Nuevo intercambio de presos entre Ucrania y Rusia tras una noche de intensos bombardeos

«El proceso es bastante complejo, con muchos detalles sensibles, y las negociaciones siguen prácticamente cada día», ha explicado en redes sociales el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha informado del inicio de este intercambio, «que proseguirá en varias fases durante los próximos días». El mandatario no ha especificado por seguridad el número de las personas beneficiadas por el canje, de igual forma que tampoco lo ha hecho el Ministerio de Defensa ruso, que sí que ha confirmado que las dos partes han entregado a un número similar de efectivos cautivos como viene siendo habitual.

El centro de coordinación ucraniano para prisioneros de guerra ha recordado que se trata del canje de presos número 66 entre Kiev y Moscú desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Ambos bandos intercambian regularmente enemigos capturados y restos mortales de soldados desde hace más de tres años. Durante la última cumbre en la capital turca, ambas partes acordaron liberar a todos los prisioneros gravemente heridos o enfermos, y a los menores de 25 años.

El último trueque se había producido tras la primera ronda de negociaciones directas entre ambos bandos, celebrada en la capital turca en mayo. En esa cita Kiev y Moscú pactaron intercambiar unos 1.000 capturados de cada bando, tanto soldados como civiles.

Este lunes el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha adelantado que se trabaja también con la parte rusa en el canje de los cadáveres más de 6.000 militares muertos en el conflicto. Una tarea «extremadamente delicada y dolorosa», ha destacado Umerov. «El Estado debe repatriar a todos los suyos, tanto a los vivos como a los muertos», ha manifestado a través de Telegram.

El ministro ha explicado que el intercambio de este primer grupo de prisioneros menores de 25 años, así como la entrega de cadáveres, forman parten de «ciertas categorías» especiales dentro de los acuerdos de Estambul, que incluyen también la liberación de personal «gravemente herido» o «con enfermedades graves».

Zelenski ha insistido en su mensaje por seguir trabajando para lograr la «plena aplicación» de los acuerdos humanitarios sellados, a la par que ha prometido «hacer todo lo posible» para recuperar a «todas y cada una de las personas» que aún siguen en manos rusas.

Lejos de la paz

No obstante, pese a esos pactos, los dos países están lejos de un acuerdo de alto el fuego y así lo dejan claro sobre el campo de batalla por la vía de los hechos. Kiev ha denunciado que Moscú ha lanzado un número récord de 479 drones kamikazes la pasada madrugada. Un día antes el ejército ruso anunció que había ampliado su ofensiva a la región ucraniana de Dnipropetrovsk, fronteriza con las regiones de Donetsk y Zaporiyia, ya parcialmente bajo control ruso.

El Kremlin exige que Ucrania ceda los territorios que afirma haberse anexionado y renuncie a ingresar en la OTAN. También rechaza una tregua «incondicional» de 30 días pedida por Kiev y sus aliados europeos, ya que considera que permitiría a las fuerzas ucranianas rearmarse gracias a los suministros occidentales. Zelenski, por su parte, exige que las tropas rusas se replieguen e insiste en pedir «garantías de seguridad» a sus aliados occidentales, ya sea en forma de despliegue de tropas o de acuerdos militares. Unas posturas en las que ninguna de las dos partes da su brazo a torcer.