Félix Carrillo, doctor en Biología y profesor asociado de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la Universidad de Alicante, conocía muy bien desde niño alguno de los «bosques notables» de la cuenca del Segura. «Mi padre era ingeniero agrícola y cuando los recorría con él me iba diciendo cuál era cada especie», recuerda dónde nace la aventura de escribir, publicar y ahora presentar –el jueves 26, a las 18.30 h, en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la UMU– el libro ‘Bosques notables de la cuenca del Segura: paisaje y paisanaje’, escrito al alimón con el profesor de Geografía e Historia jubilado y etnógrafo Jesús López García.
Dedicado profesionalmente, además de a la docencia, a la conservación de flora protegida, hace 8 años Félix decidió poner blanco sobre negro el conocimiento sobre las formaciones boscosas del paisaje bañado por el río Segura y sus afluentes, «unos territorios muy diversos, de gran riqueza específica y también en cuanto a endemismos: es el entorno más diverso de Europa en cuanto a presencia de tipos de hábitats», apunta para poner en su justa medida la biodiversidad y riqueza del Sureste español. «Una superficie similar a la cuenca del Segura–abarca territorio de Almería, Granada, Jaén, Albacete y Murcia– en Polonia tiene una abundancia de especies endémicas muchísimo menor, ya que aquí la zona no se ha visto afectada por las extinciones de las glaciaciones y está muy próxima a un continente con hábitats tan distintos», aclara refiriéndose a África.
‘Bosques notables de la cuenca del Segura: paisaje y paisanaje’

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Edita.
Sociedad de Estudios Biológicos Iberoafricanos (Sebi), Murcia. 372 páginas y mapa desplegable incluido. -
Autor.
Antonio Félix Carrillo López y Jesús López García. -
Precio.
30€ (envío incluido) en estudiosiberoafricanos@gmail.com -
Presentación
Miguel Ángel Esteve, catedrático de Ecología de la UMU y autor del prólogo, intervendrá en la presentación, junto a los autores, este jueves, a las 18.30 h, en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la UMU. -
Benéfico.
El dinero recaudado será destinado a la Sebi.
Atípicos bosques de tejos, alamos del Éufrates, malojos o melojos (un tipo de roble característico del norte), avellanos, arces, acebos, abedules (en el límite entre la tundra y la taiga), pinos blancos o ‘nigra’, madroños,… desfilan por las páginas de este libro. Formaciones forestales relictas que han sobrevivido al paso del tiempo y a la transformación de las condiciones climáticas atesorando secretos, algunos recientemente descubiertos. Es el caso de la alameda eufrática del Tollé, «un bosque de álamos característicos de zonas subtropicales que fue citado por primera vez en 2014 por Adrián Ruiz-Rocamora, escondido en una rambla y que no se conocía», cuenta Carrillo y explica que es casi seguro de origen natural y seguramente llegó de África durante la crisis salina messiniense, dado que toleran muy bien la salinidad, y ahí permanecen al amparo de una pequeña fuente. Ahora, todos ejemplares hembra, la Sociedad de Estudios Iberoafricanos (Sebi) ha buscado un macho del río Muluya que pretenden plantar en la alameda para favorecer su supervivencia.
Avellanedas, tejeras y abedulares sobreviven desde hace milenios pese a los cambios climáticos
Con datos científicos y lenguaje común, Félix Carrillo y Jesús López reúnen en este libro los datos necesarios para divulgar la existencia e importancia de estas formaciones arbóreas, pero no solo eso, sino que, de forma didáctica, exponen los diferentes pisos de vegetación o termotipos, los ombrotipos (división del territorio según precipitaciones) y los gradientes de pendiente, todas características que determinan la vegetación que se adapta a cada territorio. Los datos de la especie predominante en cada arboleda, su ubicación , el tipo de suelo, el espacio protegido en el que se asienta y su titularidad.
Pero los autores van más allá en estos paseos forestales de la mano de la ciencia, que llaman la atención sobre la trascendencia de favorecer la conservación de los «bosques notables» adoptando las medidas necesarias, por ser «reservas de biodiversidad» y «refugios climáticos», como asegura el catedrático de Ecología Miguel Ángel Esteve en el prólogo. «Hemos recogido los términos con que se nombra la vegetación en el acerbo de la cuenca –cita baladre frente a adelfa o tápena frente a alcaparra– para que no se pierdan» y han recurrido «a todos aquellos con conocimiento técnico e información para completar el libro», lo que amplía la nómina de colaboradores a casi una veintena, entre los que destaca el riopense Jorge Escudero.
Algunas de las atípicas formaciones

Avellaneda de Poyotello (Jaén)
De climas más fríos y húmedos, este bosque mixto dominado por ‘Corylus avellana’ es el mayor y a mayor altitud de la cuenca. Sus ramas forman una cúpula arbórea espectacular en el cañón más bello del Segura.

Abedular de Pontones (Jaén)
El abedul (‘Betula pendula fontqueri’) es un árbol característico del límite entre el bosque de la taiga y la tundra. Único en la cuenca, cuenta con 33 ejemplares (15 replantados) y ha ido en regresión desde el Holoceno.

Melojar de la Torca (Albacete)
Con enormes ‘Quercus pyrenaica Wild’, la presencia relicta de este bosque de roble del norte se ha mantenido gracias a la humedad de una dolina. Es el mejor estructurado y conservado de todo el Sureste ibérico.
Conscientes que los paisajes sobre los que están instalados estas formaciones son fruto de la acción del hombre sobre ellas durante milenios, han rescatado del olvido el conocimiento etnográfico y cultural ligado a las distintas áreas: historias de aguardiente de estraperlo en la posguerra; migraciones de osos pardos hacia Sierra Morena; refugios paleolíticos y guerracivilistas; aprovechamientos madereros centenarios; y conocimientos legendarios afloran en este interesante libro. «También tiene un guiño tecnológico, un QR que facilita el geoposicionamiento del bosque», ilustraciones de Basilio Ruzafa, diagramas de polen que se remontan 9.300 años atrás para certificar el origen ancestral de estas arboledas singulares y, «para que no se quedara solo en lo etnográfico y lo ecológico, hemos contado con Trino Fernández y Diego Gallego, que aportan su conocimiento sobre la fauna asociada a estos hábitats», detalla Félix Carrillo.
En resumen, un libro muy completo para amantes de los árboles, la naturaleza, la cultura y los paisajes, para leer tranquilamente y para pasearlo, mapa en mano, en busca de los bosques primigenios de la cuenca del Segura.
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Enlace de origen : Los bosques primigenios de la cuenca del Segura