
La selección española femenina de voleibol ha estado concentrada unos días en el Centro de Alto Rendimiento de Los Narejos para preparar sus próximos compromisos … internacionales, la CEV Golden European League y el Mundial. En la plantilla está la líbero Isabel Barón (La Unión, 24 años), que volvía a una convocatoria con el equipo nacional en su tierra natal, al calor de su familia y amigos y recordando dónde dio precisamente sus primeros pasos como profesional. Se formó en las bases del Algar Surmenor, club con el que llegó a debutar en la máxima categoría con solo 17 años. Tras su descenso a Superliga 2 en 2021 firmó por el Unicaja Andalucía de Sevilla, donde ahora pelea por títulos y disputa competición europea.
–¿Qué tal han ido estos días de trabajo en el CAR de Los Narejos?
–Han sido estupendos. Las instalaciones son fabulosas, hemos podido trabajar muy bien. Han sido días con una carga de trabajo importante, ya que llevábamos casi un mes de postemporada y hemos jugado tres partidos amistosos contra Bélgica, en Los Narejos, en San Javier y en Molina de Segura.
–Ahora la selección está en Montenegro para disputar la CEV Golden European League (evento en el que participan 12 países y que se divide en varias fases), pero usted no ha sido convocada. ¿Cómo se siente?
–He sido uno de los descartes y estoy en mi casa en La Unión. Desde hace cinco años paso toda la temporada en Sevilla, así que siempre es bueno estar unos días con la familia y amigos. Mi sueño desde que soy jugadora profesional siempre ha sido vestir la camiseta de España en una cita internacional y, aunque no ha podido ser ahora, voy a seguir trabajando duro para lograrlo.
–A finales de verano, se disputará el Mundial en Tailandia, una cita en la que España no estaba desde 1982. ¿No haber estado ahora en la ventana del torneo de Montenegro la descarta para este campeonato?
–No. Puede haber modificaciones con respecto a la Golden European League. Sinceramente, me haría muchísima ilusión poder jugar un Mundial, sería un sueño y más, teniendo en cuenta que España hace casi cuatro décadas que no está en uno. Ojalá pueda entrar en la convocatoria, pero soy consciente de que será muy complicado. Para la cita de Tailandia solamente irá una líbero, que es mi posición, y si no pasa nada raro lo lógico es que vaya Marga Pizá.
–Su primera convocatoria con la selección española fue en 2022, ¿cómo recibió la noticia?
–Me llamó una de mis entrenadoras del Algar, Esther López, para decirme que le habían pedido mi número de teléfono desde la Federación. Después me llamó la Española, pero hasta que no vi la lista oficial publicada no me lo creí. Era mi sueño y todavía no me lo creo cada vez que me llaman. Todo esto es gracias a Juan Sáez, la persona encargada del voleibol en El Algar. Él es quien nos metió este deporte por los ojos a todas las niñas de la cantera de El Algar y La Unión.
–¿Cómo fue ese proceso hasta ser internacional?
–Hay mucho trabajo detrás. Soy la pequeña de seis hermanos, que desde muy pequeña me trasladaron su pasión por el voleibol. Mis tres hermanas mayores jugaban en las categorías inferiores del Algar Surmenor y yo siempre iba a verlas jugar y entrenar. Casi puedo afirmar que éste era el único equipo que conocía, así que decidí inscribirme con 9 años. Empecé entrenando en Los Alcázares (club vinculado al Algar), hasta que di el salto a Superliga 2 con 16 años. Y a partir de ahí he ido quemando etapas hasta instalarme en la élite, jugar competición europea (Challenge Cup, la segunda más importante del continente) y ser convocada con la selección española.
–Debutó muy joven en Superliga 1. ¿Recuerda ese día?
–Perfectamente, tenía 17 años y lo recuerdo como un sueño cumplido después de tantos años de trabajo. Además llegó de la forma más especial posible porque compartía posición con mi hermana Mamen y desgraciadamente ella se lesionó en un entrenamiento semanal y su recambio era yo. Recuerdo que los días previos al partido los viví con muchos nervios, sabía que iba a debutar y sentía cierta presión. Y sé que no debía de tenerla porque nos medíamos al Tenerife, por entonces líder de la clasificación, y podía entrar en los planes no ganar ese encuentro. Tuve la suerte de que ese debut se produjo en casa y me vieron todos mis familiares y amigos. Echando la vista atrás, aunque ahora si veo el vídeo seguro que saco mil errores, creo que lo hice bien. Di lo que pude y lo disfruté al máximo, aunque perdimos.
–¿Fue un golpe anímico duro que el Algar Surmenor perdiese la categoría ese año?
–Sí, lo fue. Fue la temporada del COVID y hasta el último momento teníamos la esperanza de salvarnos. Supimos que descendíamos en los últimos partidos y para mí era muy duro ver que el club de mi vida y de mi localidad se iba a Superliga 2. Había muchísimo trabajo detrás a diario de todo el mundo, desde la directiva hasta el conserje, por eso me dolió tanto. Es cierto que al perder la categoría se abrió una oportunidad nueva para mí de dar el salto a otro equipo.
–¿Sabía de esa oferta antes de terminar el campeonato?
–No, vino después. Nosotras terminamos la Liga a mediados de marzo y a me llamaron desde el Club Agrupación Voleibol Esquimo (de Sevilla) en abril. Acepté, claro, era un reto para mí. Tenía 21 años y era la primera vez que salía de casa de mis padres, en La Unión. Además de a mi familia, también tenía que dejar la Facultad en mi último año de carrera (Educación Primaria) y eso fue duro. Sin embargo, ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida y volvería a hacerlo.
–¿Qué proyecto tiene el ahora llamado Unicaja Andalucía Voley?
–Es un club que ha ido creciendo poco a poco. Es un equipo muy humilde, que siempre me ha recordado al Algar Surmenor. Yo llegué a Sevilla hace cuatro años para pelear por la permanencia. En mi segunda temporada en Sevilla conseguimos clasificarnos, después de muchos años, para disputar la Copa de la Reina y para el ‘playoff’ por el título. Desde entonces, no nos hemos bajado de esas posiciones y hemos jugado en Europa. Ahí tengo contrato para la próxima temporada, renuevo año a año.
–Económicamente, ¿puede vivir del voleibol?
–Por tiempo no puedo compaginar el deporte con cualquier otro trabajo, pero eso es algo que decido yo. Sigo formándome, estoy haciendo online un grado superior de Integración Social. Me siento afortunada de vivir del voleibol aunque en el futuro, si tengo que pagar una hipoteca o tengo una familia, en España sería complicado hacerlo con el dinero que gano con el voleibol. Fuera sí hay ligas que ofrecen mayores prestaciones.

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Enlace de origen : Isa Barón: «Jugar el Mundial sería mi sueño, pero será muy complicado»