿Qué expone de sí mismo en esa primera parte de ‘Dual’?
-Cualquier persona que, en algún punto de mi vida, quiera hacerme daño, tiene una paleta de colores muy interesante para ello. Trato de aplicarme una premisa que nace con ‘Panorámica’, una frase de una canción que dice que el arte solo es cierto si te deja expuesto. No hay que tener miedo a contar lo que estás viviendo y a contar cuáles son tus miedos y tus errores como ser humano. Creo que de todos los álbumes que hemos hecho hasta la fecha, ‘Dual’ es el que lo deja más claro.
–Hay una canción que dudaba publicar.
-Sí, se llama ‘Anhedonia 20’. Anhedonia es la incapacidad de sentir satisfacción y 20 por el año en el que ocurre todo esto, en plena pandemia, en el que paso una crisis existencial de proporciones bíblicas.
–¿Esa crisis comienza a raíz de la pandemia o antes?
-Venía de un poco antes y la pandemia fue como el premio final. Andaba muy perdido e insatisfecho con mi vida, con mi trabajo en ese momento, con mi relación sentimental, con todo lo que implicaba mi día a día. Decidí escribir esta canción a toro pasado, en 2021, cuando ya había superado esa fase, porque, honestamente, creo que ha sido la primera vez de mi vida en la que me he dado miedo a mí mismo. Como soy muy cabezón, hago ese ejercicio de constricción hasta que reviento. Mi psicólogo es escribirlo. Me planteé sacarla porque pensé que esta canción dañaría más a los míos que gustaría a los seguidores. Pero se lo puse a mi hermana y a mi mujer y me animaron a lanzarla.
–¿Quién es la primera persona de su familia que suele escuchar su música?
-Mi mujer. La mayoría de las veces le tengo que explicar 17 frases porque sabe que soy un poco rebuscado, le doy un doble sentido a las cosas y siempre anda interesándose por saber a qué me refiero y a veces ni yo mismo sé explicarlo, porque hay cosas un poco difusas que tampoco tienen una explicación lógica.
–¿Se les exige mucho a los raperos?
-Cada vez menos. El rap, últimamente, especialmente en las generaciones jóvenes, cada vez es menos contestatario, cada vez tiene menos implicación social y se aleja un poco de la escuela que yo consumí cuando era niño, de ToteKing, SFDK…, que sí que contenían letras con las que sacar pecho y decir, «yo soy rapero y a mí no me compra el discurso nadie». Ahora es un poco más difícil encontrar ese discurso y es más propio oírles hablar de que se van a hacer ricos, de que le van a comprar una casa a su madre, etcétera, etcétera. Se nos exige especialmente a los que venimos de otra generación la implicación en causas sociales y en denuncias sobre actualidad.
En tragos cortos
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¿Qué película le ha inspirado últimamente?
Vi una película, hace no mucho, de Denis Villeneuve, que me dejó sin aire. Ese tipo tiene una película que se llama ‘Incendios’. Esa película te pega un puñetazo, te deja mirando las musarañas una hora después de la peli diciendo, «¿qué coño acabo de ver?». -
¿Qué lectura le ha sorprendido?
En los últimos años he desarrollado el gusto por la novela gráfica. Siempre había tenido el prejuicio con que los cómics eran para niños y hay un montón de novelas gráficas que son para adultos con una gran profundidad. Me hice el carnet de la Biblioteca de mi barrio en Sabadell y empecé a consumir novelas gráficas. Son muy útiles, porque no solo aportan desde el texto, sino también desde lo visual. Hay un autor que me gusta mucho que es Antonio Altarriba. Tiene un libro que se llama ‘El arte de volar’, sobre la Guerra Civil, maravilloso.
–¿Qué opina sobre Melody y su negativa a hablar de política?
-Como he dicho antes, creo que el arte solo es cierto si te deja expuesto. El posicionamiento es necesario en el arte. Y no solo es el posicionamiento con el que yo me identifico. Prefiero que un fascista que haga música lo diga abiertamente, en eso consiste la libertad de expresión. Cierra puertas pero, a mi parecer, dentro del rap lo que hace es afianzar más la credibilidad en el oyente. Yo soy una persona que se cierra muchas puertas con lo que digo en las letras y con lo que publico en Twitter (X), pero para mí es necesario. Lo que hace Melody es lo más fácil del mundo, porque si te posicionas en favor o en contra, al final te estás limitando a a un ‘target’ que simpatiza con ese discurso. Si no lo hace, todos pueden simpatizar con tu música y es lo más productivo. Para mí esto es lo más triste de la música actual.
–¿Cabe la posibilidad de no condenar el genocidio?
