Cartagenera de pro, Mariang Maturana, pese a vivir la mayor parte del tiempo en Madrid, nunca se ha despegado de sus orígenes. Baja a la ciudad cuando puede para reconectar con sus raíces y tomar un respiro de la fama y del mundo tan absorbente en el que vive inmersa fruto del éxito de su proyecto radiofónico ‘La Pija y la Quinqui’, donde por todos es sabido que ella encarna orgullosa el segundo papel. La pasada Semana Santa protagonizó, con una particular interpretación de la marinera, el alternativo cartel de Semana Santa de la asociación procesionista La Vara y, hace una semana, triunfaba en un concurso de Televisión Española (TVE).
El dinero del premio, como no podía ser de otra forma, se lo llevó para Cartagena. En concreto, para la Fundación Tienda Asilo de San Pedro. La entidad benéfica, con presencia en Santa Ana y en Lo Campano, encadena ya más de un siglo de ayuda desinterasada tanto a personas enfermas o con discapacidad como a aquellos que buscan de rehacer sus vidas tras una mala racha.
Nicole Muñoz es la presidenta de esta organización sin ánimo de lucro bendecida por la ‘tele’ y por el ‘podcast’. Atiende a LA VERDAD desde su sede en los pies del monte Calvario y junto al cementerio de Los Remedios. Allí ofrecen numerosos cursos y talleres con los que buscan facilitar la inserción laboral de los colectivos más desfavorecidos apostando por aquellos empleos, con mucha demanda, y poca mano de obra. Así, desde allí enseñan oficios tan tradicionales como el de carpintero o el de soldador, muy requeridos por la industria local.
Los asistentes al taller de carpintería, en plena faena.
J. M. Rodríguez/ AGM

«También ofrecemos formación en el ámbito sociosanitario, cursos de gestión ambiental…», explica Muñoz a este periódico sin dejarse por el camino la joya de la corona: la residencia de Torre Nazareth, donde fueron pioneros en ofrecer cobijo y, sobre todo, cariño y buena acogida a los contagiados de sida en una época donde el VIH estaba todavía fuertemente estigmatizado. Tan grande es el corazón de estos entregados cartageneros que miran al horizonte siempre en busca de nuevos retos, de nuevos lugares en los que su ayuda es muy bienvenida. «Empezamos también un proyecto en Burkina Faso con huérfanos con necesidad de alimento, educación y medicación».
Con tanto por hacer, no es de extrañar que Muñoz señale con mayúsculas que el dinero que La Quinqui trae bajo del brazo les viene como «agua de mayo». «Son unos 15.000 euros. Es increíble. Hace unos años también ganó un pequeño premio y lo donó. La verdad que andamos bastante ajustaditos y se lo agradecemos enormemente», confiesa sincera Muñoz.
Sobre la relación que une a la Fundación con la familia Maturana, la presidenta relata que viene de lejos. «Conocemos mucho a su padre (el de Mariang) Es conocido y amigo de la Fundación. Ha venido muchas veces por aquí y ha colaborado mucho con nosotros ayudándonos con la pagina web o con la formación que tienen que hacer los profesionales que tenemos contratados. Y esa querencia por el trabajo que hacemos la ha transmitido e inculcado a sus hijos y su familia», explica feliz. «Es de las personas que nos conocen en el día a día».
Y toda ayuda, resalta Muñoz, es poca cuando toca cuadrar unas cuentas en las que casi siempre falta algo. «Sufrimos mucho los trámites con la administración. Se comprometen a unas cosas con convenios, pero luego se retrasan. Por ejemplo, de la residencia para personas enfermas, hay veinte plazas que están concertadas con el Instituto Murciana de Acción Social (IMAS) Pues la factura del mes de marzo todavía no la hemos cobrado y los residentes tienen psicóloga, enfermeros, comida todos los días. Todo eso, por los retrasos, al final lo acabamos pagando con créditos, con intereses que acaban en el banco y que podrían haberse invertido en la propia Fundación», lamenta.
«Eso por no hablar de las inspecciones. Que te obligan a cambiar una puerta, la barandilla. Más gastos». Con todo, Muñoz afirma que subsisten «porque todos donamos lo que podemos. Hay muchos donantes jubilados con pensión mínima, de 600 euros, y sin embargo guardan seis cada mes para la Fundación. Eso sí es un mérito extraordinario».
Presencia continuada en tres siglos distintos
La Fundación fue fundada en 1894, siendo una de las pocas de la Región que ha funcionado en tres siglos distintos. Nace como una entidad benéfica dedicada a paliar las necesidades de alimentación de las personas más necesitadas de Cartagena. Don Pedro Conesa Calderón, creador de la Fundación, y José María Artés, primer presidente, habilitaron una casa en la Calle del Conducto a la que llamaron ‘La Cocinilla’ para servir comida a los pobres. En 1940 el comedor se trasladó a la calle Real. En los años 90 amplían pretensiones gestionando centros de Cáritas, un programa de desintoxicación y el centro de formación de Lo Campano. En 2004, abre la residencia Torre Nazareth.
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Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : Una obra social en Cartagena bendecida por TVE y por el 'podcast' 'La Pija y la Quinqui'