Ángel Turpín, un palmarés dorado más allá del tatami

Ángel Turpín, un palmarés dorado más allá del tatami

Domingo, 22 de junio 2025, 07:38

Era un renacuajo de 4 años cuando encontró en el karate su razón de ser y su fuente de inspiración para encarar la vida. Acaba de cumplir los 18 y, en su punto de mira, conviven la pasión inagotable por el deporte y el sueño de convertirse en médico. Hijo único de padre y madre ingenieros, volcados ambos en descubrir cómo ponerle de cara sus múltiples virtudes, Ángel Turpín Abellán escribe, con pulso firme, un palmarés dorado en kata y kumite que va más allá del tatami. Número 1 en los Premios Extraordinarios de Educación Secundaria Obligatoria 2023 de la Comunidad Autónoma de la Región, es miembro del Programa de Tecnificación Estatal de la Real Federación Española de Karate en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Los Alcázares. Con solo 15 años, entró interno en el CAR saliendo de su Cieza natal y sus padres lucharon con las consecuencias del nido vacío del mismo modo que afrontaron el síndrome de Asperger con el que fue diagnosticado a los 2 años: hacia delante. Brillante competidor, consiguió su primera medalla nacional con 11 años, y en 2024 se alzó, logro hasta entonces inédito, con el triple Gran Winner kumite, con los oros en Junior, K23 Junior y K23 Sénior. Hace cuatro años que no va al cine. Tampoco pasa horas ‘scrolleando’ en Instagram o jugando a la consola. No controla la dieta y entrena para subir masa muscular de cara a su paso a la selección sub-21 y a su soñada participación en el próximo Campeonato del Mediterráneo. Décimo en el ‘ranking’ mundial cadete en más de 70 kilos de peso en 2023, cuenta con dos oros en el Abierto de Estados Unidos en 2023 y 2025, además del oro en el USA Open Kata K23 2023 y el oro en los Juegos inclusivos CSD 2024 Kata Dúo K23. Con ambición sana y desmedida, nadie le define mejor que él mismo. Ni siquiera su padre, secretario de la Federación Regional de Karate y ‘coach’ ocasional con permiso de su laureado mentor Jonatan Huertas: «Estoy dispuesto a dar lo máximo, aprecio a la gente que está conmigo en las buenas y en las malas y me gusta mucho cuidar de mis seres queridos». Su voz, cargada de certeza y cariño, resuena en cada movimiento y latido.

Lunes

9.00 horas. El karate inculca unos valores de respeto y constancia muy positivos. Tenemos el sistema de grados de cinturón por el que, al tener que esperar un cierto tiempo, se trabaja esa constancia. Además, enseña en respeto, algo que se está perdiendo hoy día en la sociedad. Desde pequeñito siempre me dejaron claro que hay que respetar al compañero. Por muchas veces que falles y por muy frustrado que te sientas, cuando te vienen esos pensamientos de «jope, esto no me sale, debería dejarlo», siempre hay que levantarse del suelo, seguir hacia delante y dar la mejor versión de ti. Al final, por mucho que caigas, conseguirás los objetivos que tienes en mente. Quiero llegar a ser campeón del mundo. No me dejo nada en la reserva para conseguir ser el mejor, aunque el panorama internacional está muy complicado, con figuras como el egipcio Badawy, al que consideramos el dios del kumite. Y vamos a tener la suerte de que el para-karate consiga ser paralímpico. Me gustaría ser campeón también.

Martes

19.00 horas. Siempre he visto el Asperger como algo positivo, no como una enfermedad, que no lo es. Cuando me centro en un objetivo, voy muy a por ello. Hay gente que se descentra o no da el cien por cien, pero yo suelo hacer hiperfoco. Eso es un arma de doble filo, porque a veces me empeño en hacer un punto aunque el ‘coach’ me esté diciendo que haga otra cosa. Si tuviese que destacar algo negativo del asperger, sería el ruido del arbitraje, la grada… Este deporte se hace en pabellón y a la vez hay seis combates. Esos factores me desestabilizan un poco. Gracias a mis padres y a la ayuda profesional, he sabido ir llevándolo. Otro hándicap que tengo es la hiposensibilidad al dolor. Dice mi padre que no noto la sobrecarga. Me operaron de apendicitis el verano pasado y yo, en Urgencias, llevaba mejor cara que mi madre. Si me quejo, tengo un dolor severo.

