
El Real Murcia ha estado en los puesto altos de la clasificación casi toda la temporada, pero ha sentido vértigo, no ha tenido la personalidad … suficiente para culminar el objetivo que se marcó desde la primera jornada. Nunca supo cómo agarrar y perpetuatrse en la primera plaza de la clasificación para ascender de forma directa, sin la tortura del ‘playoff’, ni tampoco aprovechar después su segundo puesto y las ventajas que ello conllevaba para imponerse en las eliminatorias decisivas. Decidió ser un actor secundario y no uno principal; por eso se ha marchado de la lucha por el ascenso de forma discreta pese a que fue capaz de congregar a más de treinta mil personas en su estadio que buscaban vivir una tarde especial.
Pero una vez más el Real Murcia no dio la talla pese a tenerlo todo de cara, precisamente uno de los grandes reproches de la afición grana a su entrenador, un Fran Fernández que ha quedado tocado con esta eliminación inesperada ante un Nàstic de Tarragona en plena transformación, todavía sin identidad, aturdida por la abrupta llegada de Luis César Sampedro a su banquillo. Con apenas dos soplidos ha sido capaz de tumbar a un rival que soñó por encima de sus posibilidades futbolísticas.
Sin pegada en casa
El técnico almeriense aseguró en la rueda de prensa posterior a la eliminación frente al Nàstic, que su equipo había llegado una docena de veces al área rival, pero la realidad es que no generó ocasiones claras de gol. No estuvo tan cerca como parece del 1-0, ni tampoco del 1-1; apenas fue una ilusión. Y lo peor es que esta falsa superioridad ha sido una constante en la temporada debido a su fragilidad y falta de jerarquía, sobre todo en casa. No es casualidad que los granas hayan terminado sin hacer ni un gol en 9 de los 20 partidos que ha jugado en el Enrique Roca en liga, un campo que ha animado más de lo que su equipo le ha dado.
No se trata solo de que no hiciera ni un gol frente a rivales por el ascenso como ante el Ibiza (0-2), Antequera (0-0) y el propio Nàstic (0-1), lo peor ha sido que la sequía grana perduró ante conjuntos que han descendido a Segunda Federación como el Yeclano y el Alcoyano, que sacaron un 0-1 de la casa grana, y también otros dos que se salvaron de caer a Segunda Federación sobre la bocina, como el Marbella y el Sanluqueño, que se se llevaron, en ambos casos, un punto de Murcia (ambos acabaron 0-0) con solo defenderse. También pescaron los filiales del Sevilla (0-2) y el Betis (0-1), que no solo ganaron en el Enrique Roca, además mandaron y jugaron más al fútbol que su rival, algo que irritó a los fieles granas, que se sintieron impotentes con su equipo.
Escaso control del juego
La falta de fútbol también es clave para explicar el motivo por el que un equipo con futbolistas de gran calidad no ha sido capaz de tener una propuesta más importante. Al Real Murcia 2024-25 le ha faltado jerarquía para mandar en los partidos y nunca ha sido dominador con el balón, ni si siquiera jugando contra equipos de la zona baja de la clasificación cuyo planteamiento inicial era encerrarse en el Enrique Roca. Por eso, la conexión entre la grada y el entrenador nunca ha sido completa, lo que generó algunos pitos en el estadio en varios partidos de la liga regular.
Hasta Pedro León reconoció de forma pública tras caer eliminado ante el Nàstic que la vuelta había sido «parecida a todos los partidos en casa; somos un equipo que defendemos bien, pero que proponemos poco, ese ha sido nuestro mayor hándicap», aseguró dolido por la eliminación. El Real Murcia casi siempre ha sido un equipo más pendiente de defender que de atacar, intentando robar para salir al contragolpe. Esa fue su zona de confort, un modelo de juego que no le ha servido para imponerse en partidos grandes. La falta de mecanismos para atacar, también cuando el rival defendía posicionalmente, ha sido un lastre que se explica con la ausencia en el césped, pese a estar muchas veces aptos para jugar, de futbolistas como Isi Gómez y Palmberg, quizás los más capacitados para tener el control de los partidos y acercar el balón con calidad a sus puntas, que han tenido que autoabastecerse y fabricarse sus propias ocasiones.
Dudas en la medular
Fran Fernández no ha parado de mover su once desde que arrancó el curso, sobre todo del centro del campo para arriba. Es verdad que el equipo grana sufrió varias lesiones en la medular, como la de Moha, pero el técnico almeriense nunca apostó totalmente por una pareja de centrocampistas y sí por ir variándolos en función del plan de partido y del rival. De hecho, ninguno de los cinco integrantes de esta demarcación, Yriarte, Boateng, Isi Gómez, Moha y Palmberg, ha sobresalido en el juego del Real Murcia ni ha mandado en la medular grana. Las pruebas son evidentes: ninguno de ellos alcanzó los dos mil minutos de juego, cifras bajas comparadas con defensas como Alberto González (3.240), David Vicente (2.730) y Saveljich (2.112). Incluso, estos guarismos también están lejos de los de Juan Carlos Real (2.503), la prolongación de Fran Fernández dentro del campo y que, sin embargo, no fue titular en el choque más importante de la temporada.
Que Fran Fernández haya apostado siempre por dos centrocampistas más Real en la mediapunta ha sido una declaración de intenciones durante todo el curso. Nunca le dio el puesto del gallego a Moha, Isi Gómez o Palmberg, lo que podría haber hecho al equipo grana más peligroso. El único cambio táctico fue la entrada de un segundo delantero en puesto de Real, un giró que hizo al Murcia más ofensivo siempre que pudiera recuperar el balón arriba.
Fue la apuesta de un técnico que ha cumplido lo que decía su contrato, y por eso ha renovado, aunque no ha terminado de convencer a una parte de los aficionados que pidieron su dimisión. Ni tampoco a parte de los que mandan en un club que sigue en shock dos días después de un golpe que es difícil de asumir.
Reflexión antes de la toma de decisiones para el próximo curso
Nadie en el club grana pensaba que el curso acabaría de forma tan abrupta. Ahora, tras un par de días de descanso, comenzarán las primeras reuniones de cara a planificar la próxima campaña. El primer paso: la reunión entre Felipe Moreno y Goiria que marcará el futuro del director deportivo y su grupo de trabajo.

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Enlace de origen : Los reproches para Fran Fernández crecen tras un batacazo inesperado