
La dana de Valencia y sus consecuencias sobre el terreno en octubre del pasado año abrió un profundo debate sobre si se está … afrontando de forma adecuada la gestión del riesgo de inundaciones en un escenario de cambio climático donde estos eventos serán cada vez más violentos. La cuenca del Segura ya tuvo que hacer este análisis tras la dana de 2019, pero todo apunta a que habrá que repensar la planificación de obras para evitar riadas o desbordamientos de cauces.
«Ha habido una potenciación de la magnitud del fenómeno, de tal manera que, si antes las infraestructuras hidráulicas eran capaces de manejar los caudales que se estaban produciendo, pues últimamente no es así», explicó este jueves Carlos Marco, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), durante una jornada sobre estrategias innovadoras para mitigar los efectos de la dana organizada por la Universidad Católica de San Antonio (UCAM). Marco subrayó que ya con la riada de San Wenceslao de 2012 en Lorca y Puerto Lumbreras, y lo confirmó la dana de hace casi seis años, las infraestructuras actuales en nuestra demarcación, «a pesar de ser abundantes, no son suficientes».
El Segura ha hecho frente a estos episodios con la construcción a lo largo del último siglo de varios embalses contravenidas, canales como el postrasvase o el Reguerón que ayudan a desviar las crecidas, encauzamientos o con medidas más recientes como zonas de laminación de agua o desbordamientos controlados. Sin embargo, el alto cargo de la CHS consideró que el plan de obras contra inundaciones «se ha quedado pequeño» y que, «con los nuevos fenómenos atmosféricos, van a ser necesarias nuevas infraestructuras». «Aunque la dotación inicial de las infraestructuras en la Confederación es grande», matizó el director técnico, «parece que es necesario adaptarse a una serie de nuevos caudales» por la fuerza de las danas.
El organismo de cuenca está en plena preparación del tercer ciclo del Plan de Gestión del Riesgo de Inundación para el periodo 2028-2033, pero tiene deberes pendientes, como las presas en las ramblas de Lorca, la de Abanilla y la de Tabala en Murcia. Marco defendió durante la jornada que la CHS se encuentra, durante la tramitación de los proyectos, con problemas medioambientales (como ocurrió con las presas de Béjar, Torrecilla y Nogalte) y con la oposición, en algunos casos, de los territorios donde se proyectan estas obras.
Carlos Marco: «Si antes las infraestructuras eran capaces de manejar los caudales producidos en una dana, ahora no es así»
El experto en hidrología justificó que la limitación del presupuesto obliga al Ministerio para la Transición Ecológica a priorizar unas obras frente a otras (las del Mar Menor antes que las de Lorca), o incluso entre distintas comunidades, en función del «beneficio-coste». Lo más avanzado en la Confederación es el encauzamiento de la rambla de Los Alcázares, cuya contratación de las obras saldrá este año, según anunció. Ahora, incidió, se apuesta por una mejor «gestión de las infraestructuras» con sistemas de alerta como el SAIH de la Confederación.
¿Obra gris u obra verde?
El director general del Agua de la Comunidad, José Sandoval, subrayó que estos proyectos suelen tener una «tramitación larga», algunos de hasta año y medio, y coincidió con el director técnico de la CHS en que hay un problema con los presupuestos. «Tenemos que darle una vuelta a cómo financiamos esas infraestructuras», comentó, y planteó la posibilidad de establecer mecanismos de recuperación de costes que permitan costear estas obras en el futuro. «El diagnóstico está hecho, sabemos las infraestructuras que hacen falta, tenemos la urgencia… ¿Qué nos falta? Seguramente tenemos un problema importante de financiación que hay que abordar».
Sandoval apuntó que las administraciones están «obligadas a integrar mapas de riesgo y criterios hidrológicos en los instrumentos de planificación urbanística». Para afrontar las inundaciones, el director general pidió no elegir entre si construir solo infraestructuras de hormigón o si apostar todo a las soluciones basadas en la naturaleza.
«Hay que alternar» obras como los tanques de tormentas o colectores con medidas verdes, algo en lo que también estuvo de acuerdo Carlos Marco; «no se trata de elegir si las soluciones tienen que ser verdes o grises. Se trata de encontrar soluciones en función del coste-beneficio y combinar alternativas según cuál sean más eficientes en cada momento». Sandoval remarcó que la Comunidad está construyendo dos sistemas de drenaje sostenible en San Javier y Lorquí.
Pedro de los Santos, vicedecano del Grado en Ingeniería Civil de la UCAM, apostó por culminar esas obras pendientes, como la presa de Tabala, la mejora del colector del Albujón o, además, el colector norte de la ciudad de Murcia. Incluyó la necesidad de avanzar en las zonas de laminación de agua previstas en la cuenca del Mar Menor, con el fin de evitar arrastres de nutrientes a la laguna salada.
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Apuesta decidida por las redes separativas para evitar colapsos
El director técnico de la Entidad de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia (Esamur), Pedro Simón, avanzó durante su ponencia en la jornada de la UCAM que esta entidad está estudiando qué tratamientos implantar en las aguas pluviales recogidas en los tanques de tormentas para que estas no tengan que pasar por la depuradora, ocupada en gestionar el agua residual, y puedan ser reutilizadas después.
Simón pidió «dejar de impermeabilizar las ciudades» y evitar que toda el agua de lluvia acabe en la red de saneamiento, ya que termina por colapsarla y se producen vertidos contaminantes. «¿Redes separativas? Lo primero. ¿Qué hay que levantar todas las ciudades? Evidentemente habrá que hacerlo poco a poco, pero tenemos que tener la mentalidad de que cada vez que hagamos una obra en una calle, hay que empezar a introducir este tipo de infraestructura», comentó el responsable técnico de Esamur, quien empleó de ejemplo la colmatación de las alcantarillas por barro en los pueblos de Valencia afectados por la dana.
«Si hay que sacrificar una red, mejor que sea una distinta antes que la del agua residual», subrayó Simón, quien pidió más inversión para mejorar el alcantarillado en la Región de Murcia. El director de Esamur señaló que el problema principal que tiene la red de saneamiento es el arrastre de todos los sólidos que se quedan en el alcantarillado. «Eso incrementa muchísimo la contaminación en un tiempo relativamente corto, pero muy intenso», en momentos de lluvia.

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