Pedro Sánchez ha conseguido salvar la Conferencia de Presidentes que se celebra este viernes en Barcelona. El Gobierno ha cedido a las presiones de las … comunidades del PP, que amagaban con un motín si no incluía en el orden del día todos los temas que habían propuesto en la reunión de la comisión preparatoria y que recogieron en una carta enviada este lunes al ministro de Política territorial, Ángel Víctor Torres. Algún Ejecutivo autonómico, incluso, había puesto sobre la mesa la posibilidad de recurrir a los tribunales, insistiendo en la ilegalidad de la convocatoria si no se atendía a sus reivindicaciones. «Se van a incluir todos, hasta la última coma en su absoluta literalidad», aseguró este martes la ministra portavoz, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
En la Moncloa admiten, sin embargo, tener «poca esperanza» de poder sellar ningún acuerdo en la cumbre de la Ciudad Condal y menos en vísperas de que el PP celebre el domingo «una manifestación contra la mafia». Pero aunque no haya acuerdos, alegan que «reunirse y hablarse en los foros de diálogo es importante».
El Ejecutivo pretendía focalizar la cita prevista en el Palacio de Pedralbes en la educación y el problema de la vivienda pero los barones del PP se conjuraron desde el inicio para reclamar que se incluyesen ocho puntos más en el programa con la reforma del modelo de financiación autonómica de nuevo en el centro del debate. Junto a la financiación, los líderes regionales del PP cerraron filas para exigir que se aborde también en el foro la lucha contra la okupación; un plan energético para evitar apagones; control de fronteras y política migratoria; inversiones para evitar el caos ferroviario; el déficit de profesionales sanitarios; la financiación del primer ciclo de educación infantil y la retirada de los proyectos de ley de reforma del Poder Judicial y de la Fiscalía.
Los populares Insistían en que el reglamento que regula la Conferencia de Presidentes incluye que deben aceptarse las propuestas de diez o más comunidades, algo con lo que cuentan. Suman once, junto a las ciudadades autónomas de Ceuta y Melilla. De lo contrario, advertían de que el Gobierno haría un «uso torticero» de la cumbre.
Para el Ejecutivo, algunas de las propuestas de los populares se refieren a cuestiones que se deben abordar en otros foros, como el Consejo de Política Fiscal y Financiera en lo que se refiere a la financiación autonómica. Y sospechan que con la catarata de temas los de Feijóo busquen dinamitar la cita. «¿Pasar de 6 a 16 temas de debate en el orden del día realmente busca por parte de las comunidades del PP entorpecer el diálogo?», planteó Alegría.
Potencia autonómica
En Génova celebran que la rebelión de sus barones haya «doblado el brazo» al jefe del Ejecutivo y que en la cumbre de Pedralbes no se hable solo de lo que el Gobierno quiere «sino de lo que los españoles necesitan». «Nos querían callados pero nos tendrán exigentes», avisó Alberto Núñez Feijóo en un acto en Logroño.
El líder del PP se felicitó de que la «potencia autonómica» de su partido haya servido para evitar que Sánchez pueda imponer su agenda y evitar así abordar aquellos temas de gestión en los que está fallando porque «está más pendiente de los juzgados» que de las necesidades reales los ciudadanos.
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