El deterioro de la salud mental en los adolescentes: las autolesiones crecen un 29% desde la pandemia

Los adolescentes de entre 14 y 19 años presentan las tasas de autolisis más elevadas, con gran diferencia con respecto al resto de la población. Además, esas tasas se han disparado un 29% desde la pandemia. Si en 2020 se atendieron, en esta franja de edad, 18,6 autolesiones por cada 10.000 habitantes, en 2022 se llegó a un pico máximo de 29,8 por 10.000. En 2023, último año con datos disponibles en el informe, la tasa bajó hasta situarse en 24 atenciones por cada 10.000 habitantes. El informe habla, por ello, de una «estabilización» tras el fuerte incremento registrado a raíz de la pandemia. Por sexos, las tasas en mujeres adolescentes triplican a las registradas en varones.

Evolución del número de personas atendidas en Urgencias por autolesiones

Tasa de urgencias hospitalarias

Nº de personas por cada 10.000 habitantes. 1ª visita a Urgencias

0-13 años

14-19 años

20-44 años

Fuente: Consejería de salud. Servicio de Planificación y Financiación Sanitaria

Evolución del número de personas atendidas en Urgencias por autolesiones

Tasa de urgencias hospitalarias

Nº de personas por cada 10.000 habitantes. 1ª visita a Urgencias

0-13 años

14-19 años

20-44 años

Fuente: Consejería de salud. Servicio de Planificación y Financiación Sanitaria

Tasa de urgencias hospitalarias

Evolución del número de personas

atendidas en Urgencias por autolesiones

Nº de personas por cada 10.000 habitantes. 1ª visita a Urgencias

0-13 años

14-19 años

20-44 años

Los datos no sorprenden a los profesionales que trabajan sobre el terreno, en los servicios de Urgencias. «Estamos observando desde hace un tiempo esta tendencia. Las consultas por autolisis han aumentado entre un 10% y un 20%«, explica César Cinesi, médico de Urgencias del Hospital Reina Sofía. »Nos llama especialmente la atención el incremento que se ha producido en jóvenes y adolescentes«, advierte.

Cinesi es el presidente del comité organizador del congreso anual de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), que se celebra desde este miércoles en el Auditorio Regional. El abordaje de la salud mental y la prevención del suicidio son aspectos que estarán sobre la mesa en esta cita. Las urgencias son la puerta de acceso al sistema para muchos pacientes. En ocasiones, acuden con una autolesión o un intento de suicidio que resulta evidente. Pero otras veces, no. Ahí resulta clave que al profesional le salten las alarmas, para poder activar la respuesta necesaria que prevenga el peor de los escenarios: una muerte por suicidio.

«Hay muchas claves que te pueden llevar a la sospecha de que detrás de lo que te está contando un paciente hay un problema de salud mental. Por ejemplo, pacientes que acuden recurrentemente por problemas banales, o que presentan heridas extrañas», explica César Cinesi. En el caso de los adolescentes, el problema sale a la luz en ocasiones cuando los padres salen del ‘box’ de urgencias y dejan al paciente con el médico. Para saber detectar señales de alarma, y para poder responder correctamente, los profesionales necesitan «formarse y prepararse», destaca el médico del Reina Sofía. De ahí la importancia de citas como este congreso nacional que se celebra en Murcia, y que reúne a expertos de toda España.

El Servicio Murciano de Salud dispone de un protocolo para la detección de pacientes con ideación suicida en Urgencias. En el Reina Sofía, ese protocolo se actualiza cada tres años, porque «la realidad es dinámica», recuerda Cinesi.

«El aumento es notable»

Ricardo Delgado, enfermero en la Gerencia de Emergencias de Castilla-La Mancha, es el delegado de Salud Mental de SEMES. Este jueves moderará una mesa redonda sobre prevención del suicidio. «El crecimiento de autolesiones e intentos de suicidio es notable. La situación en la Región de Murcia es extrapolable al resto de España», explica. Las cifras, además, no le sorprenden: «Hay que tener en cuenta que por cada muerte por suicidio hay unas 25 tentativas». En todo caso, no todas las autolesiones tienen como objetivo el suicidio, recuerda. De hecho, los datos del informe del SMS revelan que el incremento de autolesiones es sensiblemente mayor al de suicidios registrados.

Entender las causas de esta preocupante tendencia al alza entre los más jóvenes es ahora el reto de la comunidad científica, de médicos, psicólogos y psiquiatras. «Probablemente estamos ante un fenómeno multifactorial, pero estamos convencidos de que el efecto que tuvo la pandemia fue importante», señala César Cinesi.

Pero más allá de lo que en su momento supuso el confinamiento, subyacen cuestiones de fondo. Una autolesión puede ser una expresión de impotencia, ante la imposibilidad de gestionar una frustración. «La frustración es uno de los principales problemas de toda la sociedad», apunta Ricardo Delgado. Para este enfermero del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), detrás de todas estas cifras está «el impacto de los cambios en las formas de comunicarnos y de interaccionar» Las redes sociales y estas nuevas formas de comunicarnos «han impactado de forma muy negativa; conllevan un aislamiento. Al final te conectas con el mundo a través de una pantalla», reflexiona.

Para afrontar todas estas nuevas realidades se necesitan «más recursos». Ricardo Delgado cree que «vamos tarde», pero celebra la puesta en marcha de un Plan de Prevención del Suicidio en el Sistema Nacional de Salud. La Región de Murcia recibirá este año 638.000 euros para diversas acciones relacionadas con este plan. Una de las medidas previstas es la reforma de las Urgencias en los hospitales «para mejorar la accesibilidad y aceptabilidad de personas en crisis de salud mental».

Pero el congreso de SEMES aborda también la necesidad de prevenir los problemas de salud mental y la ideación suicida en los propios profesionales de Urgencias y Emergencias. «En nuestro colectivo hemos detectado un aumento de casos en los últimos años, desde la pandemia», avisa Ricardo Delgado. Por eso, SEMES quiere potenciar el autocuidado. Lo resume Delgado: «Si no tenemos profesionales cuidados y formados, no podremos atender a los pacientes».