Miércoles

21.00 horas. El apoyo de mis padres lo supone todo para mí. Si no fuese por ellos, no sería la persona que soy hoy día. Me han tenido mucha paciencia, sobre todo mi madre, porque he sido duro de criar. Podían haber hecho como desgraciadamente hacen algunos: «Le doy la tablet o el móvil y que se calle». «¿Que no socializa?, da igual, dale la consola y que juegue las horas que quiera». Ellos siempre me han forzado a socializar y me han puesto en situaciones que no me gustaban. Soy muy reservado y tímido y me cuesta dar el paso de conocer gente nueva, aunque poco a poco he ido cogiendo herramientas para superar los obstáculos que se generan en mi cabeza. Hace tres años era incapaz de bajar a comprar una barra de pan porque me daba vergüenza hablarle al dependiente. Ahora lo llevo muchísimo mejor. Mis padres son mi pilar fundamental. Los problemas que tengo se los cuento y siempre están ahí. El logro del que más orgulloso estoy no es ningún oro, sino el tercer puesto en la serie Youth League, en Acapulco, mi primera medalla internacional cuando era cadete. Estaba mi padre en la silla, de ‘coach’, y el hecho de que estuviera allí, apoyándome en los combates, fue lo más importante para mí.

Jueves

11.00 horas. Cuando me preguntan qué hago en mi tiempo libre, respondo que ya me gustaría tener tiempo libre para saber qué hacer. He tenido que dejar de lado muchas cosas tanto para poder centrarme en el karate como en los estudios, pero gracias a Dios estoy en el CAR y ahí nos brindan muchísimos servicios. Aunque hay alguna gente que piensa que te dan las notas por ser alto rendimiento, no es así; lo que hacen es ayudarte a compaginar. Y también cuento con el apoyo de mi profesor Luis, que me ha salvado este curso, sobre todo en Matemáticas. Está ‘online’ y también viene los fines de semana y nos ayuda. Gracias a que soy Asperger tengo facilidad para estudiar las cosas que me gustan, para retener la información. Tristemente no te puedes dedicar al karate, porque este deporte no tiene rentabilidad más allá de que te den alguna beca. Acabo de hacer la PAU y quiero graduarme en Medicina. Me especializaré en Traumatología o Anestesiología, dependiendo de cómo me salga el MIR. Y seguiré entrenando al máximo nivel.

Viernes

9.00 horas. Estamos preparando una rutina para subir masa muscular. El siguiente objetivo es preparar el Campeonato del Mediterráneo, que se celebra en España, al que espero ir convocado por la selección. Nunca me he puesto a dieta y como un poco lo que me da la gana. Sí tengo la manía de no comer ni frutas ni verduras. También intento dormir ocho horas.

Sábado

20.30 horas. Ir al cine los fines de semana para mí es impensable. Llega el fin de semana y tengo competición, concentración con la selección o entrenamientos. Cuando me vine al CAR hace tres años tuve que dejar a muchos amigos de Cieza. Tengo gente que sigue manteniendo el contacto y entiende mis objetivos. Me quedo con los que me apoyan en los momentos buenos y malos, los que se alegran por mis victorias y están cuando llegan las derrotas. En el deporte hay personas que me quieren incondicionalmente, mis compañeros de para-karate. Es un cariño incondicional en ambos sentidos. Sin embargo, al conseguir tantos méritos en el estudio y en el deporte, he sufrido envidias. No es por tirarme flores, pero a algunos les gustaría tener mi vida. Intento evitar a la gente que no me suma. En karate hay bastante competitividad. Tiene que ser positiva, sin faltar al respeto. Si pierdo un combate, seguiré trabajando, le doy la enhorabuena al compañero y, si lo veo después de la competición, nos saludamos o nos tomamos una cocacola.

Domingo

12.00 horas. Se están haciendo las cosas muy bien en la Región, y creo que hemos pasado de ser unos don nadie a una federación notable, que tiene chavales con resultados y está consiguiendo meter a chicos dentro de la selección nacional. No somos Madrid o Andalucía, pero ahora, cuando toca un murciano en primera ronda, piensan: «Ostras, ‘cuidao’, que a lo mejor no es muy malo».

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