Ocho murcianos logran plaza de notario en la última oposición: así empiezan su carrera profesional

Lunes, 2 de junio 2025, 01:17

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Tomaron posesión de la plaza y apenas unos días después abrieron las puertas de sus notarías en diferentes municipios de España para atender a los ciudadanos. Con esa celeridad ejercen su labor desde hace apenas dos semanas ocho jóvenes murcianos que aprobaron en la última convocatoria una de las oposiciones más exigentes del ámbito jurídico. Claro que no faltan los nervios y mucha responsabilidad en este comienzo profesional para desarrollar la labor imparcial de dar fe legal, siempre desde la garantía de legitimidad y seguridad.

Protagonizan, además, una diáspora por todo el territorio nacional en esta andadura profesional, lo que les ha llevado a desplazarse a pequeñas localidades repartidas por distintos puntos de la geografía, desde Cataluña hasta Galicia, pasando por Andalucía, Aragón y Comunidad Valenciana. Juntos se integran en ese ejército notarial conformado por unos 3.000 titulados, que llegan hasta los bastiones más minúsculos del país con el fin de garantizar el servicio.

Más mujeres que hombres

Estos nuevos notarios originarios de la Región de Murcia son Andrés García Molina, cuyo destino es Artesa de Segre (Lleida); Begoña Lozano Vera, en Font de la Figuera (Valencia); Marina Martínez Castilla, en La Puebla de Don Fadrique (Granada), María Cano Gómez, en Biar, (Alicante); Francisco José Tornel Sempere, en La Sénia, Tarragona; Arantxa Campillo Guillén, en Sádaba (Zaragoza); María Cotillas Funes, en Móra la Nova (Tarragona); y Adriana Boyer Lillo, en Ferrol (A Coruña).

«Estoy con muchas ganas e ilusión por poder aplicar todo lo estudiado estos años», resalta la abaranera María Cano, 29 años, que ha aprobado en la segunda convocatoria a la que se presentaba tras empezar a prepararse en 2018. «Ha sido un tiempo de trabajo intenso y esfuerzo en el que la familia tiene que apoyarte mucho y la pareja también adaptarse a ti, pero bueno aquí está la recompensa», manifiesta. Algo que comparten todos sus compañeros. En su caso se adentró en el mundo jurídico sin que hubiera antecedentes familiares. «Me gustaba mucho el derecho privado y el trabajo más cercano a los clientes, fuera del ámbito del litigio», revela.

Su aventura no ha comenzado muy lejos, en concreto en la localidad alicantina de Biar, que atiende también las poblaciones de Beneixama y Cañada, «donde me ha tocado reabrir la notaría, al estar cerrada desde diciembre. Y estoy especialmente contenta por ello».

Andrés García Molina, natural de Águilas, a punto de cumplir los 28 años, se ha tenido que desplazar en cambio hasta tierras catalanas. Exactamente al pueblo ilerdense de Artesa de Segre. Y donde al menos tendrá que quedarse un año en la plaza, según la ley.

«Estos primeros días son también de aprendizaje, un poco a marchas forzadas, porque nunca has estado al frente de una notaría», reconoce. «Al final aquí está en juego el dinero de la gente, y hay que hacer las cosas bien», recalca. «Porque nuestro trabajo se fundamenta y tiene su pilar fundamental en la confianza», insiste. En su caso, como indica, «he tenido la suerte de aprobar a la primera tras empezar a estudiar en 2020». Y sobre la vocación, «fue a lo largo de la carrera cuando vi que me gustaba más el derecho civil». Es más, «me acuerdo mucho de escuchar a mi abuelo materno ensalzar la figura del notario».

Por su parte, Begoña Lozano, 27 años, de Murcia, es otra de las fedatarias noveles que está recién incorporada, aunque en su caso continuando con el camino emprendido por su padre. Su estreno en la pequeña localidad valenciana de La Font de la Figuera, «me permite ir y volver en el día», señala. En estas primeras jornadas «me estoy poniendo al día con todo lo que tiene que ver con el programa informático, ya que sentía que necesitaba más conocimientos».

Extensa preparación

Y es que ahora llega la verdad de la práctica notarial, «después de tres años de mucha preparación, donde aprendes mucho a nivel más teórico». Un tiempo de «un esfuerzo bastante intenso», subraya Lozano, «con jornadas de estudio diarias de diez y doce horas», igual que han tenido que afrontar igual el resto de opositores.

Así lo hizo Francisco José Tornel, 29 años, que desempeña su labor en el municipio tarraconense de La Sénia, «por lo que tengo que saberme la legislación más específica de Cataluña», además de las particularidades fiscales valencianas, al estar situado en la frontera con la provincia de Castellón. En su caso también tiene antecedentes en el mundo de la notaría, «primero con mi padre, al que siguió después mi tío». Porque «de niño iba muchas veces con él los veranos, cuando me decía que si le ayudaba me daría una paga, inculcándome el valor del esfuerzo y el trabajo».

«Una vez que me decidí por el Derecho, lo que me gustaba era el trato con la gente, el servicio cercano para ayudar a solventar los problemas», hace hincapié.

Todos ellos se han formado en la Academia del Colegio Notarial de Murcia, cuya decana, Carmen Rodríguez, destaca que «es una enorme satisfacción ver cómo el trabajo constante y el esfuerzo de nuestros alumnos se traduce en este momento tan especial. Nos sentimos muy orgullosos de haber formado parte de su camino y de seguir impulsando una formación jurídica de excelencia». Y concluye con el deseo de «los mayores éxitos» en esta etapa para ejercer «con responsabilidad, rigor y compromiso con la ciudadanía».

William Abrego

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