El exministro descarta convertirse en un ‘arrepentido’ tras coquetear con Anticorrupción

Los contactos preliminares con la Fiscalía Anticorrupción para sentar las bases de un acuerdo incluso ya se había producido, pero todo cambió el domingo cuando Koldo García y su exjefe se reunieron y el exportero de prostíbulo dejó bien claro que cualquier «salida individual» como la que estaba buscando el ministro iba a acabar con un fuego cruzado en el que «todo el mundo iba a salir malparado». Y al final, el temor pudo con el imputado, quien este lunes volvió a insistir en que todo es mentira, alejando, quizás para siempre, ese acuerdo con el Ministerio Público para tratar de «salvar los muebles en solitario».

La intrahistoria de este pacto que no fue tiene su punto central en la reunión que el jueves tuvo el letrado de Ábalos, José Aníbal Álvarez, con el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, en la sede de este departamento en Madrid. El abogado, según fuentes cercanas al caso, había obtenido autorización del exministro para «explorar» la posibilidad de un pacto después del «mazazo» que para Ábalos había supuesto conocer el pasado 12 de junio que su exmano derecha había grabado años de audios y que éstos incriminaban directamente al extitular de Transportes.

«Sin compromiso previo»

Álvarez planteó a Luzón que su patrocinado colaborara con la justicia en aplicación del artículo 21 del Código Penal que establece como «circunstancias atenuantes de la responsabilidad criminal», entre otras, la «confesión de delito». El jefe de Anticorrupción enfrió las expectativas, dejando abierta la posibilidad de ese pacto, pero sin «compromiso alguno previo». Alejandro Luzón dejó claro que cualquier rebaja de grado pasaría por una «colaboración real», con revelación de «nuevos actos delictivos» (no solo la asunción de los ya conocidos y sobre los que ya hay indicios) y pruebas contra nuevos sospechosos.

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El propio extitular de Transportes el pasado jueves por la noche confesó que estaba a punto de comenzar a convertirse en un ‘arrepentido’, parecido a Víctor de Aldama, quien el pasado noviembre logró, después de un pacto bendecido por Luzón, salir de la cárcel tras implicar en su confesión, entre otros a Ábalos, García, Cerdán, al ministro Ángel Víctor Torres o a la presidenta del Congreso Francina Armengol, entre otros. Esa noche Ábalos llegó a confesar en en una conversación con la Cadena Ser que estaba dispuesto a llegar a un pacto con Anticorrupción para, supuestamente, tirar de la manta después de afirmar sentirse traicionado por su otrora mano derecha y por las grabaciones que éste realizó durante años. Ábalos dijo a la emisora que era un «gilipollas», el «imbécil de todo esto» y que había sido «utilizado» por Santos Cerdán y Koldo. Y que tal y como constata la UCO, «venían con una dinámica previa de «corrupción desde Navarra». «Me penetraron en el ministerio», donde le «presionaron para tratar de influir» en las contrataciones, afirmó reconociendo que la existencia de esa trama que este lunes llegó.

Pero el fin de semana fue largo y Ábalos no pudo aguantar las presiones que le llegaron de su examigo Koldo, alarmado por las informaciones de que su exjefe estaba dispuesto a liarse la manta a la cabeza con tal de quitarse unos años de cárcel encima. Finalmente el domingo, el exministro accedió a encontrarse con su exasesor a las 17:00 horas en el despacho del abogado del exministro en Madrid. En las cuatro horas que duró el encuentro, Koldo García desmontó el débil andamiaje sobre el que estaba intentado construir la confesión de su cliente. Según fuentes cercanas a ese encuentro, Koldo advirtió a su exjefe de la necesidad de mantener una estrategia común y evitar un enfrentamiento mutuo, en el que ambos podían acabar «maltrechos», habida cuenta de las pruebas presuntamente incriminatorias que cada uno acumula contra el otro.

En suma, le convenció de que era mucho mejor antes de confesar esperar a saber hasta dónde puede llegar la UCO en su investigación y, sobre todo, aguardar a conocer la estrategia de Santos Cerdán el lunes de la semana que viene cuando está citado en el Supremo en su primera declaración como imputado. Y ahí acabó el intento de pacto que murió antes de nacer.