El Jimbee Cartagena lo ha vuelto a hacer. Con el quinto o sexto presupuesto del campeonato, sin el destello de Lucao y algunos jugadores en … la enfermería,como Jesús Izquierdo y Darío Gil, el equipo de Duda está otra vez a un paso de la gloria. Los meloneros fueron superiores al Barcelona y en un partido de puro corazón, garra y empuje tumbaron al gigante del fútbol sala nacional (3-2). Con este resultado, el Jimbee optará este jueves (Palacio de los Deportes, 21.00 horas) a levantar el segundo título de la temporada y el cuarto en poco más de un año, una proeza prácticamente sin precedentes a lo largo de este siglo XXI.
Jimbee Cartagena
Chemi, Tomaz, Gon Castejón, Cortés y Pablo Ramírez (quinteto inicial). También jugaron Osamanmusa, Mouhoudine, Linhares, Mellado, Gon Castejón, Waltinho y Motta.
3
–
2
Barcelona
Dídac Plana, Erick Mendoça, Touré, Eric Martel y Adolfo (quinteto inicial). También jugaron Pito, Matheus, Sergio González, Antonio Pérez y Dyego.
-
Goles:
1-0, Waltinho (minuto 11). 1-1, Eric Martel (30). 2-1, Mouhoudine (31). 3-1, Mellado (32). 3-2, Dyego (37). -
Árbitros:
Delgado Sastre y Sarabia Eguiluz. Amarillas a los locales Tomaz, Pablo Ramírez, Waltinho y Osamanmusa; y al visitante Pito. Doble amarilla y expulsión al visitante Pito en el minuto 32. -
Incidencias:
Lleno en el Palacio de los Deportes de Cartagena con 4.816 espectadores. Tercer partido de la final del ‘playoff’ de Liga.
El fútbol sala vive años de verdadera zozobra en España. Es un deporte que pasa de puntillas en las parrillas televisivas, en los espacios radiofónicos y en las principales cabeceras del país. Los datos de audiencia descienden, los dirigentes federativos no ponen la competición en valor y existe una desconexión preocupante comparada con la de principios de siglo. El adiós de Movistar como mítico patrocinador del Inter, anunciado ayer para centrarse en el baloncesto y el ciclismo, es una evidencia más. Los clubes no son premiados económicamente ni por ganar la liga ni por proclamarse campeones de Europa, algo absolutamente insólito, quedando los títulos de cara a la galería.
En Cartagena, sin embargo, está más que confirmado que el fútbol sala vive su época de vino y rosas. Siempre fue un deporte que la afición vivió de forma muy pasional y ferviente. Nunca se ganó absolutamente nada en tres décadas de llantos y alegrías en la vieja Bombonera, el histórico hogar de este deporte en la ciudad. Pero sí en el Palacio de los Deportes, donde anoche volvieron a gotarse las entradas para presenciar el tercer asalto de la final liguera. La instalación de la avenida del Cantón rugió tanto como en el último año, cuando el Jimbee Cartagena levantó dos títulos (la Liga de 2024 y la Supercopa de 2025), certificó el billete para la fase final de la Champions League y celebró dos ‘manitas’ históricas e inéditas al eterno rival: ElPozo Murcia.
Anoche el Palacio de los Deportes fue como una especie de coliseo romano. Cinco mil espectadores recibieron al entrenador visitante, el ex del Polaris Tino Pérez, en un ambiente ensordecedor. Y tanto a Duda como a sus jugadores como verdaderos guerreros. La gente enloqueció a la salida del túnel de vestuarios. No era una batalla final ni decisiva, pero la grada entendió que este tercer asalto era básico a nivel psicológico para declinar la balanza. Con el empujón de esas cinco mal se formó un escudo que, de inicio, al menos sirvió para evitar un gol del Barcelona en los primeros segundos. Fue la tónica en el Palau Blaugrana, donde el Jimbee se sintió arropado, enérgico y vigoroso, firmando una primera parte casi perfecta, sin demasiados descosidos.
En defensa, los meloneros mordieron en cada jugada. Y Chemi solo tuvo que intervenir seriamente en dos momentos, a disparos de Eric Martel y Adolfo que eran gol. En la otra orilla, en cambio, Dídac no pudo ni respirar: el portero del Barcelona tuvo que remangarse una y otra vez para frenar hasta tres ataques que perfectamente pudieron significar el 1-0. Con la punta de la zapatilla desvió un disparo ajustado de Tomaz, con el hombro otro a la media vuelta de Pablo Ramírez y a bocajarro, con el pecho, el de Mouhoudine. A renglón seguido de ese aviso del cierre francés llegó el merecido premio del 1-0: una triangulación de lado a lado la materializó Waltinho. El pívot brasileño ha resurgido en el mejor momento con cinco dianas básicas en este ‘playoff’.
El segundo acto fue bastante menos fluido y se prolongó en el tiempo. Entre faltas, revisiones en el videoarbitraje, polémicas y tarjetas amarillas, la igualdad fue máxima y no se contabilizaron ocasiones claras. En ese contexto de silbidos y piques se estiró el Barcelona y despertó de su letargo para empatar en un contragolpe por mediación de Eric Martel. La mejor respuesta del Jimbee fue caer y levantarse, pues al siguiente pestañeo respondió con el 2-1 de Mouhoudine. Es francamente sensacional esta recta final de temporada del francés, que aparece en cada momento clave de estos ‘playoff’, esta vez cruzando el balón ante la salida de Dídac.
El Palacio ya era entonces un volcán y terminó de entrar en erupción cuando Mellado soltó un zurdazo imparable que pasó por debajo de las piernas de Dídac. Era el minuto 32 y la victoria estaba ya casi vista para sentencia, más aún cuando Pito vio la roja por doble amarilla. El Barça estaba contra las cuerdas pero en el 37 Cortés se confió: un pase de Sergio González por delante de la portería pasó por delante del almeriense, que no se atrevió a despejar por si se marcaba en propia puerta ni voo por el retrovisor a Dyego, que la empujó bajo la línea (3-2). El brasileño hizo acto de presencia por primera vez en la final tras recuperarse de la lesión, no así Jesús Izquierdo y Darío Gil.
El Barça dijo aquello de perdidos al río y a falta de dos minutos apretó de lo lindo. Adolfo golpeó en la cruceta y se acarició el empate. En esos compases finales el Jimbee aguantó firme y fuerte, no ya solo para defender sino también para hacerlo sin faltas, ya con cinco y al límite del doble penalti. Un ejercicio de resistencia formidable que deja al equipo de Duda a una sola victoria del título. La grada lo celebró y los jugadores se conjuraron ciertamente contenidos, sabiendo que nada está hecho ni terminado porque queda la gran cita del jueves a las 21.00 horas. Las entradas ya están a la venta y volarán en cuestión de horas. Otro doblete es posible y está a solo 40 minutos de la gloria.

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