-No. No estamos hablando de una guerra, estamos hablando de un genocidio. Me da igual a quién votes. Están bombardeando iglesias, matando niños, ¿cómo no vas a estar en contra de eso?
–En la parte más subversiva de ‘Dual’, ¿qué reivindica?
-Hay mucho posicionamiento y mucha alusión a personajes públicos que no me agradan mucho.
–Como Pablo Motos.
-Sí, Pablo Motos se lleva un recado y Luis Figo también. Con él tuve un cruce de declaraciones en Twitter que se hizo medio viral. Tenemos ideas muy contrarias. Interactuamos en redes hasta que me bloqueó. En el disco hay mucha ironía, crítica y también ‘ego trip’, porque en el rap es necesario reivindicar que tú eres el mejor rapeando. Todos los raperos decimos que somos el mejor.
–Está muy implicado en Murcia Finest. ¿Cómo funciona este colectivo?
-Nace en 2005, hace 20 años. Ha ido entrando y saliendo gente, pero somos un grupo de amigos que compartimos pasión, hacer música. El pilar de todo esto es Jayder, el productor de prácticamente todo, el que nos da soporte musical y grabación a todos. Así seguimos incorporando nuevos talentos de Murcia. Creo que el amor que siento por Murcia es el único sentimiento patriótico o nacionalista que tengo. Creo que viene también de la añoranza, ya que llevo 13 años viviendo fuera de la ciudad en contra mi voluntad, por cuestiones laborales, y ojalá reencontrarme con ella.
–El disco sale a la venta este lunes, pero este domingo por la tarde tiene preparada una escucha pública que se retransmitirá en Twich. ¿En qué consistirá el evento?
-Esto es una idea de mi entorno, más que mía. Mi pretensión era irnos al estudio el día antes de que saliese el disco con amigos implicados en el desarrollo del álbum y escucharlo y disfrutarlo todo juntos, pero varios de ellos me dijeron: «Tú eres tonto». O sea, «¿cómo te has pegado seis años trabajando en esto y ahora cuatro ‘mataos’ nos vamos a meter al estudio? tienes que hacer una presentación». Así que preparé lo que ahora se llama ‘listening party’ que es escuchar el disco y hablar de él. A mí me da una vergüenza terrible.
–¿Comentará cada canción?
-Sí, comentaré cada canción, lo que me ha llevado a escribirla, el concepto y lo que simboliza, pero el resto de la canción voy a estar ahí delante y me da vergüenza, porque hay temas un poco comprometidos. Me gustaría tener una camarita y ver la reacción de la gente mientras lo escuchan, pero no que la gente vea mi reacción cuando escucho algo que yo he escrito. Es una locura la cantidad de mensajes que he recibido de gente que viene de Barcelona, de Galicia… a escuchar un disco un domingo por la tarde, cuando lo puedes escuchar en tu casa a las 12 y un minuto. Además, creo que va a ser un viaje, porque hay momentos de llorar fuerte y otros de volverse loco y querer pegar puñetazos al aire. Vamos a empezar de menos a más.
–¿Cómo ha cambiado su música desde que empezó en las batallas de gallo hasta ahora?
-He crecido mucho desde lo lírico. Me he interesado principalmente en estos años, más allá de aprender a rapear de otras formas, técnicas, estructuras y tipos de rimas, etc., de beber de cosas que me interesan y autores a los que admiro. He aprendido mucho en el proceso de crear que uno tiene que consumir. Lo que he visto y leído a lo largo de todo este tiempo es palpable en cada uno de mis discos. Yo escucho ahora un disco mío y sé cuándo estaba leyendo a Bolaño o cuando estaba leyendo a Henry Miller o cuando estaba consumiendo música de Led Zeppelin. Lo más bonito que te llevas es aprender de otras fuentes.
–¿Cuándo empieza a rapear?
-Con 16 añicos. Empecé por cuenta propia porque me dio un venazo. No tenía amigos raperos. Luego surgió una amistad con Sape y después vino Soriano, con el que formé un grupo, pero fue la típica tontería de nene con el ordenador que tiene un micro. Y esa tontería se convirtió en mi pasión.
–En ese momento, ¿se imaginó que iba a llegar hasta aquí?
-No, era un sueño inalcanzable. También había querido ser futbolista cuando era niño, jugué diez años al fútbol. Pero llegó el momento en el que me di cuenta de que esto no iba a ninguna parte. Yo pensaba que con la música ocurriría lo mismo. Pensé que estaría un tiempo, para aprender, y cuando me aburriese haría otra cosa. Y no me he aburrido todavía, o sea que gloria bendita el día que decidí hacer el tonto delante del ordenador.

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Enlace de origen : Piezas: «El rap es cada vez menos contestatario; ahora es más propio hablar sobre hacerse rico»