Nunca antes en el Estado de Minnesota se había puesto en marcha una operación de búsqueda de tal envergadura como la activada para dar con … Vance Boelter, el hombre de 57 años acusado de atentar contra dos congresistas demócratas y sus cónyuges en la madrugada del pasado sábado en las afueras de Minneapolis. El operativo, que se alargó dos días, implicó a más de un centenar de polícias y una veintena de equipos Swat -las fuerzas especiales- y recurrió asimismo a drones y perros de rastreo. El despliegue dio frutos el domingo a última hora. El sospechoso fue detenido en el condado de Sibley, una zona rural cerca del hogar donde residía con su esposa y sus hijos y a tan solo una hora en coche del lugar donde presuntamente mató a la expresidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, y su marido, y posteriormente disparó al senador estatal John Hoffman y su pareja, Yvette.
«Me enorgullece informarles que hemos detenido al sospechoso responsable de este crimen, solo 43 horas después del incidente», anunció Elliot Faust, subjefe de la Policía de Brooklyn Park, donde tuvo lugar el tiroteo mortal. «No hay duda de que se trata de la mayor persecución policial en la historia del Estado. Solo en el lugar donde lo detuvieron había 20 equipos de fuerzas especiales diferentes que peinaban una zona extremadamente amplia en busca de este individuo», añadió. Un dron permitió seguir el rastro de Boelter mientras se adentraba en una zona boscosa. En su comparecencia desveló que el presunto asesino estaba armado en el momento del arresto, pero que no opuso resistencia al verse rodeado por agentes. Aunque los investigadores creen que actuó solo, no descartan por completo que contase con ayuda.
El FBI ofrecía una recompensa de hasta 50.000 dólares por cualquier información que permitiera hallarle. Y en su localización habría sido de vital importancia la colaboración ciudadana, según reconocieron los responsables policiales. También lo admitió así Drew Evans, superintendente de la Oficina de Detención Criminal, quien cifró en 400 las posibles pistas aportadas por la población. Siguiéndolas se localizó primero un coche utilizado por Boelter a pocos kilómetros de su casa en Green Isle. En el vehículo, los agentes encontraron «pruebas relevantes para la investigación». Pocas horas después daban con él que, por el momento, está acusado de dos cargos estatales de asesinato en segundo grado y otros dos de intento de asesinato en segundo grado.
Condado de Sibley
El sospechoso fue hallado en una zona rural cerca de su hogar y a una hora en coche del lugar del crimen
Fin de la huida
Boelter estaba armado cuando fue localizado, pero no se resistió al verse rodeado de agentes
El fiscal Joe Thompson informó este lunes de que Boelter visitó la misma noche de los tiroteos otras dos viviendas: una en el suburbio de Maple Grove, donde tocó a la puerta un político pero nadie abrió, y otra en la cercana localidad de New Hope, de la que se marchó al ver a un policía. «Los detalles de los crímenes son realmente escalofriantes», afirmó Thompson. Tras atacar a los Hoffman, el sospechoso se enfrentó a los agentes que acudieron a la casa familiar después de las llamadas de vecinos alertados por los disparos. Logró huir por la puerta trasera de la vivienda hacia un campo de golf, pero dejó en el lugar lo que parecía un vehículo policial -el atacante se había hecho pasar por miembro del cuerpo- en el que los investigadores hallaron tres rifles de asalto AK-47, una pistola de calibre 9 milímetros y una lista con identidades y direcciones de cargos públicos. Una relación de nombres, al menos 70, entre los que aparecían además de los congresistas tiroteados, otros representantes demócratas, médicos o activistas en favor del aborto.
Trabajo en dos funerarias
El historial de Boelter es cuanto menos peculiar. Hay constancia de que en el pasado viajó a Oriente Medio y África aunque no se sabe si para ofrecer sus servicios en el ámbito de la seguridad privada o, como él mismo dejó constancia, en busca de potenciales terroristas suicidas islamistas para predicarles el Evangelio. Furibundo enemigo de los homosexuales y el aborto, dio abundantes charlas al respecto y en la actualidad dirigía con su mujer una empresa de vigilancia. Además, el sospechoso trabajaba para dos funerarias de Minnesota con el objetivo de obtener unos ingresos extra y se convirtió en el tipo que retiraba los cadáveres en las escenas de los crímenes. Trató incluso de colaborar, infructuosamente, en las investigaciones de algunos asesinatos.
Más objetivos
En su sangriento recorrido visitó otras dos casas, pero en una no le abrieron y de otra huyó al ver a la Policía
En una comunidad como la de Minnesota donde los ciudadanos participan activamente en la vida pública, Boelter perteneció en dos ocasiones de la Junta de Desarrollo Laboral. La primera vez, por designación del gobernador demócrata Mark Dayton en 2016. La segunda fue Tim Walz, actual gobernador del Estado y número dos en la fallida candidatura de Kamala Harris, quien firmó su incorporación en 2019. Nadie se explica lo ocurrido el pasado fin de semana. El sospechoso nunca mostró una ideología definida ni a la izquierda ni a la derecha aunque sus allegados aseguran que en la última cita electoral había votado a Donald Trump.
Una oportuna llamada a la Policía que «salvó numerosas vidas»
Una llamada a la Policía de la hija del senador John Hoffman tuvo una importancia clave para que Vance Boelter no acudiera a los domicilios de otros políticos para asesinarlos después de pasar por las casas de sus primeras víctimas: el senador y su esposa, y la congresista Melissa Hortman y su marido, que en este caso resultaron muertos.
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, dijo este lunes que las «acciones heroicas» de los Hoffman permitieron salvar otras vidas. Según algunos mensajes en red, la esposa del político demócrata pudo interponerse entre su hija y el tirador para que no resultara herida. Lo que está claro es que el asesino se empleó con saña. La mujer, Yvette, recibió ocho balazos mientras que a John Hoffman le disparó en nueve ocasiones. La llegada de la Policía evitó que pudiera rematarlos y le obligó a huir dejando atrás una lista con setenta nombres de posibles objetivos.
La familia difundió este lunes un mensaje desde el hospital para asegurar que se está «recuperando» y agradecer los testimonios de solidaridad. «John y yo tenemos muchísima suerte de estar vivos». La pareja expresó además sus condolencias por la muerte de la congresista demócrata y su marido.
Walz, quien fue candidato a la vicepresidencia en las últimas elecciones que ganaron Donald Trump y JD Vance, reiteró este lunes su preocupación por la creciente tensión en el país. El gobernador recordó que «nunca hay lugar para la violencia política sin sentido ni la pérdida de vidas». (Por M. R)

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Enlace de origen : Más de 100 policías, 20 equipos de élite y drones para detener al asesino de demócratas