
Hombres y mujeres somos «anatómica y hormonalmente diferentes», por eso cuando practicamos alguna actividad deportiva, ellos son más propensos a tener un tipo de lesiones ( … fracturas, problemas musculares por traumatismos directos…)y nosotras, sin embargo, sufrimos más de ligamentos y tendones. A raíz del «aumento significativo» de la actividad de competición entre las mujeres en los últimos años, «se empiezan a hacer ahora algunos estudios comparativos entre géneros –hasta el momento se centraban básicamente en deportistas masculinos– en los que se confirman precisamente estas diferencias entre unos y otros a la hora de lesionarse, incluso aunque practiquen el mismo deporte. «Por ejemplo, las futbolistas se ‘rompen’ el ligamento cruzado anterior hasta cuatro veces más que sus compañeros chicos», alerta el doctor Joel Gascón, médico del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del hospital universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid).
En términos generales se puede decir que «las mujeres son más flexibles y se recuperan antes que los hombres, pero también es cierto que tienen una mayor fatigabilidad y este factor las predispone a ciertas lesiones», precisan en la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), que acaba de celebrar su congreso anual en A Coruña. Y esa falta de ‘punch’ se debe en muchas ocasiones al llamado Síndrome de Deficiencia Energética Relativa en el Deporte (REDs por sus siglas en inglés), un problema de salud que afecta especialmente a las mujeres debido a una ingesta calórica insuficiente para cubrir la demanda energética del entrenamiento.
«Ya sea por un tema estético, presión social, de los entrenadores o del propio club muchas deportistas no comen lo suficiente para la demanda de energía que requiere su disciplina. Ocurre mucho con las gimnastas, por ejemplo. ¿Consecuencias? Alteraciones hormonales y endocrinas, disminución de la densidad ósea, agotamiento… Y todo esto se traduce en una mayor probabilidad de que sufran fracturas, problemas musculares, bajones de rendimiento…», enumera la doctora Ana Fernández, especialista en Rehabilitación y Traumatología Deportiva de la Fundación Jiménez Díaz.
Los expertos insisten a las deportistas no solo en la importancia sino también en la «necesidad de comer bien, perder el miedo a los carbohidratos y centrarse en el consumo de proteínas para reconstruir y regenerar el tejido muscular. Y para hacerlo necesitamos calorías».
Cuidado con los isquiosurales
Para evitar lesiones en la edad adulta, también es muy importante que las niñas «desarrollen unos músculos y tendones fuertes», además de conocer las fases de su ciclo menstrual. «En cuanto a los ligamentos, parece que las mujeres podrían tener más predisposición a lesionarse en los días cercanos a la ovulación: hay estudios que nos muestran que un nivel alto de estrógenos genera más laxitud en el caso de la rodilla, que puede ser causa de torceduras o esguinces», detallan los expertos en entrenamiento y rendimiento deportivo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En cuanto a los hombres, «las lesiones más frecuentes en cualquier tipo de deporte que involucre los miembros inferiores (fútbol, baloncesto, pádel, badminton…) son, con muchísima diferencia, las musculares, concretamente las que afectan a los isquiosurales, mal llamados isquiotibiales. Le siguen los esguinces de tobillo, las lesiones musculares que afectan al cuádriceps y a los gemelos, al talón de aquiles… En el caso de las modalidades deportivas con mayor protagonismo de los miembros superiores (baloncesto, halterofilia…) atendemos mucha patología a nivel de columna vertebral, mientras que en los deportes de contacto como el rugby, las conmociones cerebrales son muy frecuentes», aclara el doctor Joel Gascón. Para los especialistas en rendimiento deportivo, entender estas diferencias entre ellos y ellas les ayudará a «tratar y, sobre todo, a prevenir las lesiones».
¿Por qué las botas de fútbol no son ‘unisex’?
«Porque somos diferentes a nivel biomecánico. Las futbolistas se lesionan mucho más el ligamento cruzado anterior que ellos porque su pelvis es más ancha y esa diferencia anatómica hace que las mujeres sean más inestables. Las botas de fútbol femenino están diseñadas con una pequeña alteración de la pisada para corregir y proteger precisamente el ángulo Q, que es muy importante a nivel de lesiones de rodilla. Además, suelen tener una horma diferente porque el pie de las mujeres suele ser más estrecho», explica el médico rehabilitador Joel Gascón.

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Enlace de origen : Estas son las lesiones más frecuentes en hombres y mujeres, ¿por qué nos 'rompemos' diferente?